tag:blogger.com,1999:blog-63497509707740133192024-03-18T23:31:09.631+01:00OrlandianaCrítica literaria y recomendaciones de lecturasKina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.comBlogger289125tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-50558515674607454602024-03-08T10:00:00.219+01:002024-03-08T10:00:00.138+01:00La ternera, de Aurora Freijo Corbeira<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1P3RQEvl_nPBtKzQNmKf26ppEYkBC-Jk_vl-oodc0-TVNwQe0e2zY35eQWoNOsb8msmGw09m1jKS4bC9jUr3LCVxAECADK5e0glrRZsrozTbV7mlG8rQVBfoWgWBEn-46QvSUoqp1vn-jIGRcL5RFdZafLUCMy1UXobq1zZd9BNe0OLDa0-2zsl5fBrje/s865/9788433999146.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="865" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1P3RQEvl_nPBtKzQNmKf26ppEYkBC-Jk_vl-oodc0-TVNwQe0e2zY35eQWoNOsb8msmGw09m1jKS4bC9jUr3LCVxAECADK5e0glrRZsrozTbV7mlG8rQVBfoWgWBEn-46QvSUoqp1vn-jIGRcL5RFdZafLUCMy1UXobq1zZd9BNe0OLDa0-2zsl5fBrje/w408-h640/9788433999146.webp" width="408" /></a></div><br /><div style="text-align: right;">"<span style="font-size: x-small;">¿Por qué nadie interrumpe en esa sala de baño cuando están. Si lo hicieran encontrarían la sala de daño. Ni rastro de peces, ni flores, ni nubes. Él nunca la tumba. Le basta tenerla quieta y a mano. Mansa, como es, puede acercársela al inodoro, donde siempre se sienta para tocarla."</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><b>A.F.C.</b></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La ternera tiene cinco años, es una niña, una niña abusada.</div><p></p><div style="text-align: justify;">Ella vive en el 4º A con su familia, el vecino vive en el 4º C, es el que la cuida cuando sus padres trabajan.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el piso del vecino hay muchas cosas fuera de su sitio -el frigorífico en el salón, por ejemplo- la más importante de ellas es el propio vecino sentado en la taza del w.c. con la niña delante de él inmóvil.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Nadie sabe nada, la única que sabe es la niña pero ella no lo entiende, el único que sabe y entiende es el vecino pero él no lo cuenta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span></span><blockquote><span>"Papá no sabe nada de su cazador porque tiene que ausentarse para trabajar. No está en casa para vigilar a sus cachorros (...) No puede oler el asqueroso rastro que dejan las manos del raptor."</span></blockquote></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Madre poeta operada del corazón, padre amoroso, un hogar dulce y tranquilo. Demasiado tranquilo en su ignorancia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span><blockquote>"... su madre le encarga a su hermana que la cuide. Pobre madre insensata. Sus ojos verdes no ven nada más que versos. No acierta a saber que está ya descuidada del todo."</blockquote></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El victimario también tiene una madre, sorda y ciega a todo lo que no le conviene. Pero eso sí, muy limpia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Él es carnicero, la niña ve carne en su plato y le repugna.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Es difícil no dejarse contaminar -en el mejor sentido- por esos párrafos, poéticos, parcos, simbólicos, repletos de resonancias. La novela avanza poco, es más bien un cuadro casi estático aunque no completamente. Y se desarrolla mediante párrafos cortos, como relatos interdependientes, cada uno con su título, a modo de pequeños flashes poéticos. Ya en la segunda mitad, se intuye borrosamente el futuro, la niña atisba a la mujer que será más allá del presente. Supondrá el fin de la pesadilla y quizá llegue a ocurrir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La niña es quien habla, pero toma prestadas las palabras pues aún carece de elocuencia. Palabras, frases, significados que la escritora transmite como si fuera el ventrílocuo a través del cual la protagonista vierte su dolor. El resultado es una prosa introspectiva que alude a una realidad en lugar de describirla, que para expresarse toma impresiones y asociaciones tan personales que a veces no las entendemos en su sentido literal pero sí en su <i>sentido sintiente</i>, si se me permite la expresión.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>La ternera </i>es un libro corto, con muchos espacios en blanco, que hay que leer despacio para captar la profundidad de lo que narra (y lo que omite), así como todo el universo social y sentimental que rodea las escenas, además del contenido tono de denuncia y la complicidad, casi de siamesa, de la escritora hacia su personaje. A veces se cae de las manos pues, a pesar de su belleza es durísimo, desasosegante; tanto nos molesta que preferiríamos cerrarlo para siempre, y quizá lo hubiéramos hecho de haber sido más extenso pero no hubiera sido justo porque su sensibilidad es hermosa y porque dice la verdad.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i>PUBLICACIÓN: 2021 - EDITORIAL: ANAGRAMA, COLECCIÓN NARRATIVAS HISPÁNICAS - </i></span><span><i>PÁGINAS: 128</i></span></b></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-1902442865519900922024-03-02T10:00:00.093+01:002024-03-02T10:09:44.062+01:00Fortuna, de Hernán Díaz<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRVj_3Jdd5kqz50zPw1OBAOmgGe4raXSgDIIgWuM3g-xSx1dMMxRCL6HtDW05c9E-Fy6XfDWJMn9OY4cnsXoys0nDG65ChibuUExxWDgh1I-kPNgk01dO5Vh9T2r5mr-u0QJUZ_a1fhFZm_Jylg2orD7vQUo4_V5SJI4pvD-rLilRW9Cboi4Y9rBA1jGBo/s1682/fortuna-txalaparta-eus.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1682" data-original-width="1063" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRVj_3Jdd5kqz50zPw1OBAOmgGe4raXSgDIIgWuM3g-xSx1dMMxRCL6HtDW05c9E-Fy6XfDWJMn9OY4cnsXoys0nDG65ChibuUExxWDgh1I-kPNgk01dO5Vh9T2r5mr-u0QJUZ_a1fhFZm_Jylg2orD7vQUo4_V5SJI4pvD-rLilRW9Cboi4Y9rBA1jGBo/w404-h640/fortuna-txalaparta-eus.jpg" width="404" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><div><div>Sí, aunque es una novela escrita por un hombre yo la considero feminista, tal como podéis leer en la etiqueta. Por otra parte, tiene las suficientes cualidades para gustar, si no a todo el mundo, sí a muchísima gente con tal de que tengan un poco de paciencia. Lo único complicado es la estructura, no por su dificultad en sí sino por la extrañeza que surge cuando se rebasa la primera parte y se llega a la segunda. Hay cuatro en total: <i>Obligaciones. Harold Vanner</i>, <i>Mi vida. Andrew Bevel</i>, <i>Recuerdos de unas memorias. Ida Partenza</i>, <i>Futuros. Mildred Bevel</i>. El punto de vista de Partenza, es fundamental para entender a un Andrew que solo habla de finanzas y tiende a esquematizar y a dejarse notas a sí mismo para desarrollarlas más adelante, en un futuro que nunca llega y que deja a los lectores perplejos. Finalmente, el diario de Mildred nos acerca a esa figura de la que todo el mundo habla pero cuya realidad queda en la sombra, cuando es de alguna forma el eje central de la novela. Doy estas claves porque las considero imprescindibles para abordar una lectura interesantísima y que no tiene más complicación que esa segunda sección del muy parco inversor y multimillonario. </div><div><br /></div><div>¿Existe la profesión de hacer dinero? ¿Puede considerarse esa actividad el fundamento de toda una existencia? Pues ahí tenemos a nuestro coprotagonista, que además se considera benefactor de la humanidad, aunque, como veremos, hay quien puede compaginar la especulación salvaje con otras muchas aficiones, trabajos o como lo queramos llamar.</div><div><br /></div><div>También diré que <i>Fortuna </i>es un artefacto adictivo, siempre que previamente hayamos entrado en el juego aunque, como digo, antes de la tercera parte es difícil que ocurra. Este interés por el desarrollo de la trama puede ocultarnos la riqueza de la materia que tenemos entre manos. Veamos, no solo se trata de varias miradas diferentes que se completan unas a otras -un recurso que, bien utilizado enriquece cualquier narración, aunque lógicamente no todas se prestan a ello, para que tal elección tenga sentido es preciso que la historia sea lo suficientemente compleja- sino de la cantidad de aspectos que se manejan y que probablemente absortos en la narración nos pasen desapercibidos. Empecemos fijándonos en la red de relaciones bilaterales que van apareciendo.</div><div><br /></div><div>En primer lugar, el tándem Vanner-Andrew Bevel. Un escritor, hasta entonces no demasiado exitoso, recrea con unos pocos datos y gran imaginación la vida de un matrimonio tan conocido y envidiado como los Bevel. Primero leeremos su novela (dentro de la novela) y, mucho más adelante, la reacción que esta provoca así como las consecuencias que suponen para el autor. En el transcurso de <i>Obligaciones</i> conoceremos a Mildred -a quien se presenta con otro nombre- y sus circunstancias familiares, pero esta es un personaje novelesco: de la auténtica personalidad de sus padres, de esa convivencia a tres que tanto determinó el carácter de la hija no se nos cuenta nada en los -que podríamos considerar- tramos objetivos del argumento. Aún así, esos binomios padre-hija, madre-hija, marido- esposa tienen su relevancia en el conjunto, aunque solo sea como hipótesis. </div><div><br /></div><div>Aclaro que, según avanzamos, Vanner y su particular versión de lo ocurrido se ven difuminados por todo lo que vamos conociendo y, sobre todo, por la forma en que se presenta. Díaz suministra la información en pequeñas píldoras lo suficientemente atractivas para que no echemos nada de menos y, lo mejor de todo, lo consigue sin hacer trampas. Si nosotros damos algo por supuesto él nunca lo ha dicho, es más, sabe perfectamente hacia dónde se dirige, distingue lo real de lo ficticio con total claridad y esa será la conclusión que quedará al acabar la lectura. No existe, pues, esa ambigüedad que con frecuencia deja una zona concreta (o varias) a la libre interpretación de los lectores, aunque, al no utilizar narrador omnisciente, tampoco se nos informa de todo. Obviamente, la suma de todo ello produce una sensación de realidad, de vida vivida, que pocos escritores consiguen.</div><div><br /></div><div>Otra pareja -en el más amplio sentido de la palabra- que vale la pena analizar sobre la marcha es la de Ida y Andrew. Él se convierte en el director de orquesta de esa segunda versión que pretende entregar al mundo. Limpiará así su reputación acallando ciertas habladurías que lo tachan de aprovechado, hombre sin conciencia, lumbrera de las finanzas venida a menos etc. Destacaré que Bevel es un inversor y multimillonario con un poder inmenso e Ida una joven sin trabajo ni formación que intenta obtener su primer salario; con estas premisas poca posibilidad tiene de llevarle la contraria. Pero es astuta, logra que confíe en ella y, con el tiempo, va intuyendo las lagunas de una versión de la historia cuyos detalles quedan en la sombra. Tanto es así que será la encargada de diseñar de su cosecha una vida conyugal de la que apenas sabe nada y de inventar la personalidad y decisiones de una esposa que no ha visto nunca. Hay que tener en cuenta que, exceptuando al simple de Jack, que se entiende mejor con su padre que con ella y con quien mantiene un simulacro de noviazgo que amenaza con romperse en cualquier momento, no se ha relacionado con nadie. Por cierto, ninguno de los dos parece valorar ni apreciar mucho al otro y tampoco fingen lo contrario, por eso cuando llega la traición ella lo único que parece sentir es desprecio. Muy diferente sería si algo así hubiese venido del señor Partenza, un viudo bastante egoísta, más absorto en sus conspiraciones anarquistas que en el mundo de los afectos, por quien Ida siente verdadera adoración. Aunque es consciente cada vez que es manipulada o utilizada por su padre no es capaz de guardarle rencor. Su admiración, su apego, y también algo parecido a la pena la mantienen pendiente de su aprobación y su cariño. En este caso, una decepción es lo único que la puede liberar de esas cadenas, aunque todo continúe aparentemente igual que antes.</div><div><blockquote>"Mi padre nunca se consideró un inmigrante. Era un exiliado. Para él, existía una distinción trascendental. No había elegido marcharse; lo habían echado. No había venido a los Estados Unidos para prosperar; era justamente su rebelión contra la idea misma de la prosperidad lo que lo había desterrado a América. Las visiones de calles pavimentadas con oro nunca habían iluminado sus sueños, y era sordo al evangelio del ahorro y el trabajo duro; de hecho, predicaba que toda propiedad era un robo. No tenía nada en común con sus compatriotas con ambiciones más mercantiles, y se aseguraba de recalcarlo en todo momento."</blockquote><p>En cuanto al matrimonio protagonista, más que retratado, inventado por casi todos -por Vanner e Ida porque carecen de elementos de juicio, en el caso de Andrew por su propio interés- menos por el miembro ausente de la pareja, la enigmática Mildred a quien, quizá, podamos escuchar en algún momento. Sería de agradecer ya que los otros testimonios no nos convencen nada. </p><p>Resulta admirable la habilidad con que se maneja cada una de estas relaciones, la sutileza con que se muestran las personalidades y los aspectos más traumáticos, dañinos o interesados, pero también complacientes, sanadores a veces, con toda la ambivalencia y complejidad de la vida real. Nadie es bueno ni malo del todo, a excepción de Ida que, probablemente, ha quedado demasiado perfecta.</p><p>Sin apartarme del esquema previo, y teniendo en cuenta que el dinero es un personaje más de <i>Fortuna, </i>podemos analizar también la relación que mantiene con él cada individuo. La del financiero, aunque a primera vista parece mera codicia, lo interpreto como una necesidad patológica de ser admirado a toda costa, cueste lo que cueste. La de Mildred es más bien de tipo intelectual. Ida busca un bienestar y una tranquilidad de la que ha carecido hasta que conoce a Andrew Bevel. Su padre lo odia sin paliativos. Jack confía en su talento para alcanzar una posición que le permita llevar un buen nivel de vida, pero se sobreestima, y ya sabemos que las malas decisiones provienen muchas veces de valoraciones erróneas.</p><p>Del mundo de la Bolsa y de las evoluciones de la economía mundial, tanto en general como lo que atañe a la primera mitad del siglo XX (época en que tienen lugar las operaciones de Bevel y su supuesta influencia en los altibajos que todos conocemos) no tengo conocimientos suficientes para opinar si lo que se cuenta está bien documentado o es pura ficción también. Igual me ocurre con esos gustos y metáforas musicales que tanto definen a Mildred Bevel.</p><p>Desde que en el s. XVI el mundo, y no solo el de habla hispana, tuvo la suerte de conocer al buen don Quijote, es decir, desde que el género novela es un hecho, el recurso a lo metaliterario forma parte de ella como un guiño que hace el novelista para recordarnos que está ahí, que todo es ficción y que esta constituye un universo tan enorme que puede contener otras ficciones en su seno. La metaliteratura es la narración hablando de sí misma, creando dentro de la novela relatos más pequeños, más o menos verosímiles, y lo puede hacer de muchas formas. Cervantes sembró el Quijote de narraciones más cortas, a modo de anécdotas o ejemplos, casi siempre divertidos; a partir de ahí cada novelista la ha utilizado a su manera. Una de ellas es completar la información mediante varios puntos de vista que van enriqueciendo la trama, completándola y a veces, como en este caso, incluso contradiciéndose poco o mucho.</p></div><div><div>He tratado con el mayor cuidado la información para no desvelar demasiado, incluso a veces he sido deliberadamente ambigua de forma que lo que digo se pueda interpretar de varias maneras. Creo que he hecho bien pues quienes ya hayan leído la novela no pueden perderse y los que vayan a leerla se sorprenderán con todo lo que su autor guarda en la chistera, que no es poco.