Mi vida en la carretera, de Gloria Steinem




Esta obra  es un alegato a favor del feminismo, pero también en contra del racismo y de cualquier otra clase de injusticia, así como el relato de un aprendizaje, el que proporciona la vida, que abarca casi seis décadas. La autora anuncia en el prólogo que nos esperan tres tipos de viaje: el horizontal, a lo largo y ancho de Estados Unidos, el vertical, al pasado, y el cultural, en busca de las mentalidades más diversas. No vamos a encontrar precisas descripciones de lugares variopintos ni demasiado color local, se trata más bien de las memorias de una activista que ha consagrado la vida a sus dos pasiones: la justicia y viajar. Predomina, pues, la historia sobre el paisaje, la que deja entrever la vida personal de la autora, aunque solo en lo que concierne a su labor y, como telón de fondo y a través del esfuerzo frenético de un puñado de idealistas, la política no oficial estadounidense –que se concreta en la lucha sostenida de los de a pie por que vayan cambiando las cosas– desde los últimos años sesenta hasta hoy.

Gloria Steinem es desde hace décadas una celebridad en su país: ha ejercido un periodismo comprometido compatibilizándolo con una vida itinerante dedicada tanto a visibilizar como a mentalizar y sensibilizar al mayor número de gente posible. Para ella la clave de una vida mejor está en algo tan aparentemente sencillo como:

 

“[que] los menos poderosos hablen tanto como escuchan y los más poderosos escuchen tanto como hablan.”

 

El germen le viene de la infancia al lado de un padre nómada que le proporcionó una perspectiva diferente; el punto de partida fue un viaje de juventud que hizo a la India sin saber que aquel sería el inicio de un largo periplo que hoy día, cumplidos los 82, no ha finalizado aún.

Las asambleas que se organizan en cualquier punto del país para resolver problemas locales, las conferencias que crean estados de opinión, recaudaciones de fondos en pro de una buena causa, el contacto con los jóvenes en los campus, con los nativos, con los viajeros de transportes públicos, con los taxistas, con la gente de los pueblos la han enriquecido y ha contribuido a cambiar algunas cosas. La estructura no es cronológica sino temática, según su particular forma de valorar y entender su experiencia. Cuestiones como el aborto, el belicismo, la igualdad de derechos de las mujeres, la libre expresión de los indígenas, la discriminación racial etc. se plantean de una forma dinámica, explicando el largo camino recorrido hasta encontrar un resquicio que permitiera reivindicar lo más urgente.

Pero no estamos hablando de una aburrida relación de hechos sino de una crónica repleta de personajes pintorescos que ofrecen vivencias tan amenas como llenas de significado. A través de ellos, y de las colegas de Steinem, vamos conociendo un poco más el auténtico Estados Unidos, el de la gente corriente y luchadora,  desde los años 60 hasta hoy.


MY LIFE ON THE ROAD – PUBLICACIÓN: 2015 – (EN ESPAÑA: ALPHA DECAY –COLECCIÓN HÉROES MODERNOS 2016) – TRADUCCIÓN: REGINA LÓPEZ MUÑOZ – PÁGINAS: 352)  

Comentarios

  1. Muy interesante. Me lo apunto porque también me gustaron mucho Personajes secundarios de Joyce Johnson y Play It As It Lays (en castellano Según venga el juego), de Joan Didion. Creo que con estos tres libros, tres mujeres y tres carreteras puede uno gozar de lo lindo.

    Feliz Año Nuevo.

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  2. Hola Melmoth, feliz año. No es exactamente literatura en sentido estricto, pero está bien escrito y cuenta cosas muy interesantes. Espero que no te decepcione y ya nos contarás.

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  3. De acuerdo con Melmoth. Personajes secundarios es un gran libro y sería bueno recomendarlo desde otros blogs también.
    Mis felicitaciones por el año nuevo

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  4. Muy bien, pero ahora estábamos hablando de Mi vida en la carretera, que plantea cuestiones sociales bastante interesantes sobre las que debería reflexionar gente que no lo ha hecho nunca.
    No he leído Personajes secundarios pero, mira, es una idea para llevar al chiringuito.

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