El club de los optimistas incorregibles, de Jean-Michel Guenassia






Empezaré diciendo que Jean-Michel Guenassia nació en el Argel de 1950, que conoció de vista a Sartre y algún otro intelectual francés, que eso le marcó y que, después de décadas de llevar dentro de sí esta historia, ha conseguido sacarla a la luz. Esto es importante para comprender la radical sinceridad de sus inquietudes, filias y fobias. Convengamos en que resulta insólito ver debutar a un novelista en la frontera de los sesenta años, pero esto no es así en realidad, ya antes se había fogueado como guionista, además, ha escrito otra novela, si bien se publicó casi veinticinco años atrás y no parece que fuese un éxito. Ahora, por fin, lo ha logrado, y al lector no le queda más que sentarse a esperar la próxima.
El muchacho que narra la historia –perteneciente a una familia donde la rama materna es francesa y acomodada, la paterna italiana y modesta–, si bien algo repipi al principio, está lleno de verdad y presenta una visión de su entorno tan particular como llena de interés. En 1959, a sus doce años y con solo empujar una puerta, Michel Marini añade, a su afición a la fotografía, el futbolín y la lectura, el juego de ajedrez, la admiración por Sartre y la atención a los sucesos históricos. El recuerdo del filósofo precipita la evocación de ese caudal de intelectuales que llegaron años antes a Francia, escapando del nazismo, la guerra o la URSS. Ellos representan el pensamiento disidente, pero también la resignación obligada del que no tiene casi nada que perder. A todo ello se une la aventura militar de su hermano, que le marcará de forma indeleble pues, no solo les separará para siempre, también será lo que dé ocasión a un primer sentimiento amoroso que, a pesar de su radical imposibilidad –por precoz, por inapropiado, por no correspondido– le proporcionará inolvidables vivencias. Por otra parte, los avatares de la relación de sus padres hará mella en él tanto directa como indirectamente. Todo esto –tanto el puñado de personajes e historias que harán las delicias del lector proporcionando a Michel sus primer e impagable contacto con el mundo, como su propia vida personal– acabará convirtiéndole en el hombre que será en un futuro. Poco a poco se va quedando solo pero también aprende a ser fuerte y acabará encontrando los recursos que hacen falta para convertirse en su propio respaldo.
De esto puede deducirse que estamos ante una novela iniciática, por algo Guenassia fue galardonado con el Premio Goncourt des Lycéens, resultado de la votación, entre los finalistas del Goncourt, de 1500 lectores jóvenes. Pero El club de los optimistas incorregibles es mucho más, un conjunto de relatos dentro del relato, salpicados de ideas, y sentimientos que tiene, como telón de fondo y siempre presente, la historia. La pasada y la de entonces, pues no hay que olvidar la guerra de Argelia.
A pesar de la aparente sencillez con que se suceden los hechos y de su prosa –sencilla, efectiva, sin alardes, donde abunda, sobre todo, el diálogo– no es nada fácil componer un puzle como este, de más de 600 páginas, dónde no se encuentran discordancias y en el que todo parece encajar. Como digo, Guenassia entrelaza ficciones –unas veces al modo de las muñecas rusas, otras de forma similar a una cadeneta– y recurre al flash-back a menudo. Lo que resulta es un complejo mosaico narrativo que reúne un sinfín de aspectos vitales, sociales e históricos, estructurado convencionalmente, expuesto de forma correcta y repleto de personalidades sólidas a cual más digna de atención, tanto por el pasado que dejan tras de sí como por su particular forma de ver la vida y el modo de abordar lo que les va ocurriendo. La mayoría resulta entrañable pero, sobre todo, nos parecen reconocibles y nada complicados de entender. Entre todos componen un retrato del ser humano, quizá un poco edulcorado pero de lo más convincente.

PREMIO GONCOURT DES LYCÉENS 2009 -PRIMERA EDICIÓN: 2009 (EN ESPAÑA: 2010) – EDITORIAL RBA (COLECCIÓN NARRATIVAS) – TRADUCCIÓN: MARÍA TERESA GALLEGO URRUTIA - PÁGINAS: 656




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