</div></div></div><div><br /></div><div><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: TRUST</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;"> - </span></i></b><b><i><span style="font-size: x-small;">PREMIO PULITZER DE FICCIÓN 2023 - </span></i></b><b><i><span style="font-size: x-small;">PUBLICACION: 2022 - EN ESPAÑA: 2023 - EDITORIAL ANAGRAMA, COLECCIÓN PANORAMA DE NARRATIVAS - TRADUCCIÓN: JAVIER CALVO</span></i></b><b><i><span style="font-size: x-small;"> - NÚMERO DE PÁGINAS: 440</span></i></b></div></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-7884815095094047372024-02-19T10:00:00.017+01:002024-02-21T20:34:05.843+01:00De bestias y aves, de Pilar Adón<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9SohW4lSBQdqccvEzzvvJaGJir3bkLCSkrdPvYjJCWnK_8W82b5tdgf_kl219deXmJR3sw48jn5fUUOvVvlyJ2X4mTQmiZ4K3XTZRSJLu5oQjBcPITtq8-T151gv_oawgCa-A1IAU6TDuqU0JmOL1gnmqNXqhMSeRkzqdSNs8RuFXXTjyUKwzXJbJC1kx/s289/portada%20blog%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="289" data-original-width="174" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9SohW4lSBQdqccvEzzvvJaGJir3bkLCSkrdPvYjJCWnK_8W82b5tdgf_kl219deXmJR3sw48jn5fUUOvVvlyJ2X4mTQmiZ4K3XTZRSJLu5oQjBcPITtq8-T151gv_oawgCa-A1IAU6TDuqU0JmOL1gnmqNXqhMSeRkzqdSNs8RuFXXTjyUKwzXJbJC1kx/w385-h640/portada%20blog%20(2).jpg" width="385" /></a></div><br /> <p></p><div style="text-align: justify;">Cada mente es un mundo y el mundo particular de cada mente es ininteligible. A veces ni siquiera podemos explicarlo con palabras. La poesía, la música, el arte ayudan pero no comunican por completo lo que el artista tiene en la cabeza. A lo largo de la vida acumulamos innumerables experiencias, un bagaje de sensaciones de los que ni siquiera somos conscientes del todo. De ahí que cada creación intente poner cierto orden al desorden, no de una forma matemática, no con reglas rígidas, pero sí con un incuestionable gusto artístico y con el propósito de sintonizar. No se trata de proyectar una imagen fotográfica pero si de organizar las sensaciones para que la obra de arte cobre sentido, aunque las interpretaciones no coincidan con lo que se intentaba transmitir y, por supuesto, sean absolutamente personales. Quiero decir que lo que identifica a una auténtica obra de arte no es la uniformidad sino, y ante todo, la coherencia.</div><div style="text-align: justify;">Y esa coherencia, sobre todo cuando se mezclan elementos realistas y oníricos, poesía y narrativa, simbolismo y objetividad, no es fácil de conseguir. Teniendo esto en cuenta, sospecho que esta novela resulta, en cierta forma, fallida por muchos premios y menciones que haya obtenido. Esa es mi conclusión, y con ella no intento restarle méritos. Reconozco que su prosa es agradable -aunque en su pretensión de resultar poética, abusa de las repeticiones llegando a resultar cargante-, que en determinados momentos crea un clima inquietante que consigue mantenernos atrapados -pero esa tensión se prolonga demasiado y llega a cansar- y que no pretende resultar comprensible -algo perfectamente lícito dentro de un orden, tampoco vale cualquier pastiche, y esa es, a grandes rasgos, la impresión que he tenido al llegar a la última página-. Supongo que la autora ha jugado con un argumento y un fondo emotivo que ha pretendido ensamblar sin conseguirlo, y lo que queda no son más que impresiones aisladas sin demasiada conexión entre sí. Dicho de otra forma, que en cierto modo su idea original se le ha ido de las manos y ha llegado como ha podido a un desenlace que a mí me ha dejado más bien fría.</div><div style="text-align: justify;">Un vago mensaje ecológico, un pasado traumático debido a una muerte accidental, una huida sin destino, una protagonista que es a la vez narradora aunque construya en tercera persona su relato. Coro, la artista, la pintora, siempre presente y difuminada a la vez en un conjunto de pinceladas tan vagas como el argumento. Una casona construida en pleno campo, en un paraje idílico y apartado de la civilización, rodeada de una extensión enorme de terreno y con todo lo necesario, animales incluidos, para abastecer a varias personas. Un grupo de mujeres que se empeñan en mantener retenida a la incauta que se ha enredado en ese laberinto.</div><div style="text-align: justify;">Todo muy seductor, pero existen multitud de pistas que se van abandonando sobre la marcha: el hombre con el que Coro habló la primera noche; las supuestas drogas que se le suministran, el auténtico dueño de la finca, que aparece y desaparece sin explicación suficiente; la conexión entre la hermana fallecida en el pasado y la gemela desaparecida -también- en el agua; el objetivo -quizá codicioso, ya que la consideran una mujer rica- del supuesto secuestro; el origen y naturaleza de una comunidad capaz de vivir en completo aislamiento sin carencias aparentes. </div><div style="text-align: justify;">Admito que quizá no he entendido la novela, pero mi experiencia con esta clase de artefactos es que hay autores que, al llegar a un callejón sin salida, huyen hacia delante y nos intentan dar gato por liebre. Puede ser así en este caso o que sea yo la que no me he enterado de nada. No se puede negar, sin embargo, que existe una fractura clara entre esa primera parte narrativa, en la que se aportan explicaciones, detalles, preguntas sin respuesta, objetivos claros de huida, y la que se desarrolla a partir del hundimiento de Coro en la poza. Desde ese momento las descripciones lo ocupan todo en detrimento de la narración, las antiguas preguntas quedan sin respuesta, los proyectos se difuminan y nos embarcamos en un universo vago, inconcreto, donde el simbolismo y lo onírico lo invaden todo sin más explicaciones ni conexión real con lo anterior. Lo abstruso, lo incomprensible, vende si puede convencer de su inmanente significado esencial, demasiado profundo para ser interpretado por cualquiera. Es este un truco muy viejo pero sigue siendo igual de efectivo. Se la ha comparado con Virginia Woolf. Por favor, no me hagan reír. Parece que hay que buscar argumentos debajo de las piedras cuando se trata de defender lo indefendible. ¿Recuerdan la <i>mierda de artista</i> que el buen Manzoni escondió en una caja e hizo pasar por la gran obra de arte de las vanguardias del siglo XX? Pues eso, nada que añadir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i>PUBLICACIÓN: 2022 - EDITORIAL: GALAXIA GUTEMBERG - </i></span><span><i>PÁGINAS: 208</i></span></b></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-2150848071934440092024-02-09T10:00:00.299+01:002024-02-09T10:00:00.131+01:00Tobías Mindernickel, de Thomas Mann<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="text-align: left;"> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfBCgXQxOrCjyiT680ECty3RgGhkYJyTsw0wMxy1h5YNFF5NEKz1pqLAudbLgGKg13yqw44ujO2uhjeX4G3qyzURNZTz2IDrHZHi1VVjWN1xxmtvfSpAhEGl7-42JYvevFs_wzBL_WBZl5ZYCeCTPY2BCNvB44x_ePxa5FK_JxsbVuF8gUqdHAfZQhHjGO/s475/portada%20blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="475" data-original-width="316" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfBCgXQxOrCjyiT680ECty3RgGhkYJyTsw0wMxy1h5YNFF5NEKz1pqLAudbLgGKg13yqw44ujO2uhjeX4G3qyzURNZTz2IDrHZHi1VVjWN1xxmtvfSpAhEGl7-42JYvevFs_wzBL_WBZl5ZYCeCTPY2BCNvB44x_ePxa5FK_JxsbVuF8gUqdHAfZQhHjGO/w373-h640/portada%20blog.jpg" width="373" /></a></div><div style="text-align: justify;">Es este un relato corto cuyo sentido me parece algo desdibujado, quizá porque fue uno de los primeros que escribió el que luego sería uno de los grandes exponentes de las letras alemanas. O puede que yo no haya sabido captarlo. Desde luego, Mann ofrece una serie de indicios que intentaré interpretar, aunque no sé si seré capaz de desvelar sus verdaderas intenciones. En cualquier caso, se trata del texto pasado por el tamiz de mi lectura personal y, como sabemos, cada vez que un lector hace suyo un título, este adquiere una dimensión nueva, de manera que su sombra se va alargando indefinidamente, enriqueciéndose y aportando unos valores que, la mayoría de las veces, su autor no habría podido sospechar.</div><p></p><div style="text-align: justify;">Desde un principio, se nos presenta un panorama sombrío, tanto físico como psíquico, incluso sociológico, perfectamente descrito en todos sus aspectos. Tanto el protagonista, que da nombre a la pieza, como su entorno presentan un aspecto realmente desagradable. Tobías es un hombre de edad indefinida, mal aspecto, pobremente vestido, aunque pulcro y cuidadoso en todo lo que le es posible. Vive solo en el último piso de un edificio humilde, su vivienda no contiene más que lo estrictamente indispensable y, aparte de su inquilino, no se percibe en ella ni un solo rastro de vida, hasta el tiesto lleno de tierra permanece junto a la ventana completamente vacío. Pero encontramos señales de una existencia anterior más próspera y hasta más integrada socialmente: Tobías no solo es capaz de esmerarse en su cuidado personal, además posee una bonita cómoda antigua y que, adivinamos, de cierto valor, tanto sentimental como monetario.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sabemos de qué vive, posiblemente de antiguos ahorros que debe conservar hasta sus últimos días, ya que su vida roza lo miserable y no parece que se dedique a ningún oficio lucrativo. Tampoco mantiene relación social alguna, se nos informa de que sale poco pues sus vecinos se burlan de él y los niños lo persiguen. Es más, las pocas veces que aparece mantiene la vista fija en el suelo, como avergonzándose de sí mismo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">¿Qué le ha pasado a Tobías? ¿Por qué ha terminado así? El misterio nunca se aclara, pero existe un intento por parte del narrador de enfrentarnos con la parte más siniestra del ser humano, así como con la más bondadosa. Ese personaje, que se presenta como víctima y que solo es capaz de disfrutar y sentir orgullo cuando ayuda a un niño herido o recoge a un perro y lo alimenta, guarda en su interior un desprecio por la felicidad de los demás y una crueldad extrema que podemos calificar de patológicos. El masoquista, el infeliz, la víctima de sus semejantes se convierte en sádico con aquel que se encuentra a su merced, a quien considera más vulnerable que él mismo y sobre el que puede ejercer la violencia que, activa o pasivamente, padece en su vida diaria. Por eso es incapaz de soportar la alegría y la vitalidad de quien tiene cerca, necesita ejercer el poder, el control absoluto, y eso solo es posible cuando el sujeto está inerme por la causa que sea, y si no hay ninguna tiene que provocarla él mismo actuando como el perfecto psicópata que es. ¿Quién se lo iba a decir a la gente del barrio, a esos que no han visto más que su faceta más débil y asustadiza? Los que le rodean le consideran un cobarde y en eso no se equivocan, ya que solo es capaz de mostrar su rabia y de vengarse sin piedad de quien es más débil todavía, aunque se trate de un ser inocente que está expiando culpas ajenas. Esto, creo, queda meridianamente claro: aunque ignoremos quienes, en el pasado, trataron mal a Tobías, este quedó en unas condiciones deplorables y ya es incapaz de acceder a un modo de vida más digno y de adoptar una personalidad más atrayente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De todo ello deduzco que el relato pretende analizar las relaciones de poder entre las personas, investigar si existe un límite para la crueldad y la empatía, y parece llegar a la conclusión de que estos límites no existen, al menos en lo que respecta a la maldad. Pero, en su afán de ser objetivo, de no intervenir como narrador, dejando al lector únicamente las pistas imprescindibles, Thomas Mann traza un cuadro meramente descriptivo y por tanto demasiado críptico, que nos desorienta, pues no acabamos de averiguar adónde se nos conduce. Aunque -justo es reconocerlo- la excelente prosa, el impecable desarrollo y el perfecto dibujo que hace de personajes, lugares y escenas nos compensan con creces ofreciéndonos una experiencia altamente disfrutable.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small; text-align: -webkit-center;"><span style="text-align: justify;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: TOBÍAS MINDERNICKEL</i></b></span></span><span style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small;"><b><i> -</i></b></span></span><b style="font-size: x-small;"><i> PUBLICACIÓN: 1898 EN LA REVISTA LITERARIA "NEUE DEUTSCHE RUNDSCHAU" - EN ESPAÑOL: VARIAS EDICIONES (TANTO AISLADO COMO EN ANTOLOGÍAS) - TRADUCCIÓN Y NÚMERO DE PÁGINAS: VARIABLE</i></b></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-11907626347478500432024-02-02T10:00:00.010+01:002024-02-02T10:14:27.259+01:00La cigarra, Anton Chejov<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9fjPQgaGUAVP_AfP479xbgPPOgTjvMPsxdTSzihO5AQwc7Lx-gyocm26AQthLbZnZFeV76vF84113iY8csQVLCsQogYmrESS3n52BbDSVAS1ME-ARzrF8_grki5TI104Tzo-cGWDgz11CRduXy_ANdDFYqYHXUuNCF7AO-xWzJr2lzisHkrbthsfF7eXZ/s1061/portada%20orlandiana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1061" data-original-width="750" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9fjPQgaGUAVP_AfP479xbgPPOgTjvMPsxdTSzihO5AQwc7Lx-gyocm26AQthLbZnZFeV76vF84113iY8csQVLCsQogYmrESS3n52BbDSVAS1ME-ARzrF8_grki5TI104Tzo-cGWDgz11CRduXy_ANdDFYqYHXUuNCF7AO-xWzJr2lzisHkrbthsfF7eXZ/w452-h640/portada%20orlandiana.jpg" width="452" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Comencé mi año lector, entre otros, con un relato del gran maestro del género, y como no tengo inconveniente en dar mi opinión, señalo para empezar que de alguna forma la pieza ha quedado algo obsoleta. Por las condiciones de vida, la mentalidad, escenografía y, sobre todo, por ese aire a moralina que desprende todo el texto y que culmina en la, no por anunciada menos triste, escena final. Recordemos que a finales del s. XIX el adulterio femenino estaba de moda literariamente hablando, pero este telón de fondo no debe impedirnos ver toda la complejidad que encerraban unas obras que, no por casualidad, se han convertido en clásicos.</div><div style="text-align: justify;">Veamos que otros elementos, mucho más interesantes, podemos encontrar aquí aparte del tópico de la mala mujer y del marido ingenuo y complaciente. (Estos señores siempre dándose bombo y elogiando a sus congéneres sin tener en cuenta que la mayor parte de las infidelidades provenían de ellos. Claro que en un varón estaba, y aún está, justificado por obra y gracia de la auto-benevolencia masculina). Pensemos que para valorar esta obra como se merece hay que fijarse en el fino diseño que nos transporta a una época, a una forma de conducirse, pensar y actuar muy distintas a las nuestras. Una máquina del tiempo funcionando a pleno rendimiento para situarnos dos siglos atrás con pocas palabras y bien escogidas puede parecer un artefacto sencillo, banal o pasar desapercibido, pero en esa sensación de extrañeza y anacronismo que nos lleva a infravalorar lo que leemos reside uno de sus grandes méritos: lo que cuenta no es el aquí y el ahora y, pase el tiempo que pase, el momento concreto que describe es reconocible por todos. No se trata de introducir decorados artificiales en la historia sino de que esta respire por sí misma en un ambiente muy distinto del nuestro, que todo encaje y nos sitúe en los mismos escenarios que los cuadros de la época sin forzar absolutamente nada. La literatura actual estará repleta de ordenadores, redes sociales, publicidad etc. pero la idea de comunicación inmediata no la transmitirán los aparatos en sí, hay que inculcarla en el lector con procedimientos mucho más sutiles. A eso me estoy refiriendo.