Las tribulaciones del estudiante Torless, de Robert Musil




El subgénero de aprendizaje ha aportado a la historia de la literatura textos magníficos que recibieron la consideración de clásicos casi desde que se dieron a la imprenta; que se haya convertido en fuente de inspiración de grandes autores probablemente se debe a que la indecisión y plasticidad de la adolescencia suele dar bastante juego a la hora de plantear dilemas éticos y complicaciones psicológicas.
Con gran economía de medios, Musil dibuja varios caracteres con toda exactitud mostrando cómo evolucionan a tenor de las circunstancias. Beineberg, Reiting y Torless escenifican un episodio de crueldad y dominación en varios actos, facilitado por un temperamento apocado y cobarde que convierte a Basini en la víctima perfecta.
Es constante la tensión entre lo seguro y confortable por un lado y lo tortuoso, lo incierto, lo inquietante, por otro, aunque, según avanza la trama, se impone gradualmente lo segundo. El tono es contenido y rico en elipsis, tanto por la tendencia a la sobriedad del autor como por la época en que fue escrita. No era previsible encontrar escenas de sexo y violencia, solo insinuaciones, aunque lo suficientemente claras para que se comprenda lo que está sucediendo. Por otra parte, se eluden las intenciones moralizantes, la trama es fundamentalmente realista aunque las preocupaciones filosóficas y místicas de su autor se atribuyen a unos personajes quizá demasiado jóvenes para que estas resulten verosímiles. Sobre todo porque la confusión, previsible y distinta en cada uno de ellos, se refleja fielmente en sus actos.
“Es posible que entre aquellos hombres que vivían en una firme y traslúcida construcción de vidrio y acero con su ordenada existencia alrededor de la oficina y la familia, y aquellos otros caídos, sangrientos, sudorosos y sucios, que vagaban por perdidos senderos, en medio de rugientes voces, hubiese un paso, es más aún, que los límites de esos dos mundos, secretos y próximos, franqueables, se tocaran en todo momento.”
Existe una oposición clara entre actitudes espiritual y materialista personificadas en unos y otros individuos. Encontramos en todos ellos el carácter voluble de ese período de la vida así como los tanteos para descubrir su lugar en el mundo o por afianzar la personalidad ante el entorno. Poco a poco, se va produciendo el salto a la vida adulta:
“… los seres humanos que ellos eran en aquellos otros lugares claros parecían haberse transformado de pronto en personas diferentes, cargadas de sombras, ávidas de sangre, que vivían otra vida. Esta sensación había sido… algo así como un salto, como una transformación… ante unos ojos que despertaban de un sueño de siglos…”
Musil logra un efectivo in crescendo que culmina con la claudicación de Torless. A partir de entonces, comienza a ser consciente, dueño de sus actos, capaz de decisiones firmes. Poco después, y mediante un efectivo salto en el tiempo vislumbramos al protagonista, ya adulto, cultivando un saludable escepticismo y cierta impasibilidad ante el mundo exterior. Finalmente, el desenlace es tan injusto como podríamos esperar teniendo en cuenta que el autor consigue eludir cualquier tentación maniqueísta.


DIE VERWIRRUNGEN DES ZÖGLINGS TÖRLESS – PUBLICACIÓN: 1906 – CLÁSICO: VARIAS EDICIONES – PÁGINAS: 208 (aprox.)

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