</div><div style="text-align: justify;">Chejov amaba la creación, él representaba como el que más el proceso creativo, aquí sin embargo parece despreciarlo. Una lectura apresurada del relato puede hacer pensar que lo consideraba una actividad superficial y frívola pero si afinamos algo más, nos encontramos con una crítica a algo tan actual como el esnobismo (aunque la palabreja haya quedado en desuso).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"></div><blockquote><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>"Pero más que en otra actividad se destacaba su talento en trabar relaciones y amistad con las personas célebres. Apenas alguien se hacía famoso y la gente empezaba a hablar de él, Olga Ivánovna lo buscaba y en seguida lo invitaba a su casa. Cada personaje nuevo era para ella una fiesta, un hallazgo. Adoraba a las personas "famosas", estaba orgullosa de su amistad con ellas y hasta las veía en sueños. Estaba sedienta de esas relaciones y su sed nunca se aplacaba. Las celebridades viejas desaparecían y se olvidaban, las nuevas aparecían para reemplazarlas, pero pronto se desencantaba de ellas y empezaba ávidamente a buscar personalidades nuevas; las encontraba y de nuevo buscaba otras. ¿Para qué?"</b></span></div></blockquote><p style="text-align: justify;">¿Les recuerda esto a algo? Parece escrito ayer, ¿verdad? Pero el texto, aunque en él encontremos tantos rasgos comunes con ellos, no se refiere a los <i>influencers </i>que pululan por las redes hoy día sino a la moda de los salones literarios y artísticos dirigidos por mujeres de la alta sociedad, que tan en boga estaban por entonces. La crítica no se dirige, pues, a escritores y artistas de mérito sino a esas figuras de quita y pon que han debido existir siempre aunque sus pretendidas cualidades, escenarios donde brillaban y otros detalles de menos relevancia varíen dependiendo del momento.</p><p style="text-align: justify;">Quiero decir con esto que la crítica a la banalidad y el gusto por los oropeles por muy vacuos que fuesen es certera, lo que en mi opinión resta mérito al relato es la moraleja que comentaba antes y que emana del relato entero ¡empezando por el título!, no solo del desenlace. El esquema es sencillo y tópico a más no poder: mujer (¡cómo no!) que descarrilla y debe ser castigada severamente despojándola de todo lo que tiene, que en este caso es el marido. Así que Chejov se deshace de él, no sea que su proverbial bondad acabe induciéndole a perdonarla. Y eso que el pobre no se merecía ese final, pero con él provoca el arrepentimiento de la malvada Olga y la conciencia de haber perdido un valioso tesoro por correr detrás de fanfarrones sin otra virtud que su soberbia.</p><p> </p><p style="text-align: -webkit-center;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="text-align: justify;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: </i></b></span></span><span style="text-align: left;"><span style="font-size: xx-small;"><b><i>Попрыгунья -</i></b></span></span><b style="font-size: x-small; text-align: justify;"><i><span> PUBLICADO ORIGINALMENTE EN LA REVISTA NORTE (NUMS. 1, 2, 5 Y 12 DE ENERO DE 1892 , EN "RELATOS Y CUENTOS": 1894, EN SUS OBRAS COMPLETAS, VOL. 8 1899-1901 - EN ESPAÑOL: VARIAS EDICIONES (TANTO AISLADO COMO EN ANTOLOGÍAS) - TRADUCCIÓN: RICARDO SAN VICENTE - NÚMERO DE PÁGINAS: VARIABLE</span></i></b></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-40921431816691674162024-01-26T10:00:00.023+01:002024-01-26T10:08:40.754+01:00Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCCE2mL8IxFKoLWWv5tq1Fw7X5Kld23CZcs1ibE9gkWutLMwXpCzpjbwueIA13BVf51TdtmnFVpEE5Ys-aL-yiOzJi7FQ526wcbXWyce_r2aFDowd_-7I5uVohgTXxMDp0ewoxJS3HTuCoE_QSbDIGFSg1GoLgpwiYkngMTTQoxPylGZKRSyKu_7KOeM8U/s278/portada%20blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="278" data-original-width="182" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCCE2mL8IxFKoLWWv5tq1Fw7X5Kld23CZcs1ibE9gkWutLMwXpCzpjbwueIA13BVf51TdtmnFVpEE5Ys-aL-yiOzJi7FQ526wcbXWyce_r2aFDowd_-7I5uVohgTXxMDp0ewoxJS3HTuCoE_QSbDIGFSg1GoLgpwiYkngMTTQoxPylGZKRSyKu_7KOeM8U/w419-h640/portada%20blog.jpg" width="419" /></a></div><div><br /></div><div><br /></div><br /><div style="text-align: justify;">Conocí a Vásquez a través de<i> <a href="https://orlandiana.blogspot.com/2014/03/las-reputaciones-de-juan-gabriel-vasquez.html">Las reputaciones</a></i> hace ya unos cuantos años. Una novela más que correcta, y quizá más meritoria de lo que parece en una primera ojeada, que traza un amplio panorama de cierto sector de la sociedad de su país y plantea unos interesantes dilemas morales. Aunque esta que comento hoy la supera, en mi opinión, ampliamente: solo hace falta zambullirse en su polimórfica materia para comprender la enorme empresa en que se ha embarcado el autor, el gran esfuerzo que supone su aparente espontaneidad, así como esa ductilidad gracias a la cual consigue abarcar tantos escenarios adaptándose a ellos como el camaleón literario que ha demostrado ser. Esto que digo es evidente tras unas cuantas decenas de páginas, lo que supone apenas el inicio de la ascensión, pero cuando hemos llegado al final y contemplamos el paisaje desde la cima la admiración ya no conoce límites. </div><div style="text-align: justify;">Estoy generalizando, ya que me parece imposible que alguien piense de otra forma, pero siendo realista debo admitir que no a todo el mundo le apetece conocer la vida y obra de un director de cine y novelista colombiano, por muy precoz que haya sido, por mucho que haya viajado, por grande que sea la relevancia política y artística que haya adquirido, por muy trascendentes que resultasen las acciones de sus ancestros y por lo innumerable e insólito de los episodios que jalonan una vida tan aventurera como poco común. Estoy hablando de Sergio Cabrera. ¿Lo conocen? En caso negativo, ni falta que hace. Igual van a disfrutar de esta biografía novelada que transita tantas épocas como lugares, en la que geografía, historia, política, ideología, activismo social, psicología de los personajes y, una vez más, conflictos éticos, se alían para servirnos en bandeja una trama repleta de aventuras y giros de guion, donde los personajes se reinventan una y otra vez porque antes de llegar a estas páginas fueron (y son) personas reales, y esto es lo que pueden contarnos.</div><div style="text-align: justify;">Según entiendo yo, se trata de una biografía novelada ya que no hace un recuento exhaustivo de lo sucedido (imposible abarcar tantos años, efemérides y personajes en un formato como este) tal como haría una biografía al uso ni recrea los hechos con detalle añadiendo escenas imaginadas como es propio de las novelas. Lo que hace Vásquez es alternar un presente muy significativo -el momento en que Cabrera acudía a unas jornadas en Barcelona sobre su obra cinematográfica coincidiendo con el fallecimiento de su padre- con el amplio pasado que se inicia en la niñez de ese padre, Fausto, que tanto influyó en las andanzas del hijo así como en su vocación definitiva. El encuentro con Raul, hijo del protagonista al que hace tiempo que no ve, sirve de hilo conductor para rememorar un cúmulo de anécdotas, fracasos, desencuentros, experiencias, éxitos y soledades. Igual que el desarrollo de cualquier vida, pero esta en concreto es tan excepcional que nos arrastra de sorpresa en sorpresa, nos traslada a varios continentes y nos hace testigos de decisiones tan radicales como inverosímiles. </div><div style="text-align: justify;">Tal como explica el escritor:</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b></b></span><blockquote><span style="font-size: x-small;"><b>"... el acto de la ficción ha consistido en extraer la figura de esta novela del gigantesco pedazo de montaña que es la experiencia de Sergio Cabrera y su familia, tal como me fue revelada a lo largo de siete años de encuentros y más de treinta horas de conversaciones grabadas.(...) intercambié incontables correos y mensajes de texto -con Sergio y con Silvia, con Marianella y con Carl- y recibí fotografías de sus archivos privados y consulté documentos cuya supervivencia inverosímil me pareció una prueba más de la testarudez del pasado, y mientras escribía otros libros estuve buscando en las sombras la forma que más le convenía a éste."</b></span></blockquote><p>Los nombrados son, respectivamente, además del protagonista, su esposa, su hermana y un antiguo novio de esta con quien coincidió en China, siendo él inglés y ella colombiana. Pero los párrafos estrictamente históricos comienzan, como digo, mucho antes, con el exilio del español Fausto Cabrera y su familia, capitaneados por el legendario tío Felipe, huyendo de la deriva fascista que estaba tomando el país. Ese padre de trece años cuando comienza la acción termina, ya adulto, dirigiendo los destinos de toda su familia hasta que alguien se rebela y cambia el rumbo, no sin oposición, silencios y rivalidades que convierten la relación paterno filial en un combinado de amor y distancia. </p><p>En definitiva, y a pesar de la complejidad del texto, me atrevo a escoger una palabra clave para definirlo. Esta palabra es <i>fanatismo</i>, eso que empuja a las personas idealistas a no apearse nunca de lo que creen su destino y su deber por mucho que la realidad esté demostrando lo contrario, eso que en unas ocasiones conduce al desencanto y en otras a decisiones extremas por inhumanas y dañinas, porque nadie puede luchar individualmente contra el monstruo en que suelen convertirse las ideologías, todas en general, las que acaban triunfando y las que no.</p><p>Esto en cuanto al contenido. Si ahora consideramos la forma en que se ha concretado <i>Volver la vista atrás</i>, creo que su mayor mérito consiste en haber hallado una estructura y un ritmo que condense y sintetice tantísimas vivencias sin perder de vista el elemento humano ni los detalles más relevantes. De ahí que la considere una obra excepcional que puede entusiasmar tanto a los interesados por los asuntos que se relatan como a aquellos que estén abiertos a cualquier propuesta narrativa siempre que esté realizada con honestidad y habilidad literaria.</p><p><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i><br /></i></span></b></p><p><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i>PUBLICACIÓN: 2021 - EDITORIAL: ALFAGUARA - </i></span><span><i>PÁGINAS: 480</i></span></b></p></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-7391908025441257242023-12-29T10:00:00.039+01:002023-12-29T10:00:00.124+01:00En la colonia penitenciaria, de Franz Kafka<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFhZm-_Ip-9-dN8EIdnmnjKK8SFEsQbwKc9D9EIxNV10cl2_kwlpX6KzeJI9HCOyZm5GFxmVwTnFHZqUUduBFuiK8jileL05_2eZ84FyHa4vBT7weGWsdR2ZTmAbJZRH2daPkd-MBeDHtNcX5IhlEEu_27AIuVuEikFIjIvN7AeDcdAJ__Vnl64OZ0ZpLb/s500/portada%20blog%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="324" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFhZm-_Ip-9-dN8EIdnmnjKK8SFEsQbwKc9D9EIxNV10cl2_kwlpX6KzeJI9HCOyZm5GFxmVwTnFHZqUUduBFuiK8jileL05_2eZ84FyHa4vBT7weGWsdR2ZTmAbJZRH2daPkd-MBeDHtNcX5IhlEEu_27AIuVuEikFIjIvN7AeDcdAJ__Vnl64OZ0ZpLb/w414-h640/portada%20blog%20(2).jpg" width="414" /></a></div><br /><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;">“Con cierta incredulidad al principio, pero con una certeza que va rápidamente en aumento, nos damos cuenta de que nada de lo que estamos leyendo podrá ser olvidado luego, como si nos lo hubiesen escrito en la piel, al igual que <i>En la colonia penitenciaria</i>".</span></div><div style="text-align: right;"><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2013/11/auto-de-fe-de-elias-canetti.html" style="font-size: small;">Elias Canetti</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Parece ser que el autor se arrepintió de haber escrito este relato y aún más de haberlo leído en público. Parece ser que hubo desmayos durante la sesión, gestos de angustia etc. Y lo digo así, con un deje de duda, porque tratándose de Kafka no puede saberse si las manifestaciones que han quedado son fiables del todo, empezando por los propios textos, depositados -aunque no en este caso- en manos de su amigo Max Brod, quien pudo modificarlos a su gusto. No sabemos si lo hizo o no, pero si existen dudas sobre la fiabilidad de lo escrito, imaginen si podemos creer las anécdotas tal como se contaron por entonces. </div><div style="text-align: justify;">En cualquier caso, y a pesar de la opinión de quien creó todo un magnífico corpus literario, esta pieza me parece una obra maestra aunque difícil de digerir para estómagos delicados como el mío. Si he llegado hasta el final es porque merece la pena: por su significado, su ejecución, la sabia disposición de los elementos materiales y humanos en una intachable jerarquía y otro montón de cualidades que no seré yo quien descubra a estas alturas. Pero me ha costado, quede claro, llegar hasta el final y, a pesar de su tamaño, he tenido que hacer varias pausas sin saber muy bien si lo iba a abandonar en algún momento. No me extraña, pues, que la acogida fuese traumática, ya que, por una parte, los asistentes al acto tuvieron que tragarse de un tirón toda la truculencia de la historia mientras yo he podido dosificarla a mi gusto, por otra, vivimos en una época en que, a diferencia de aquella, estamos curados de espanto. Unos más que otros, naturalmente, pero existe una moda gore desde hace décadas y todos hemos visto escenas en la pantalla inimaginables por entonces.</div><div style="text-align: justify;">Tanto es así, que al acabar de leer decidí firmemente no escribir este artículo, han tenido que pasar varios días de lenta asimilación para atreverme, siempre avisado al lector, de que, tanto la situación en sí misma, como los personajes y las crudas descripciones son, sin paliativos, crueles. Si esto es así, ¿cuál era el propósito de quien ideó esta corta pero compleja maquinaria narrativa que describe una endiablada maquinaria física y una maquinaria penitenciaria refinadamente perversa? Pues justamente lo contrario, se trata de una crítica, eso está más que claro. ¿Qué se le fue de las manos en su entusiasmo por reflejar lo que aborrecía? Pues probablemente sí, pero de medias tintas y autocensuras suelen resultar obras mediocres y, desde un criterio puramente artístico, sostengo que merece la pena. Quien no quiera pasar por ahí que no lo haga, yo ya he avisado.</div><div style="text-align: justify;">He leído que este relato se aparta radicalmente de la narrativa de Kafka en su conjunto. Ignoro si esta opinión es mayoritaria y si quien la defiende tiene buenos argumentos, pero no puedo estar de acuerdo. Es verdad que el texto le salió más crudo y explícito de lo acostumbrado, pero este es un rasgo muy superficial. En el fondo este autor, quizá más claramente que otros muchos, cuenta una y otra vez una única historia cuyo sadismo es incuestionable a poco que profundicemos, y esta nace de unas obsesiones que le acompañaron desde siempre. También la forma de contarlo es la misma en esencia. Yo definiría su literatura como un artefacto frío como el hielo, estructuralmente perfecto, aparentemente sin alma, que con precisión matemática desvela, por contraste, toda la miseria humana, las contradicciones, la arbitrariedad, el dolor y la injusticia. Y eso ocurre aquí, en concreto, contemplando ese artilugio infernal cuya desapasionada y minuciosa descripción nos pone los pelos de punta, observando de cerca las imprevisibles, incluso cuestionables, reacciones de los presentes, imaginando la personalidad de quienes quedan en la sombra y que, sin embargo, son los realmente relevantes. Hay un reo, cuya culpa ni él mismo conoce, un ejecutor y su auxiliar, un testigo que impone respeto y dos comandantes fuera de escena, uno en activo, fallecido ya el otro (afortunadamente, diría yo), cuyos conceptos de la justicia son diametralmente opuestos.</div><div style="text-align: justify;">¿Que si voy a contar algo más? No, por cierto: con esto tienen más que suficiente. Dar más pistas anularía el efecto sorpresa que, no le demos más vueltas, siempre es un plus.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: IN DER STRAFKOLONIE</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;"> - ESCRITO EN 1914 - PUBLICADO EN 1919 - CLÁSICO: VARIAS EDICIONES</span></i></b></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-25885717282672091722023-12-15T10:00:00.000+01:002023-12-15T10:00:00.136+01:00América, de Franz Kafka<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQOElC_JgMuOtYKtggoUFx7Vk6ibVU9I2JxOsz1-wTNzcAKgdzTYdqmeMxStCdYCHOQw2v87xpa7KLrVTYai0l_Stpt3EiPY9XFeXoh5-7w0GgzvAV3vjF_LfkELCp6Z6RWVRQ1ooAzTB4Y4-Sog6kv0r6G_luUtC1ACsd906aUDJT9buBhM28TuaK1pRC/s472/portada%20orlandiana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="300" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQOElC_JgMuOtYKtggoUFx7Vk6ibVU9I2JxOsz1-wTNzcAKgdzTYdqmeMxStCdYCHOQw2v87xpa7KLrVTYai0l_Stpt3EiPY9XFeXoh5-7w0GgzvAV3vjF_LfkELCp6Z6RWVRQ1ooAzTB4Y4-Sog6kv0r6G_luUtC1ACsd906aUDJT9buBhM28TuaK1pRC/w406-h640/portada%20orlandiana.jpg" width="406" /></a></div> <div style="text-align: justify;">Con esta novela inconclusa ¿adónde se dirigía y a qué lugar quería llevarnos el buen Kafka? Visitas ese mundo absurdo y fascinante, te quedas en él algún tiempo y, aunque sabes que se va a cortar abruptamente en algún punto de la trama no puedes dejar de leer. Hasta dónde llegue, te dices. Y, efectivamente, acabas llegando. Pero lo que encuentras es un final arbitrario, sin desenlace de ninguna clase, un silencio definitivo cuyo propósito desconoce el lector. ¿Merece la pena entonces coronar una cumbre que ni siquiera es la cima, que está solo a mitad de camino después de una travesía tan accidentada? Por supuesto, pues lo que vamos a encontrar es un abrupto precipicio que impresiona por su altura y desde el que apenas se distinguen unas siluetas borrosas, pero tan atrayentes que hemos de dar por buenas todas las peripecias sufridas a través de la candorosa personalidad de Karl Rossman, la indignación por las injusticias que padece, la constante preocupación por lo que pueda sucederle y el deseo de que salga airoso de las continuas pruebas a las que le somete su inexperiencia. Es cierto que va aprendiendo, pero el tiempo transcurrido es demasiado breve para que se haya curtido lo suficiente; lo intuimos, ya en las últimas páginas del fragmento, bastante más cauteloso, menos confiado, pero todavía incapaz de esquivar a los avispados pícaros que le rodean y a los que parece atraer como la miel a los insectos.</div><div style="text-align: justify;">¿Qué sabía Kafka de América? Quizá no demasiado, pero los ecos que le llegaban, junto a una intensa labor de documentación, bastaron para trazar un cuadro de los diversos estratos sociales neoyorquinos y, sobre todo, el itinerario de un muchacho alemán -más bien centroeuropeo, ya que las fronteras han ido cambiando- que se encuentra de golpe en un mundo desconocido; pero si no logró encajar en el suyo, imaginen la cantidad de bofetadas que le esperaban en el nuevo continente. Sin embargo, no dramatiza, el tono que utiliza, a veces sarcástico, caricaturesco en cierta medida, y la personalidad de Karl, que gracias a su juventud y a su insaciable curiosidad se va sobreponiendo a los embates, logra que lo veamos siempre de pie, sin arredrarse, conservando su entereza y dignidad intactas y su inocencia casi íntegra. Finalmente, su ingreso en el Gran Teatro de Oklahoma transmite la esperanza de que acabe el cúmulo de calamidades en que se ha visto envuelto. Al menos, esa era, según Max Brod -su albacea y único intérprete de cara a la posteridad- la intención final del autor, mucho más optimista si creemos esta versión que los desenlaces del resto de su obra.</div><div style="text-align: justify;">Con tan pocos elementos sería aventurado tratar de adivinar el mensaje oculto tras la trama completa. Pero conocemos las obsesiones del autor, lo que opinaba a grandes rasgos y su material de observación gracias al resto de sus obras. La figura del hombre indefenso frente a una maquinaria insensible y cruel se repite una y otra vez, así como su incapacidad de hacer oír la voz de la razón y la justicia, la vulnerabilidad de quien trata de someterse a las pautas establecidas sin aprovecharse de nadie, sobre todo si está solo o le ha sobrevenido alguna desgracia. En cuyo caso, lo más despiadado e inhumano que podamos concebir se alía para aprovecharse de él, ignorarle o destruirle, que finalmente viene a ser lo mismo. En definitiva, lo que subyace es la idea del hombre solo y desarmado ante una sociedad que lo acosa. </div><div style="text-align: justify;">Sabemos que las vivencias personales, lo que observaba a su alrededor así como las circunstancias políticas de su época formaron un magma denso en el cerebro de este genial novelista que lo llevó a construir un mundo propio y, sin embargo, común a toda la humanidad, a trazar obra tras obra una metáfora de la sociedad en que vivimos, sea cual sea el momento histórico en que nos encontremos, una metáfora de la voracidad con la que el poder de cualquier clase destruye a quienes no tienen intención de luchar ni avasallar a sus coetáneos, ni siquiera de imponerse.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: DER VERSCHOLLENE (AMERIKA según Max Brod)</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;"> - PUBLICADA (PÓSTUMA) EN 1927 - CLÁSICO: VARIAS EDICIONES</span></i></b></div><div><p></p></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-79580281860135989152023-12-01T10:00:00.020+01:002023-12-01T10:00:00.138+01:00Zazie en el metro, de Raymond Queneau<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOArSUGwXzz4l5fcGwzgHyAT3BNPcKiGHrl02gw8isc-40nQOyqODPHYtuo46qLZxTq1MeXtbPcna4y9pY6ZGzLUld9MSdgXgrTQlG9DUC5a2FtlOBpQdFsix_KY_0tUOki2yNrmbnEK4NiBY7IeVv_lcxnHTvKsUhZEXd_V8p8Wdrk4N8ReGpJG4rTx-d/s819/9788492728190.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="819" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOArSUGwXzz4l5fcGwzgHyAT3BNPcKiGHrl02gw8isc-40nQOyqODPHYtuo46qLZxTq1MeXtbPcna4y9pY6ZGzLUld9MSdgXgrTQlG9DUC5a2FtlOBpQdFsix_KY_0tUOki2yNrmbnEK4NiBY7IeVv_lcxnHTvKsUhZEXd_V8p8Wdrk4N8ReGpJG4rTx-d/w432-h640/9788492728190.webp" width="432" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">¡Ay las traducciones! No sé si ustedes, los que ya pasaron por ahí habrán tenido más suerte que yo, pues el ejemplar que cayó en mis manos -y alguna otra edición que he podido hojear de pasada- quedó a cargo del ínclito Sánchez Dragó, más conocido por su empeño de escandalizar al personal que por sus hazañas literarias. (Y lo de hazaña no lo he puesto casual ni ingenuamente, que conste. A buen entendedor...)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Y no es cuestión baladí, ya que leer un texto tan divertido, rompedor, repleto de guiños y no obstante comprensible para cualquiera -siempre, claro está, que sea capaz de descifrar el argot parisino de la época- y no obstante sufrir como nadie imagina una línea tras otra no se lo deseo a nadie. Tanto es así que me ha costado un triunfo acabarlo, se quedaba por los rincones el librito y había que rescatarlo de vez en cuando si quería acabarlo de una vez. Y es que <i>Zazie en el metro</i> no es en absoluto fácil de traducir, así que lanzarse alegremente a ello sin reparar en las dificultades me parece una irresponsabilidad y un insulto a los sufridos lectores que no tenemos ninguna culpa. Mi impresión (totalmente subjetiva, por supuesto) es que el traductor tiraba de vocablo popular a la buena de dios, sin ninguna coherencia, y cuando la cosa se ponía fea recurría al diccionario. Así que el (mal) castellano resultante se desangra por las costuras.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Supongo que conocen al autor. Fue uno de los fundadores de <i>OuLiPo </i>(Ouvrier de Literature Potentielle o Taller de Literatura Experimental), antes llamado <i>Selitex </i>y al que pertenecieron figuras tan emblemáticas como <a href="https://orlandiana.blogspot.com/2013/10/la-vida-instrucciones-de-uso-de-georges.html?m=1">Georges Perec</a> o Italo Calvino<i>. </i>Aunque Queneau con <i>Zazie en el metro</i> se dio a conocer al gran público, tenía ya una larga trayectoria como novelista y esta fue, en realidad, una de las últimas novelas que escribió. Tiene también en su haber varios poemarios y obras diversas, como su conocida <i>Ejercicios de estilo, </i>en la que trata de explicar de forma práctica cómo la manera de abordar cualquier relato es decisiva en su resultado, siendo la anécdota más o menos secundaria. En realidad, es un canto a la creatividad, una guía para sacar partido a esta y una demostración de sus resultados.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Zazie es una niña de doce años con una tenebrosa historia a sus espaldas a pesar de su corta edad. Uno de esos personajes a través de cuya ingenua mirada, los escritores, reflejan ciertas lacras sociales sin dramatizar demasiado, mencionándolo como algo sin importancia e incluso haciendo humor de ello. Lo que le ocurrió a Zazie es un drama que no debería haber sucedido ni una sola vez en la historia de la humanidad y, sin embargo, se repite con relativa frecuencia. Esto la ha convertido en una personita algo más descarada de lo habitual, pero es -interpreto yo- su forma de defenderse de un mundo claramente hostil con las jóvenes y de su propia ignorancia de las convenciones adultas. Porque en el fondo es tan ingenua como puede esperarse de cualquier cría de esa edad, al menos en la época en que se sitúa el relato, y su curiosidad es tan insaciable como torpes son los que la rodean para satisfacerla con respuestas adecuadas a su nivel de desarrollo. El día que se describe en la novela a nuestra heroína la trasladan del extrarradio a la capital para que quede al cuidado de su tío Gabriel -transformista en un cabaret parisino pero sereno* de cara a la galería- para que su madre pueda pasar el día con un ligue reciente. Pero el ansia de libertad afecta a ambas, así que Zazie intenta zafarse de la custodia del tío aunque su escapada no dura demasiado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Con estos mimbres, Queneau construye una disparatada y divertida trama en la que, como sucede tantas veces, lo menos importante son los hechos que se narran y lo que realmente quiere mostrarnos son unos personajes, fruto de la época en que viven y a la vez bastante peculiares, la mentalidad de entonces, la fisonomía de un París lleno de contrastes con un turisteo que prospera a ojos vistas, sus tipos populares, y los conflictos propios de una gran urbe, sin olvidar un lenguaje barriobajero que lo envuelve todo con su expresividad y dinamismo y que contribuye a desdramatizar tanto como a dar un toque irónico a las escenas, aunque quienes no dominamos la lengua francesa no podamos apreciarlo en todo su esplendor. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Todo ello convierte a <i>Zazie en el metro </i>en una pieza satírica y costumbrista que cuenta mucho más de lo que parece, solo hay que prestar atención a los detalles para enterarnos de lo que se está cociendo. Finalmente, como suele suceder en este tipo de historias, nada ocurre como estaba previsto pero el fruto cae del árbol por su propio peso, es decir, Zazie abre los ojos, madura de alguna manera, quizá no demasiado todavía, pero suficiente para haberlo hecho en solo unas pocas horas de su vida.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">* <span style="font-size: x-small;"><b><i>Sereno</i>: Funcionario municipal que, en el siglo XX, se encargaba de rondar de noche por las calles para velar por la seguridad del vecindario.</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: ZAZIE DANS LE METRO</i></b></span><b style="font-size: medium;"><i><span style="font-size: x-small;"> - PUBLICADA EN 1959 - CLÁSICO, VARIAS EDICIONES - TRADUCCIÓN: FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ - NÚMERO DE PÁGINAS (aprox.): 220</span></i></b></span></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-85670778561484418922023-11-17T10:00:00.006+01:002024-01-25T14:53:35.699+01:00Ni siquiera los muertos, de Juan Gómez Bárcena<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0iwJkWDjimz0whR2kSHeA2XWUK5GFQ-SXd-6NMeDnvRQQ1qaJHjsSs-TOsipj42Ruvckgx27aJg8nIaD5sQXldrcJC_BYLVcs_C2-As0Zl0ZD6M9ITti08iIqUWqvjE9-aC2Xda40PsQWj21hwRzmWeDdzJFMaiCPG02G3cOnAIdlvVxViICrR3JPsgWZ/s278/bloguito.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="278" data-original-width="181" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0iwJkWDjimz0whR2kSHeA2XWUK5GFQ-SXd-6NMeDnvRQQ1qaJHjsSs-TOsipj42Ruvckgx27aJg8nIaD5sQXldrcJC_BYLVcs_C2-As0Zl0ZD6M9ITti08iIqUWqvjE9-aC2Xda40PsQWj21hwRzmWeDdzJFMaiCPG02G3cOnAIdlvVxViICrR3JPsgWZ/w417-h640/bloguito.jpg" width="417" /></a></div><br /><div><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div><span style="text-align: justify;">Los viajes en el tiempo constituyen una de las quimeras que integran nuestro imaginario colectivo desde que ciertos escritores tomaron la ciencia como materia de ficción, quizá desde mucho antes y hasta es probable que esté grabado en nuestro código genético. Pero de una forma más simbólica lo hacemos cada vez que recordamos, imaginamos el futuro o leemos cualquier cosa ubicada en otra época. Nada más libre que la imaginación, y si a la nuestra se suman la de quienes fantasean por nosotros el horizonte espacio-temporal se diluye, no hay límites en nuestros viajes, el universo se vuelve pequeño y abarcable a la vez que maravilloso y lleno de promesas.</span></div><div><p></p><p style="text-align: justify;">El autor de esta novela es capaz de trasladarnos de la época de la colonización a la actualidad, pasando por las etapas intermedias sin cambiar de protagonista, y hacer verosímil esa excéntrica trayectoria simplemente logrando que todos sus elementos encajen. Pero su aventura, que enseguida haremos nuestra, no se limita al viaje en sí, es capaz de trascenderlo, de analizar críticamente las estructuras de poder que marcan cada momento histórico sin que apenas nos demos cuenta, a modo de fábula contemporánea para adultos. </p><p style="text-align: justify;">Podemos añadir más capas. El protagonista, soldado español ya retirado, que participó en la conquista de Méjico y lleva una vida tranquila junto a su esposa indígena, deja lo poco que tiene para emprender una misión que, según estima, le proporcionará una gran fortuna, así como los favores de quien en última instancia realiza el encargo: nada menos que Su Majestad. Así que Juan Gómez Bárcena relata el periplo de Juan de Toñanes, que busca incansablemente al indio Juan. Tres <i>juanes </i>en un solo ser humano, que fabula tomando la historia como materia prima pero que, probablemente, se esté buscando a sí mismo, y a la vez, de forma alegórica, somos todos nosotros buscando incansablemente a la persona que somos realmente.</p><p style="text-align: justify;">El Juan fugitivo fue uno de los adoctrinados desde niño en un convento católico, un residente de categoría inferior a los frailes como todos los indígenas que recogían, pero demasiado despierto para las expectativas que se habían puesto en él. De modo que les sale rebelde, se escapa, se convierte en profeta, reúne seguidores y escribe una traducción propia de las escrituras. Una heterodoxia que hay que cortar de raíz. Su perseguidor va tras su rastro preguntando aquí y allá, el lector a su vez va conociendo lugares, individuos y anécdotas. También la fisonomía de cada época que va atravesando, ya que su viaje dura, como digo, varios siglos, y su primer objetivo se va diluyendo hasta no saber muy bien qué es lo que está buscando. El rumbo es lo único que está claro: "siempre, siempre, hacia el norte". En cambio, la escurridiza sombra que no consigue atrapar va cambiando de forma, o eso dan a entender los testimonios que recoge Toñanes y que llegan hasta el presente. </p><p style="text-align: justify;">Existe también el aspecto ritual, en forma de párrafos bíblicos -de esa Biblia reconstruida por el supuesto profeta- que se repiten sin llegar a ser exactos. Y el filológico, al mostrar los cambios que se van produciendo en el idioma a lo largo del tiempo. Hasta el onomástico, pues Juan, es sucesivamente y según la mentalidad de cada época, <i>padre</i> (espiritual), <i>patrón </i>(empresario), <i>compadre </i>(en las luchas sociales) o <i>padrone</i> (en el mundo de la mafia).</p><p style="text-align: justify;">Salvando las abismales distancias que separan ambos textos, me ha recordado el viaje que realiza el particular <i><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2013/02/orlando-de-virginia-woolf.html?m=1">Orlando</a></i> de Wolf. Aunque les separa prácticamente todo: intención, fecha en que se escribieron, lugares, ambiente, el mensaje feminista de V.W..., pero reconozcamos que transitar por la historia no es fácil y pocos se han aventurado a un experimento así. Existe además en ambos una carga crítica evidente, aunque Virginia muestra constantemente su vena satírica en forma de guiños burlones dirigidos a la sociedad de su época y a Gómez Bárcena lo vemos mucho más serio y circunspecto. </p><p style="text-align: justify;">Aunque toma como pretexto hechos documentados, no la catalogaría como novela histórica, ya que no sigue un esquema realista sino que fabula constantemente y aprovecha lo que le interesa para sus propósitos. Por otra parte, que ese final demasiado apegado al presente no está a la altura del resto ya lo han dicho antes que yo así que, estando totalmente de acuerdo, no insistiré en ello. Si el autor debería haber prescindido o no de esas últimas páginas es una cuestión subjetiva y habrá tantas opiniones como lectores tenga la novela. Eso sí, espero que las compartan conmigo, pues para eso están los comentarios.</p><p style="text-align: justify;"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i><br /></i></span></b></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: x-small;"><span><i>PUBLICACIÓN: 2020 -EDITORIAL: SEXTO PISO - TRADUCCIÓN: DAVID PARADELA LÓPEZ - </i></span><span><i>PÁGINAS: 408</i></span></b></p></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-48512180482127010762023-10-30T10:00:00.009+01:002023-10-30T12:16:03.056+01:00Un libro de mártires americanos, de Joyce Carol Oates<p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYj1nlZZ_tDFLV_2p4M0yGYW9TFHDwENmPqxgk2Nn-AWNYDx6GTui_ffsVfDU9tEUUV3Qg7LvQTthHGtrDBOClXSOfOhxQzbrtmN73gCr9ZKHleKFeSyVVascS3fblfL2WUbnnRscikqEsnfq0S9OWHIJ6D70DIO7AShs8lumS6K9afIVkItsUg0MebcT6/s630/blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="400" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYj1nlZZ_tDFLV_2p4M0yGYW9TFHDwENmPqxgk2Nn-AWNYDx6GTui_ffsVfDU9tEUUV3Qg7LvQTthHGtrDBOClXSOfOhxQzbrtmN73gCr9ZKHleKFeSyVVascS3fblfL2WUbnnRscikqEsnfq0S9OWHIJ6D70DIO7AShs8lumS6K9afIVkItsUg0MebcT6/w406-h640/blog.jpg" width="406" /></a></div><br /><br /><div><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Otro año sin recibir el Nóbel, esto ya pasa de castaño oscuro, se lo digo de verdad. ¿Saben ustedes cuántos años tiene Oates? Pues nació en 1938, así que echen la cuenta. Que siga publicando como si estuviera en la cima de su carrera es porque lo está -ya que esta tiene una cima muy amplia, mucho más que la de la mayoría de creadores- no porque sea joven precisamente. Lo previsible es que los suecos no lleguen a tiempo, si es que alguna vez han tenido intención de dárselo. Hay otros que se lo merecen tanto como ella, es cierto, pero quizá sean todos más jóvenes, no me he puesto a comparar; y algunos que ya lo han recibido, estando muy por debajo de ella en cantidad y calidad de producción. Porque esta autora, así, silenciosamente, me da la impresión, como una hormiga hacendosa, ha creado todo un mundo repleto de personajes tan vívidos que casi se salen de las páginas. Porque escribe mucho, muy elaborado, muy prolijo, y ameno no obstante. Porque nos creemos lo que nos cuenta y acabamos formando parte del mundo que nos muestra. Porque escribe unos tochos que pueden disuadir a primera vista y que cuando empezamos no podemos soltar. Porque se le denomina la eterna candidata, pero va a dejar de serlo más pronto que tarde como los miembros de la academia sueca no espabilen de una vez por todas.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Dicho esto, abordemos la novela. En el arranque encontramos a un personaje tan peculiar como puede serlo cualquier fundamentalista, algo lunático por cierto, que en realidad sigue unas pautas marcadas previamente por quienes hicieron de las suyas antes de que el llegase a sus mismas conclusiones: a saber, que el mundo está echado a perder, que urge salvarlo y que quién mejor que él para llevar a cabo esa importantísima misión.<span style="font-family: inherit;"> Se llama Luther Dunphy, y protagoniza una escena dantesca que tiene lugar en una clínica.</span> Alrededor de ese momento, de sus implicaciones de todo tipo y de las ideologías subyacentes a favor y en contra gira toda la novela, pero no crean que ahí queda todo: su riqueza de planteamientos y matices es inabordable en un artículo como este y tampoco tengo intención de destriparla. (Por cierto, si alguien se lo pregunta, creo que el término <i>spoiler</i> está pasado de moda, es mucho más expresivo el que yo uso, y además <i>made in Spain</i>, jeje).</p><p style="text-align: justify;">A partir de la aparición estelar del sujeto en cuestión se quebrarán dos familias, sus miembros vivirán un trauma que les marcará de por vida y que, sobre todo a los más jóvenes, les privará de las referencias imprescindibles dejándoles para siempre sumidos en un mar de preguntas sin respuesta. Una es la del tal Dunphy, <span style="font-family: inherit;">la otra la de Augustus Voorhees, el médico que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino. Pero lo realmente escalofriante, aparte del h</span>echo en sí mismo, es el punto de vista que Oates elige para contárnoslo, pues nos coloca en la cabeza del asesino y deja que sigamos el curso de su fanático flujo de conciencia.</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo esta no es una novela de tesis, ciertamente aborda asuntos tan candentes como la pena de muerte y el aborto, pero la red de relaciones y trayectorias resulta casi tan compleja como la vida real. Con el tiempo, las tramas se entrecruzan, conocemos a otros muchos personajes, unos más relevantes que otros, la perspectiva cambia una y otra vez así como las cuestiones que se plantean en cada momento y que siguen de plena actualidad. Finalmente, dos personajes se van enfocando cada vez más de cerca, son </span>Dawn y Naomi, las hijas de los mencionados, que llegan a la adultez como pueden y tratan de reconducir sus vidas, cada una a su manera y como sus inclinaciones les dan a entender. A este respecto, ya dije en otro sitio -hace una eternidad- que aplaudo cada palabra de Oates menos, precisamente, las últimas. Me parece que ese desenlace no está al mismo nivel que el resto, que parece haber escogido un camino fácil, tópico y, sobre todo, sentimentaloide.</p><p style="text-align: justify;">¿Qué quién soy yo para corregir a la gran dama de las letras? Pues nadie, pero hasta al mejor escribano se le escapa un borrón que dice el viejo refrán, y yo, con toda la humildad, opino que este es el caso. Naturalmente, se admiten discrepancias.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: A BOOK OF AMERICAN MARTYRS</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;"> - PUBLICADA EN 2017 - EDITORIAL ESPAÑOLA: ALFAGUARA - TRADUCCIÓN: JOSÉ LUIS LÓPEZ MUÑOZ</span></i></b><b><i><span style="font-size: x-small;"> - NÚMERO DE PÁGINAS: 824</span></i></b></p></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-85898860795782819352023-10-23T10:00:00.016+02:002023-10-23T10:00:00.137+02:00Río revuelto, de Joan Didion<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg58mBisDer18c3DM55f9b5tZ_jpjFKT_1oGZ57t_KZCPXxQsBmtL727-ZBYRIzdar2YVKVjTS95M2LBINZ6yyfGz3oAnQ_H2ds_8UnXi0m3UC5oC9uPAyLHz53oUQ9YlkAAYgjbTyPu3TL0nAgq02LWoNyJ2_onQfRVt_n6YIpdpULHvqeuNE_hHY6nKT/s2362/portada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2362" data-original-width="1488" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg58mBisDer18c3DM55f9b5tZ_jpjFKT_1oGZ57t_KZCPXxQsBmtL727-ZBYRIzdar2YVKVjTS95M2LBINZ6yyfGz3oAnQ_H2ds_8UnXi0m3UC5oC9uPAyLHz53oUQ9YlkAAYgjbTyPu3TL0nAgq02LWoNyJ2_onQfRVt_n6YIpdpULHvqeuNE_hHY6nKT/w404-h640/portada.jpg" width="404" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p style="text-align: justify;">Recordé que había visto un documental sobre la autora -titulado <i>El centro cederá-</i> cuando leí el entusiasta comentario de una bloguera que, por lo visto, conoce bastante bien su legado. No es mi caso, así que decidí subsanar esta laguna leyendo alguna de sus novelas y juzgar por mí misma si realmente merece tanto la pena como aseguraba la susodicha. Bien, a mi no me ha impresionado ni la mitad, sobre todo si la comparo con cronistas familiares tan agudas como <a href="https://orlandiana.blogspot.com/2023/03/un-tiempo-nuevo-de-elizabeth-jane-howard.html">Elizabeth Jane Howard</a> (1923-2014) o <a href="https://orlandiana.blogspot.com/2023/07/un-guiso-de-lentejas-de-mary.html">Mary Cholmondeley</a> (1859-1925), que nunca dejan de fascinarme. Didion pertenece a la generación de la primera, aunque es algo más joven, y su estilo es más descriptivo y elusivo que cualquiera de las otras dos. También repetitivo a veces, sobre todo al principio de esta novela que, justo es reconocerlo, es la primera que escribió. Pero no puedo ser objetiva, aún tengo que leer sus títulos más importantes, esos que la hicieron llegar a ser quién es en el panorama literario estadounidense. Su propio sobrino, y director del documental, reconoce que no es de las mejores que escribió, aunque añade que siente por ella un cariño especial. Y ella misma, en su madurez, destacó los errores que fue descubriendo con el tiempo, también señala algo con lo que coincido totalmente: que en la segunda parte mejora muchísimo.</p><p style="text-align: justify;">No obstante, tampoco quiero desmerecer un texto que considero correcto y que narra la deprimente historia de una pareja, con un estilo muy personal aunque influida, como es lógico, por sus ilustres predecesores. Siguiendo la trayectoria de Lily y Everett durante, más o menos, veinte años de sus vidas, Didion consigue reflejar ese carácter algo soñoliento y plagado de decisiones arbitrarias de una California anclada en un tiempo -las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado- que ya no existe y que tan bien reflejaron esos novelistas que todos tenemos en mente, de unos terratenientes que han recibido de sus antepasados todo cuanto poseen sin mayor esfuerzo por su parte y cuya vida gira alrededor del rio Sacramento y de las ganancias que reporta el cultivo del lúpulo, de una mentalidad conservadora y condicionada por una economía bien saneada y unos horizontes limitados al terruño y a los pequeños incidentes del día a día.</p><p style="text-align: justify;">El río es, en cierto modo, un personaje más. No solo da vida, también amenaza con quitarla y en ocasiones lo hace. Es el testigo silencioso del amor y el odio de los personajes que se desenvuelven en sus alrededores. Los dos grandes dramas que ocurren en su presencia se van cocinando a fuego lento. El último cronológicamente hablando pero presentado al inicio de la novela lo vamos entendiendo a medida que conocemos a los personajes, sus silencios, frustraciones y forma de resolverlas, nunca enfrentando los problemas, siempre poniendo parches, por ejemplo en forma de pequeñas infidelidades que parecen mitigar la decepción que supone para la protagonista una vida entera sin retos ni objetivos. Sabemos que Lily es un espíritu sensible, también egoísta, pero no más que el resto del reparto.</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote>"... pero Lily no contestó porque se había mordido el puño para no gritar y se había escurrido junto al fregadero de la cocina sobre el suelo de linóleo. Temblando, pero sin moverse para nada, se quedó allí hasta que Edith Knight la ayudó a ponerse de pie, le desató el delantal que llevaba puesto encima del camisón y la llevó al piso de arriba con Everett, que estaba afeitándose. Más tarde, el médico le dio a Everett las suficientes pastillas como para mantenerla dopada durante dos días y Edith Knight dijo que nunca en su vida había visto a nadie reaccionar de la forma en que aquella criatura había reaccionado ante una muerte familiar..."</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">La otra desgracia quizá no la esperábamos, pero si volvemos la vista atrás todo hacía presagiar el fatal desenlace de Martha, un personaje secundario descrito con mano firme. Su oponente es Ryder Channing, un vividor tan atractivo, según parece, como inútil -aunque él parece ignorarlo- y cuya figura no solo no se ha extinguido sino que permanece en el presente con una frecuencia lamentable.</p><p style="text-align: justify;">El resto de personajes está bastante desdibujado, sirven para completar el cuadro familiar y/o social y poco más. Su comportamiento es aparentemente menos errático que el de los principales, pero eso es porque no los conocemos a fondo.</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><p style="text-align: justify;">"Ella, su madre, Everett, Martha, la galería familiar entera: llevaban la misma sangre, heredada de una docena de generaciones de clérigos ambulantes, sheriffs de condado, guerreros indios, abogados rurales, lectores de la Biblia, un senador desconocido procedente de un estado de la frontera de mucho tiempo atrás; doscientos años de talar bosques en Virginia, Kentucky y Tennessee y luego la fuga, el vacío al que habían entregado sus baúles de palisandro y sus cepillos de plata; el corte con el pasado que tenía que haberlos redimido a todos."</p></blockquote><p><br /></p><p> <span style="font-size: x-small; text-align: justify;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: RUN RIVER</i></b></span><b style="text-align: justify;"><i><span style="font-size: x-small;"> - PUBLICADA EN 1963 - EN ESPAÑA: 2018 - EDITORIAL ESPAÑOLA: GATOPARDO EDICIONES - TRADUCCIÓN: JAVIEER CALVO - NÚMERO DE PÁGINAS: 250</span></i></b></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-60776118306555135122023-10-02T10:00:00.031+02:002023-10-02T10:00:00.145+02:00El color púrpura, de Alice Walker<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwKWTDwuRwcesjYUq2M8EHjPTQQZ5Qw5jvy5gOi7E1TEN8XO5ClBA6-1jlP11-is0o3NYIj3Zw7LTMgUtwrLlgOlQDklCurZz5WiI9O9W-K-G_jHl20Jmq_9r-PbJrDqTPFzkB4bX0wZu9_Fy5DgSOlg36XDX9KqJNgsD5PeDTXz7Lu2zyfZKic4aqKOjL/s839/portada%20orlandiana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="839" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwKWTDwuRwcesjYUq2M8EHjPTQQZ5Qw5jvy5gOi7E1TEN8XO5ClBA6-1jlP11-is0o3NYIj3Zw7LTMgUtwrLlgOlQDklCurZz5WiI9O9W-K-G_jHl20Jmq_9r-PbJrDqTPFzkB4bX0wZu9_Fy5DgSOlg36XDX9KqJNgsD5PeDTXz7Lu2zyfZKic4aqKOjL/w422-h640/portada%20orlandiana.jpg" width="422" /></a></div><br /><p></p><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;">"Dios ama todo lo que amas tú, además de otras cosas. Pero lo que más
le agrada es la admiración.
¿Quieres decir que Dios es vanidoso?
Noo; vanidoso, no. Pero le gusta compartir lo bueno. A mí me parece que Dios se mosquearía si, al
pasar por un campo, no vieras el <b>color púrpura</b>.
¿Y qué hace Dios cuando se mosquea?
Oh, seguramente buscar otra forma de agradarte." </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;">"Tan ocupada estaba pensando en Él que no me daba cuenta de las cosas que ha hecho. Ni
de la espiga de trigo (¿cómo las hará?), ni del color púrpura (¿de dónde habrá salido?). Ni de las flores
silvestres. Ni de nada."</span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Llama la atención que una obra que denuncia, entre otros asuntos, el racismo, ponga la palabra <i>color </i>al frente, como emblema, formando parte de un título de solo tres términos. Y que el tono al que se refiere no es blanco, negro ni ninguno que tenga que ver con la piel del ser humano, sino el púrpura. Este color, junto con el rojo son para Celie, nuestra entrañable protagonista, los más bonitos que la naturaleza -es decir, Dios, ya que sus creencias son inamovibles- ha tenido la gentileza de crear. Y es que ella ha sufrido desde niña todo tipo de abusos, ha trabajado más allá de sus fuerzas, se le ha arrebatado hasta el mínimo derecho, es la más pobre en un mundo de pobres a quienes sirve porque ese es el destino que le toca, y sin embargo es capaz de encontrar motivos para disfrutar de lo poco que le ofrece la vida. La belleza de los campos, con sus colores y formas, la complicidad, el amor incondicional por su pequeño núcleo de seres queridos, la paz que es capaz de sentir y generar en otros, la ausencia de odio a pesar de tener motivos de sobra. Me parece todo un arte esa felicidad innata que irradia, esa mirada selectiva gracias a la cual disfruta de todo lo bueno, los colores, por ejemplo, aunque el de su piel sea una de las causas de su marginación. La otra es su sexo, pero nos quedaríamos muy cortos si pensásemos que la novela es solo un alegato contra el racismo y el machismo.</div><div style="text-align: justify;">Son tantos, tan profundos y complejos los temas que se tratan en <i>El color púrpura </i>que es preciso englobarlos en un solo concepto si queremos comprenderla mínimamente. <i>Dominación </i>es lo primero que me vino a la cabeza: de los ricos a los pobres, del hombre blanco hacia la negritud afroamericana, de los países colonialistas hacia el continente africano, de los hombres hacia las mujeres. Pero sigue siendo insuficiente, porque la rotunda respuesta de nuestro personaje convierte todo lo que narra en algo distinto, su mente consigue hacer bello hasta lo más sórdido, alegrar y organizar la vida de muchas personas que se hubieran sentido perdidas sin ella. Celie transrforma lo feo en bello porque ella es la belleza en un cuerpo sin gracia, por eso pienso que el gran tema que Walker ha dejado en estas páginas y al que están subordinados todos los demás que aborda, es sin lugar a dudas la <i>dignidad</i>. La de ella y la de todos esos personajes que, a pesar de los pesares, quizá solo por dentro pero por encima de todo, viven su vida con la cabeza bien alta.</div><div style="text-align: justify;">Esto, tal como lo cuento, puede sonar a moralina, pero nada más lejos. Walker expone con crudeza la vida de una mujer negra desde la pubertad hasta la madurez -sin interferir con ideas que lastrarían el relato permitiendo a los lectores formarse su propia opinión-, mejor dicho, de dos hermanas nacidas en Georgia, un estado del sur de Estados Unidos, a quienes la vida separa demasiado pronto aunque intentarán comunicarse por carta. Son muchas las que se escriben a lo largo de los años, pero que estas acaben alcanzando sus respectivos destinos resulta altamente improbable. El argumento avanza una epístola tras otra, en ellas Celie describe aguda, ingenua y emocionadamente las circunstancias de su vida tal cómo esta va aconteciendo. No parece nada fácil conciliar la simplicidad del personaje con la exactitud del panorama social y el preciso diseño de los secundarios, que son muchos y con personalidades complejas, pero Walker lo consigue plenamente, y ese es uno de sus grandes logros. </div><div style="text-align: justify;">No podemos hablar de novela coral pues la trama entera gira alrededor de Celie, incluso es ella la narradora principal, aunque su hermana Nettie toma la palabra a veces para describirnos su vida como activista en un poblado africano. Esta rama paralela sirve sobre todo para caracterizar al personaje y también para que no lo perdamos de vista, aunque de paso denuncia la brutalidad de un colonialismo que se aprovecha de los indígenas, les despoja de sus pertenencias y acaba expulsándoles del lugar al que pertenecen..</div><div style="text-align: justify;">En medio de tanta desolación se incluyen algunos elementos amables que contribuyen a hacer un poco más fácil la existencia de esas mujeres, abusadas y apaleadas en todos los sentidos. Por encima de todo, la complicidad que desarrollan entre ellas, y que, muy poco a poco, ayuda a que la balanza se vaya inclinando a su favor. Quizá, para mi gusto, a la autora se le haya ido la mano un poco en el desenlace, pues las piezas encajan demasiado bien y con un sesgo optimista que no concuerda en absoluto con la crudeza de todo lo anterior. De cualquier forma <i>El color púrpura </i>es una obra tan amada como odiada, tan descarnada como polémica, que no dejará a nadie indiferente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: THE COLOR PURPLE</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;"> - PUBLICADA EN 1982 - EN ESPAÑA: 1983 - PREMIOS PULITZER Y AMERICAN BOOK ATWARD 1983 - EDITORIAL ESPAÑOLA: PLAZA & JANÉS - TRADUCCIÓN: ANA MARÍA DE LA FUENTE - NÚMERO DE PÁGINAS: VARIABLE, EN TORNO A LAS 250</span></i></b></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-44123533821950450832023-09-19T10:00:00.036+02:002023-09-19T14:04:40.762+02:00Ellis Island, de Georges Perec<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgujmyIbt5s3fUGp-NQ2yR4bNQWvwM1QvInGNHkK9la71rj0RBpfSz6Fg0gJK_yWOnr-3ErguQiHrljTi0m4Z9i0FyfqbRNCTLYIvB6cJ62M4SuS1MUSxn0d6-2c8WNi0JFR48cku7DBV0uCnFHXBphH4qLH0BkZvk_WSMmtQYUd4-J7RgT3_Fe3JjwOgI_/s949/portada.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="949" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgujmyIbt5s3fUGp-NQ2yR4bNQWvwM1QvInGNHkK9la71rj0RBpfSz6Fg0gJK_yWOnr-3ErguQiHrljTi0m4Z9i0FyfqbRNCTLYIvB6cJ62M4SuS1MUSxn0d6-2c8WNi0JFR48cku7DBV0uCnFHXBphH4qLH0BkZvk_WSMmtQYUd4-J7RgT3_Fe3JjwOgI_/w372-h640/portada.webp" width="372" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Nosotros no estábamos allí. Aún faltaba mucho para que naciésemos, incluso el autor de estas páginas llegó a este mundo cuando aquello ya estaba de capa caída. Tampoco es probable que hubiésemos emprendido una aventura semejante: de mi país pasaron por allí tan pocos que ni siquiera ha quedado registro. Y, lo más importante, tampoco lo habríamos deseado. A aquel lugar llegaron los vencidos, los derrotados, los sin esperanza, los parias de este mundo, los miserables, y los que España exportó se dirigieron bastante más al sur. Algunos de aquellos, más bien pocos, triunfaron, muchos salieron adelante, otros fueron rechazados por considerarlos enfermos o inútiles. Hablamos de Ellis Island, un islote aledaño a la estatua de la Libertad que se destinó a recibir, seleccionar, clasificar, etiquetar y distribuir el material humano que necesitaban los pioneros para poner en marcha el país, para que los que ya se habían asentado dispusiesen de mano de obra que levantase infraestructuras, limpiase, acarrease, en suma, se encargase de los trabajos más penosos mientras ellos ponían sus flamantes negocios en marcha.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Perec, al que como bien saben sus admiradores <a href="https://orlandiana.blogspot.com/2013/10/la-vida-instrucciones-de-uso-de-georges.html">imaginación no le faltó nunca</a>, llega a la zona con un encargo muy concreto, se empapa de lo que ve, toca, huele, escucha, y lo hace con la sensibilidad a flor de piel y el cerebro repleto de imágenes. Saber que existió Ellis Island es una cosa, llegar allí y contemplar los detritus arrojados al pasado por aquella masa de gente -tanto inmigrantes como los empleados que les atendieron- es dejar que la mente flote, que viaje en el tiempo, que mire de arriba abajo a aquellos antepasados suyos, con sus equipajes deshilachados, su extenuación después de un viaje largo y arduo, sus ansias de emprender una nueva vida y dejar sus experiencias pasadas en aquel siniestro no lugar. </p><p style="text-align: justify;">El apogeo de Ellis Island tuvo lugar entre 1892 y 1924 y recibió alrededor de 16 millones de refugiados. Perec -apellido afrancesado por razones de seguridad, dadas las circunstancias- nacería en 1936, sus padres fueron judíos polacos, él se presentó voluntario y murió en la guerra, la madre sería capturada por los nazis y asesinada en Auschwitz. El hijo lamenta no haber llegado a conocer la lengua que ellos hablaban ni asimilar la cultura de sus ancestros. Esa sensación de desarraigo (supongo que el desarraigo de un genio es tan triste como el de todos los demás, solo sus frutos son distintos) es la causa del cúmulo de sensaciones contradictorias que Perec manifiesta en este escrito. Pero sus padres nunca visitaron el continente americano, si lo hubiesen hecho probablemente se hubiesen salvado y la vida del escritor hubiese sido muy distinta. En cambio, el bisabuelo del realizador Robert Bober -que fue quien decidió rodar el documental que da origen a estas páginas cuando las autoridades americanas convirtieron el islote en un museo- sí anduvo por allí, pero fue rechazado por los funcionarios estadounidenses y reportado de nuevo a su país. Un pasado similar y una colaboración que se concretó en el largometraje mencionado, titulado <i>Relatos de Ellis Island, historias de errancia y esperanza</i>, que se rodó entre 1978 y 1980 y se abre con la voz en off de Perec:</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote>"En París, cuando decíamos que íbamos a rodar un documental sobre Ellis Island, casi todo el mundo nos preguntaba de qué iba. En Nueva York, casi todo el mundo nos preguntaba por qué".</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Preguntas y respuestas hasta la extenuación de una mente privilegiada en continuo movimiento, experimentos inauditos que lleva a cabo con éxito, toda una vida dedicada a indagar sobre fondo y forma literarios son el resultado de una inquietud que el escritor lleva grabada en su ADN y que ha producido algunas de las mejores obras de la literatura francesa. De su época y de todas. En algunas se impone dificultades (restricciones = <i>contraintes</i>) que resuelve con éxito y suponen un reto para el lector. Esta no, es corta sencilla y descarnada. Sí es una constante la simbiosis emocional con el lector que se produce en todas ellas, siempre, claro está, que este acepte las normas que se le imponen. En esta en concreto, recibimos una bofetada de realidad y antes de que nos demos cuenta hemos acabado la lectura.</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote>"En resumidas cuentas, Ellis Island no será más que una factoría para fabricar americanos, una fábrica para transformar emigrantes en inmigrantes, una fábrica a la americana, tan rápida y eficaz como una charcutería de Chicago, en un extremo de la cadena se pone a un irlandés, a un judío de Ucrania o a un italiano de Apulia, y por la otra punta -después de una inspección ocular, un vaciado de bolsillos, una vacunación y una desinfección- sale un americano".</blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">Naturalmente, este proceso, tan humillante y masificado como podamos imaginar con los datos disponibles, solo concernía a la gente pobre, a quien necesitaba desesperadamente salir de una situación insoportable por inhumana y estaba dispuesto a prestarse a lo que fuera. Los que disponían de una economía saneada y podían viajar en las zonas nobles elegían su destino y nadie les pedía cuentas.</p><p style="text-align: justify;">Esto es, en esencia, lo que relata Perec en <i>Ellis Island</i>. Los lectores nos emocionamos por la sinceridad con que transmite sus sentimientos y porque, igual que él se imagina a sus antepasados en esas instalaciones polvorientas salpicadas de objetos deteriorados y en desuso, nosotros adivinamos su silueta conmovida paseando por allí, sus hombros hundidos, sus manos palpando las paredes, sus ojos reprimiendo las lágrimas. No nos cuenta grandes cosas, pero cada afirmación, cada dato, cae como una losa sobre nuestra empatía y quizá entendamos mucho mejor ese mismo fenómeno, que se repite actualmente en varios países, el mío incluido, y al que muchos aluden con indiferencia cuando no con abierta hostilidad. ¿Han escuchado alguna vez la expresión "<i>los que no comen jamón</i>"? Son las palabras más despreciativas, inhumanas e injustas que he oído al respecto, y quienes las pronuncian se retratan como los psicópatas racistas que son. Solo les deseo que pasen por la misma situación en algún momento de su vida, pronto a ser posible, no por afán de venganza sino para que se pongan en el lugar de esas personas y pierdan su insufrible prepotencia. Si es que pueden, claro.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: RÉCITS D'ELLIS ISLAND</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small;"><b> - PUBLICADA EN 1980 - EN ESPAÑA: 2021 - EDITORIAL ESPAÑOLA: SEIX BARRAL - TRADUCCIÓN: ADOLFO GARCÍA ORTEGA - PÁGINAS: 96</b></i></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-66653801177444810882023-09-13T10:00:00.056+02:002023-09-13T10:31:26.915+02:00Los libros de Jacob, de Olga Tokarczuk<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMFLgnxXsKA7Zz3ZnuCq1GWy59FldGw-_Nrk_Nbvvhm_a4xC-IaojrDSuKBWZkCo7PsIlvmmW-12rX4MOX2-ManhMx1AXmn4tXNzbDFZuceGSTaiduBJAcTKEwbKvAUnI7DM4y3e4TjhuU3KZj5NY4ZoZqk95si7qrGOCpO5L2MLx4cRwrI38Vt2Z-Ods/s500/portada%20blog%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="318" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoMFLgnxXsKA7Zz3ZnuCq1GWy59FldGw-_Nrk_Nbvvhm_a4xC-IaojrDSuKBWZkCo7PsIlvmmW-12rX4MOX2-ManhMx1AXmn4tXNzbDFZuceGSTaiduBJAcTKEwbKvAUnI7DM4y3e4TjhuU3KZj5NY4ZoZqk95si7qrGOCpO5L2MLx4cRwrI38Vt2Z-Ods/w408-h640/portada%20blog%20(2).jpg" width="408" /></a></div><br /><p></p><div style="text-align: justify;"><div>¿Habrá alguien capaz de resumir la Biblia en, más o menos, folio y medio? Se puede intentar, pero quien lo lea no encontrará ni un pálido reflejo de lo que ese conjunto de libros cuenta de un largo período de la historia, mentalidad, creencias, cultura, mitos, personajes... Sería como tapar el sol con un dedo, ¿no les parece? En esta colosal novela - ¿o deberíamos llamarla epopeya -, considerada su obra magna, la nobel polaca nos pasea por un extenso territorio europeo a lo largo de un siglo, más o menos, desde mediados del XVIII hasta bien entrado el XIX. El personaje central es Jacob Frank, líder de una corriente que, con una mezcla de convicción sincera y de deseos de situarse social y económicamente por encima de sus correligionarios, abjuró del judaísmo y se convirtió a un cristianismo, no del todo ortodoxo. A mí, según lo leído, me parece más bien una síntesis de ambas creencias, aunque, claro, esa es la interpretación de Tokarczuk, no tengo más datos del personaje y sus seguidores que lo que ella cuenta en la novela. Al principio el protagonista se presenta como un hombre humilde, un simplón, sin ambiciones de ningún tipo, que solo busca la salvación a través de la auténtica verdad revelada. Poco a poco, en su larga travesía por lugares y épocas, y con la ayuda de un obispo y una dama de la alta sociedad entre otros, y gracias a las buenos oficios de algunos correligionarios con influencia en las alturas, consigue convertirse en una especie de caudillo, tan acaudalado como poderoso, que se pasea con su corte de un lado a otro según el viento le sea favorable, posee un ejército, propiedades, y una enorme fortuna, así como recaudadores que se encargan de aumentarla y una multitud de seguidores que no deja de incrementarse con el tiempo. En esta etapa le acompaña su hija mayor, ya adulta, Ewa, que será su sucesora tras su muerte.</div><div><br /></div><div>Pero me estoy adelantando. En el transcurso de los siete libros que componen el texto (De la Niebla, de la Arena, del Camino, del Cometa, del Metal y del Azufre, del País Remoto y de los Nombres) se narra la trabajosa gestación de una doctrina nunca muy bien definida y que se transforma paulatinamente, la búsqueda del elegido por parte de los primeros ideólogos, elección que recae en el protagonista, la formación de los primeros grupos, la inclusión de nuevos adeptos, ritos, ceremonias... Aunque rechazan la Torá, creen que Jesús es el auténtico Mesías, (pero también aceptan a otros, que aparecieron más tarde, y el propio Jacob se sitúa entre profeta y divinidad) y practican un nomadismo que les acerca a sus raíces. No sé hasta que punto todo lo que se describe está bien documentado, los mitos y bulos que circulan desde entonces sobre ellos han sido recogidos por la autora y a esto se añade su propia fantasía. Me consta que gran parte de esas costumbres y rituales no podían contar con la aprobación de la jerarquía eclesiástica, pero existía -siempre según la novela - un hermetismo tan absoluto que resultaba imposible conocerlos sin formar parte del movimiento.</div><div> </div><div>El judaísmo, naturalmente, reniega de ellos desde el, principio. Pero la iglesia católica se encuentra dividida, siempre hubo una parte de ella con serias dudas sobre la inclusión de la nueva doctrina en su seno, es decir, no acaban de fiarse. Así que, cuando Jacob ha conseguido cierto éxito, se le detiene por sospechas de heterodoxia y tiene lugar un largo juicio en el que se solicita testimonio de los principales jerarcas, es traicionado por algunos y recluido durante trece años en Xzestokhova. Aunque no le faltan visitantes y con el tiempo y los sobornos consigue bastantes privilegios y adquiere una libertad relativa. En 1772, los invasores rusos lo liberan y se dirige a Brunn (Moravia).</div><div><br /></div><div>Tras los bautismos masivos, sus seguidores cambian de nombre y adoptan los de origen cristiano. El lector ya estaba perdido con tanto personaje, parentesco, generaciones que suceden a otras y nuevas incorporaciones, así que no importa demasiado que, de repente, todos se llamen de otra forma. Es cierto que la autora suele referirse a cada uno por ambos nombres, pero, como digo, ni siquiera los conocíamos a todos, solo a los más importantes, de los demás sabemos sus afinidades o algún detalle y con eso nos basta.</div><div><br /></div><div><blockquote> <span style="font-size: x-small;">"[Asher] Está seguro de que el rabino querría que el Mesías fuese un rey ataviado con armadura de oro que entrara en Jerusalén a lomos de un corcel blanco, quizá también con sus huestes, guerreros que junto con él se harían con el poder y fijarían el orden definitivo de todas las cosas."</span></blockquote></div><div><br /></div><div>El elemento sobrenatural está muy presente. Por ejemplo en la persona de Chaja, hija mayor de Elisha Shor, respetado comerciante y uno de los personajes que introducen el relato junto al cura Chmielowski, personaje real y autor de la <i>Nueva Atenas</i>, tal como se cuenta. Esta mujer enferma a menudo y sus dolencias son profecías. Ella y su familia, junto a otros personajes, serán el germen de la nueva doctrina. </div><div><br /></div><div><blockquote><span style="font-size: x-small;">"... en la familia de los Shor, los hombres hacen negocios y las mujeres profetizan. Una de cada dos es un oráculo." "Cuando profetiza, Chaja entra en trance, juega entonces con pequeñas figuritas de pan o de arcilla que mueve en un tablero pintado por ella misma. Solo entonces predice el futuro."</span></blockquote></div><div>Al arrancar la novela, uno de los hijos de Shor se casa, y a esa colmena que es la vivienda familiar acuden parientes de todas partes, entre ellos una anciana perfectamente sana al iniciar al camino, que debido a las incomodidades del viaje enferma y se teme por su vida. Es un fastidio que un fallecimiento ensombrezca la ceremonia y, desde luego, no tienen intención de posponerla, pero Yenta nunca muere del todo. Tras la boda la trasladan a una cueva donde permanece en un estado intermedio y es capaz de viajar por tiempo y espacio observándolo todo sin ser vista. Además de actuar como elemento sobrenatural, otro más, que nos advierte del carácter no realista del texto, ejerce como recurso narrativo, un pretexto para unir épocas y territorios mostrándonos la vida y movimientos de tanto personaje, territorios, viviendas, vida cotidiana y acontecimientos de toda clase.</div><div><br /></div><div>Además de lo económico y lo religioso, Frank y su hija tuvieron también cierta influencia política. Mientras vivían en Viena se relacionaron con la emperatriz María Teresa y su hijo José II. Años más tarde, y una vez perdido el favor de la realeza, vivirán en Rusia como protegidos de los Romanov.</div><div><br /></div><div>La autora ha realizado una exhaustiva labor de documentación pues los hechos en que se basa son reales, pero no se limita a constatarlos, con esos mimbres construye un gran fresco que recuerda a las escenas que decoraban las cúpulas renacentistas. La variedad de personajes y situaciones, los saltos temporales -a veces no explícitos, pero que podemos contextualizar por las continuas pistas que vamos encontrando- la riqueza descriptiva y la abundancia de datos sobre la forma de vida, mentalidad y creencias pueden abrumarnos si no nos lo tomamos con calma. Repito, no hay que empeñarse en recordar nombres ni parentescos, ni siquiera lugares, porque el trasiego es constante y las fronteras ni siquiera son las de entonces. Estas, por cierto, cambiaban continuamente, así como los topónimos. Por ejemplo, Jacob nació en territorio polaco pero hoy día este pertenece a Ucrania. Háganse pues a la idea, de que estamos ante una sociedad cambiante, en un clima político inestable y un hervidero de sectas y doctrinas más o menos ortodoxas, cuyos miembros solo tienen en común una cosa: su búsqueda de la salvación eterna. Y si esto sucede después de una vida próspera, mucho mejor.</div><div><span style="font-size: x-small;"><b><i><br /></i></b></span></div><div><span style="font-size: x-small;"><b><i>TÍTULO ORIGINAL: </i></b></span><span style="font-size: x-small;"><b><i>KSIĘGI </i></b><b><i>JAKU</i></b></span><b><i><span style="font-size: x-small;">BOWE - PUBLICADA EN 2014 - EN ESPAÑA: 2023 - EDITORIAL ESPAÑOLA: ANAGRAMA - TRADUCCIÓN: AGATA ORZESZEK SUJAK, ERNEST RUBIO - PÁGINAS: 1072</span></i></b></div><div><br /></div></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-51151428498255594782023-08-28T10:00:00.008+02:002023-08-28T18:34:14.020+02:00Yo confieso, de Jaume Cabré<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPJeeBngG_14BkCYLWpWyZiJJKlsFUhfHwmMeSH-dcyRtQAhEu8N86k-D-ikdYRAVf0UClkBLCPZZ7FANUQ0tblaymo_VFNp7QaOEDsJwnBeyyHscftlgiT3WGMIXx4yWCQLAcQEpOHm0VuWsrZC_GeE4EDG5ONQoHFJ6ODVOgRWwjdCjswazjOyzWdHKG/s940/blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="940" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPJeeBngG_14BkCYLWpWyZiJJKlsFUhfHwmMeSH-dcyRtQAhEu8N86k-D-ikdYRAVf0UClkBLCPZZ7FANUQ0tblaymo_VFNp7QaOEDsJwnBeyyHscftlgiT3WGMIXx4yWCQLAcQEpOHm0VuWsrZC_GeE4EDG5ONQoHFJ6ODVOgRWwjdCjswazjOyzWdHKG/w376-h640/blog.jpg" width="376" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;">Hace ya unos meses que terminé esta novela, a ella le ha dado tiempo a reposar en mi cabeza y a mí a rumiar y acabar asimilando lo que Cabré nos cuenta, que no es poco ni trivial. Para empezar, se me ocurre que nos echan a este mundo con un pequeño equipaje (educativo, afectivo etc.) y cada cual tiene que arreglárselas como puede, buscar su camino, sobrevivir en un palabra, tanto material como psicológicamente. Y si, además, logramos ser razonablemente felices, mejor que mejor. Pero el ser humano es inconformista por naturaleza, y por muy bien que le vaya, en cualquier sentido o en todos, siempre le quedará un pequeño o gran reducto de insatisfacción. Y es que lo queremos todo, mejor dicho, cuanto más tenemos más queremos. Somos así. Y todo iría bien si fuéramos capaces de gestionar razonablemente este rasgo humano, que puede hacernos muy infelices si nos empeñamos en alcanzar lo inalcanzable.</p><p style="text-align: justify;">Esto es lo que me sugiere la vida de los dos personajes principales de la novela, uno más razonable que otro en lo que a objetivos vitales se refiere. Ustedes juzgarán cuál de las dos, a cual más ambicioso, tiene aspiraciones realizables y quien es el iluso. Aunque quizá deba hablar de perfeccionismo, ya que sus objetivos están más cerca de lo espiritual (intelectual y artístico) que de lo puramente económico.</p><p style="text-align: justify;">Nuestro personaje central -al que acabaremos tomando cariño y echando de menos cuando desaparezca de alguna de las formas posibles (observen que estoy dando pistas y guarden el dato en la memoria)- se llama Adrià Ardèvol, y es hijo único. Entre Bernat y él se establece una relación que abarcará toda su vida y que, más que amistosa, puede considerarse fraterna. Ese es el hilo central y estos los principales personajes, pero el argumento desagua en afluentes varios sin aviso previo de forma tan brusca que solo entenderemos de cuál de ellos se trata por el contexto y los nombres de pila. Y es que son tantos y tan enrevesada una trama que se desarrolla en diferentes períodos históricos (a saber: la Edad Media, segunda década del siglo XX, mediados del mismo siglo, Segunda Guerra Mundial, Siglo de Oro, lIustración, y aún puede que me deje algo) con un alter ego de Adrià que los aglutina de alguna forma, que el autor ha creído necesario elaborar un <i>dramatis personae </i>que ocupa varias páginas y puede servirnos de guía cuando no recordemos de qué personaje se habla o en qué época nos hallamos en ese momento.</p><p style="text-align: justify;">El segundo en importancia es ese tal Bernat Plensa al que me he referido antes. No podemos hablar de protagonismo compartido, pero aclaro que se trata de alguien solo un poco menos relevante que su colega, tanto literariamente como desde el punto de vista argumental, siempre detrás de él pero pisándole los talones, reflejándose en su estela, envidiándole y sin embargo siempre fiel o casi, aunque con un resquemor muy sutil que solo se evidencia en ocasiones. Lo que les une en un principio son las clases de violín y la profesora que comparten, lo que les mantiene sólidamente anclados durante décadas es la mutua admiración, el ansia de superación de ambos y una rivalidad que, como digo, no es del todo recíproca.</p><p style="text-align: justify;">Al violín -así, en general, y a un violín muy particular y valioso- podríamos considerarlo el tercero en importancia, pero también el protagonista no humano e hilo conductor de todos los episodios, tanto históricos como actuales, desencadenante de traiciones, estafas y hasta muertes que nos van a mantener en vilo hasta el final. Un desenlace, por cierto, tan sorprendente como incierto, que no desmerece en absoluto el alto valor narrativo de todo lo que le precede, que es mucho, en cantidad y calidad. Prepárense, pues, para disfrutar de un sinfín de aventuras que les mantendrán pegados a sus páginas. Advierto que si tienen problemas de insomnio alejen su ejemplar de la mesilla de noche, ya que Cabré ha compuesto una trama que nos lleva de sorpresa en sorpresa sin darnos apenas tregua, cambiando constantemente el foco, una trama ciertamente adictiva aunque no sencilla de seguir. Que haya que mantenerse muy atento para no perderse es un rasgo que disuadirá a algunos, se convertirá en el gran aliciente para otros y constituye uno de los méritos de un autor ciertamente interesante.</p><blockquote><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">"Esta larga carta que te he escrito ha llegado al final. (...) Después de tantos días intensos, ha llegado el descanso. Entrada de otoño. Madrugada, final de balance. Ahora es mañana para siempre. (...) me he asegurado de que en las próximas horas habrá un descenso súbito de las temperaturas y chubascos esporádicos. Me ha hecho pensar en la Szymborska, que decía que aunque el sol predominaría en la mayor parte del territorio, a los que sigan vivos todavía les será muy útil el paraguas. A mí, por descontado, no me hará ninguna falta."</span></p><p style="text-align: justify;"></p></blockquote><p style="text-align: justify;">Y es que, efectivamente, todo lo escrito hasta el momento no es más que una larga carta que Adrià dirige el tercer ser humano en importancia narrativamente hablando, Sara, su gran amor, tan amenazado por la tragedia como todas las relaciones que se describen. Sin embargo, no es aquí donde se baja el telón. El mensaje oculto entre todo ese montón de páginas se ha ido desvelando poco a poco, pero aún queda rizar el rizo y dejar pasmado al lector. Quien conozca la novela ya sabrá que me estoy refiriendo a la maldad inherente al ser humano, aunque queda más que claro que no afecta a todos por igual e incluso algunos, muy pocos, parecen haber nacido sin ella. Naturalmente, el fantasma de Arendt planea sobre la Historia y las historias, incluso se la menciona en algún momento para que no nos quede duda de que la coincidencia de planteamientos no tiene nada de casual y, si bien, las teorías respectivas difieren, las preguntas que ambos autores plantean son más o menos las mismas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b style="text-align: left;"><i><span style="font-size: x-small;">TÍTULO ORIGINAL: JO CONFESSO - TRADUCCIÓN DEL CATALÁN: CONCHA CARDEÑOSO SÁENZ DE MIERA - PUBLICACIÓN: 2011 - EDITORIAL: DESTINO - PÁGINAS: 864</span></i></b></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-72966056211493455732023-08-21T10:00:00.155+02:002023-08-21T10:00:00.136+02:00La fábrica de canallas, de Chris Klaus<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnu9uysBtZs755by_Asj2V62RmsI9BGtJVBo3uqmMQcLoL7VsDjLPOLyPKNB8g_Pow3zDCpyyoR19y2oCbTVJskqsUSN1iZngqiWdNLqMcSjf5Zu23R6ehV-LAcsYn2JqWzn9IPti8vLd0aXiZ8AIqYt33r8UQTJ1ssLX4jSSRE8PgzUnqeB7_uZiB0NWI/s266/portada%20blog%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="166" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnu9uysBtZs755by_Asj2V62RmsI9BGtJVBo3uqmMQcLoL7VsDjLPOLyPKNB8g_Pow3zDCpyyoR19y2oCbTVJskqsUSN1iZngqiWdNLqMcSjf5Zu23R6ehV-LAcsYn2JqWzn9IPti8vLd0aXiZ8AIqYt33r8UQTJ1ssLX4jSSRE8PgzUnqeB7_uZiB0NWI/w399-h640/portada%20blog%20(2).jpg" width="399" /></a></div><br /> <p></p><p style="text-align: justify;">¿Qué período histórico se nos viene a la cabeza cuando nos enfrentamos a un título como este? Efectivamente, el nazismo. Sería difícil conocer el origen de la psicopatía. ¿Nacen o se hacen los psicópatas? Imagino que psicólogos y sociólogos seguirán dando vueltas al tema, quizá hasta el fin de los tiempos, sin llegar a una conclusión cien por cien satisfactoria. Lo cierto es que existen caldos de cultivo la mar de efectivos, y en el caso de que se trate de una condición congénita como parecen afirmar hoy día los expertos, pueden aumentar exponencialmente su alcance y gravedad en aquellos individuos que desde un principio apunten maneras. Esta es la historia de una familia, de un periodo histórico .en realidad varios - que elevó este rasgo hasta alturas quizá jamás alcanzadas. ¿O sí? Tenemos noticias de civilizaciones que... pero son muy arcaicas o no demasiado cercanas, y sin datos fiables caeríamos en la mera especulación.</p><p style="text-align: justify;">No van a encontrar en estas líneas ni una ligera aproximación a lo que descubrirán por sí mismos si deciden abrir este jugoso (y desmesurado) melón. La extensión y complejidad de un texto como este exigen un estudio mucho más exhaustivo que el que cabe en este espacio, así que señalaré los rasgos que considero fundamentales para que quien esté interesado pueda empezar a orientarse antes de decidir. Hablaré en primer lugar de su autor (*), un cineasta de cierto renombre, con varias novelas en su haber, entre la que destaca la que hoy comentamos. Y no es de extrañar, cualquiera que la haya leído, incluso si la ha dejado a medias, convendrá conmigo en que se trata de un relato excepcional, por sus dimensiones, meticulosidad, ambición, documentación histórica exhaustiva, agudeza psicológica, dominio de las escenas y audacia a raudales. Sin esta última Klaus no podría haber construido una narración donde domina la crueldad, falta de escrúpulos personal y política y circunstancias escabrosas de toda índole. Cierto es que el período nazi se presta a ello, pero la ética de cada cual abarca otras muchas cuestiones que no por más sutiles son menos cuestionables. Quien no haya leído la novela no entenderá esto del todo, pero quédense con la idea, un psicópata se comporta como tal en todos los aspectos de la vida, no solo cuando obedece órdenes.</p><p style="text-align: justify;">En cuanto al aspecto histórico, sorprende tanto el amplio periodo que abarca como el conocimiento de los entresijos políticos, incluso decisiones y hasta maquinaciones, que necesariamente tenían lugar en un ámbito reducido y eran, por tanto, ultra-confidenciales y de los propios personajes que movían los hilos por entonces. No niego que mi desconocimiento de la política alemana puede influir en esa admiración mía, tampoco se me escapa que gran parte de los episodios en los que se conspira a diestro y siniestro están recreados por la pluma del novelista. Por otra parte, el autor enumera, en la sección <i>Agradecimientos, </i>cada uno de<i> </i>los textos de los que se ha servido para componer un puzle tan complejo como convincente. Debo aclarar que quien escribe, además de novelista (y cineasta), es, según dice, uno de los fiscales a quienes les fue encomendado investigar sobre los crímenes nazis (**), y que arrastra, por añadidura, un pasado familiar que, además de facilitarle de alguna forma el argumento, le ha aportado numerosas pistas.</p><p style="text-align: justify;">El propósito de nuestro autor lo revela él mismo en el anexo mencionado:</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></p><blockquote><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">"... nos llevan inevitablemente a preguntarnos cómo fue posible que la sociedad de la nueva República Federal de Alemanis consiguiese consolidar la democracia cuando en ella se integraron, sin grandes medidas de desnazificación, muchos cargos importantes durante el régimen de Hitler, y esa pregunta es el motivo de la historia que aquí se narra."</span></p><p style="text-align: justify;"></p></blockquote><p style="text-align: justify;">Como esta obra, además de las dificultades que entraña su extensión, puede considerarse un laberinto, haré un pequeño esquema para orientar al futuro lector, incluso a aquellos que al leerla se sintieron algo perdidos entre tanto personaje y peripecia, y abandonaron, o continuaron hasta el final pero pisando un terreno poco firme.</p><p style="text-align: justify;">Aunque la historia tiene mucho de coral, existe un protagonista, que es a su vez, narrador, y un receptor a quien se desvelan hasta los hechos más nimios. Unos pocos personajes ocupan con él la primera línea, otros tienen un rol más o menos relevante, sin olvidar a los secundarios de mayor o menor presencia y, por supuesto, a los históricos.</p><p style="text-align: justify;">El relato se va fraguando, no sin interrupciones, a mediados de los 70 en la habitación de una clínica; quien con el mayor sarcasmo y lujo de detalles hace memoria de su vida es Koja Solm, su compañero de cuarto se llama Basti que, según su interlocutor, se trata de <i>un hippy auténtico</i>. Es difícil encontrar dos personalidades más opuestas, y este es uno de los recursos que servirán para cementar las diversas fases de la trama. El arranque utiliza una vieja tradición familiar que tiene como emblema una manzana roja y como héroe al abuelo paterno, un pastor de almas conocido como Groβpaping, En ese momento componen la familia los padres (él pintor, sobre todo de frescos por encargo) y sus dos hijos, el tal Koja (Konstantin) y el mayor, Hubert. </p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote style="font-size: small;">"No pretendo decir que mi hermano fuera el primero y yo el segundo, sino que él era el primero y yo el último,; él la bendición y yo la maldición; él el suertudo y yo el desafortunado; él el destinatario del amor de mamá, yo el del suelo de mármol sobre el que me dejó caer a los tres días de nacido ..."</blockquote><p style="text-align: justify;">Esta rivalidad entre ambos constituye uno de los ejes del argumento. No hay situación o etapa en la que los acontecimientos no giren alrededor de ella, siempre gana uno y pierde el otro, cualquiera de los dos. Aunque en un principio la suerte se inclina más veces a favor de uno de ellos y, pasado cierto punto, es el otro el claro vencedor, o eso parece porque aquí todo es relativo.</p><p style="text-align: justify;">Los chavales van creciendo. Un día alguien les encomienda a una niña que acaba de quedarse huérfana y necesita protección en aquellos tiempos convulsos. Lo que parecía un arreglo provisional acaba en adopción pues la cría se gana el cariño de la familia al completo. Se trata de Ev, otra de los coprotagonistas y elemento decisivo en el entramado que vengo describiendo. Ya jóvenes, Ev y Hubert conocen a un cabecilla nazi y, debido a la influencia que ejerce sobre ellos, los hermanos varones acaban integrados en las SS.</p><p style="text-align: justify;">Aquel terrible período podría resumirse como una serie de atrocidades, a cual más inhumana, en la que los neófitos se involucran cada vez con mayor convencimiento. Pero las bestialidades, maquinaciones, compra de voluntades, cambios de identidad y componendas varias no acaban con la derrota de Hitler, todo lo contrario. Quizá esta última parte sea algo menos despiadada, más asimilable para mentes sensibles, pero bastante más complicada de entender, con tantas vueltas y revueltas de guion, tantas componendas y traiciones, en un escenario político ciertamente complicado. En primer lugar, Koja y Ev, que por fin descubre su ascendencia judía, acaban en Israel, él con nombre y nacionalidad falsa, ambos trabajando para el Mossad. Antes de eso, y en pleno nazismo, él ya había colaborado con los rusos convertido en agente doble. Finalmente, vuelven a Alemania donde juegan un papel decisivo en la puesta en marcha de proyectos colaborativos entre la Inteligencia alemana y la israelí. Todo ello con muchos puñales por la espalda y una violencia constante, tanto soterrada como explícita. Algo así necesariamente ha de acabar mal ¿no? Pues adivinen quien, todo lo maltrecho que quieran, a pesar de todo, de alguna forma, se salva.</p><p style="text-align: justify;">El argumento se vuelve tan enrevesado, así como las inauditas componendas del protagonista, que lo que se cuenta ya bien avanzada la novela nos empieza a parecer inverosímil. Pero en realidad no puedo opinar, ocurren tantas cosas en <i>las alturas</i> que ni siquiera sospechamos... Probablemente, mi incredulidad sea fruto de una ignorancia absoluta por mi parte en cuestiones de alta política. ¿Ustedes qué opinan, tengo razón o no? </p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">(*) No confundir con la escritora norteamericana del mismo nombre.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">(**) Me ha sido imposible confirmar este dato, pero es el propio autor quien nos informa, así que lo doy por válido </span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: DAS KALTE BLUT</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small;"><b> - PUBLICADA EN 2017 - EN ESPAÑA: 2022 - EDITORIAL ESPAÑOLA: SALAMANDRA - TRADUCTOR: ISABEL GARCÍA ADANEZ - PÁGINAS: 960</b></i></p><p></p><p style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-61899542510516776442023-07-11T10:00:00.001+02:002023-07-11T10:00:00.144+02:00Un guiso de lentejas, de Mary Cholmondeley <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTos-wM6lZjbjfEIb40MYjk2vXvlGpJpr9a6mIikIwuN9PTIzIizR2dLJqvtEBu-Kt0b8fTGo96w9tsRVrRu75bQdvT0ATNGlzrKfSA1-9gJggLmva_Zpi0IBQUuJr3Xgglzr9I7fRDvaKy4nyVx_61cXUYbi72AAkql4CDNAaYPLttuo7oBnkdLEDTg/s900/189.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="665" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTos-wM6lZjbjfEIb40MYjk2vXvlGpJpr9a6mIikIwuN9PTIzIizR2dLJqvtEBu-Kt0b8fTGo96w9tsRVrRu75bQdvT0ATNGlzrKfSA1-9gJggLmva_Zpi0IBQUuJr3Xgglzr9I7fRDvaKy4nyVx_61cXUYbi72AAkql4CDNAaYPLttuo7oBnkdLEDTg/w472-h640/189.jpg" width="472" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;">En esta época nuestra tan descreída como desesperanzada, nos extraña que una novela -sobre todo si no solo está exenta de gazmoñería sino que se trata de una sátira feroz hacia, prácticamente, todos los estamentos de la sociedad británica de entonces- acabe con una frase como esta:</p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><span style="font-size: x-small;">"Cuando somos jóvenes, pensamos que los enterramos en el cementerio de nuestro corazón, pero la hierba nunca crece hasta cubrirlos. ¿Cómo, pues, puede ser triste la vida cuando caminan junto a nosotros bajo la luz hacia el Día de la Perfección"</span></blockquote><p></p><p style="text-align: justify;">En fin, cursiladas de la época. El fragmento forma parte de un brevísimo posfacio y les aseguro que este no es el tono que predomina en el texto, es más, juraría que con este final la autora pretende redimirse de alguna forma de toda la mala baba -muy justa y razonable, por cierto- que ha ido vertiendo párrafo tras párrafo. De hecho, tuvo problemas para publicar, incluso teniendo la precaución de asesorarse por un venerable miembro de la iglesia. Y es que el ambiente que describe era el medio en el que ella se movía, y probablemente el único y estrecho mundo que había conocido nunca. Pero su mente era una aguda lupa para observar y un telescopio para ver más allá de su horizonte. Con estos mimbres, se le puede achacar cierto maniqueísmo, ya que unos personajes son mezquinos, egoístas y aferrados a prejuicios sin fundamento, mientras otros tienen la mente abierta e intentan vivir su vida sin perjudicar a sus vecinos. Pero también hay quien se mueve entre dos aguas y, sobre todo, las personalidades están tan bien dibujadas que todo se justifica, son mucho más que estereotipos, y a veces, a pesar de las diferencias de contexto, nos recuerdan a personas concretas. </p><p style="text-align: justify;">Confieso que me ha resultado fácil ponerme en la piel de la autora, percibir sus intenciones, intuir que lo corrosivo de ciertos retratos tenía límites muy claros que no podía traspasar, la he visto reírse de lo que había escrito y luego tachar una escena concreta o modificar alguna palabra. Ella sufrió en su persona algunos de esos prejuicios, pues su agudeza mental no era valorada debido a su sexo y su físico -lo único a tener en cuenta- no debía estar de moda por entonces. Atisbamos estos rasgos repartidos entre varios personajes. suponemos en ella cierta amargura pero también un enorme orgullo por unas dotes de observación y un raciocinio que no abundaban en su círculo. Ni en ninguno, si nos ponemos estrictos, porque en esto los tiempos no cambian.</p><p style="text-align: justify;">Da igual cuánto tenga de autobiográfico, quien quiera puede indagar en su vida, pero el hecho es que lo tiene, y no poco. Una joven escritora, cuya primera novela ha obtenido gran éxito de público, es invitada por su hermano clérigo y su esposa a pasar una temporada con ellos pues piensan que allí encontrará el ambiente adecuado para trabajar más cómodamente. El matrimonio e carca hasta decir basta incluso para aquella época, y machista, por supuesto, y extremadamente envidioso. Él por su parte, está muy pagado de sí mismo, se cree un auténtico genio, y la incondicional admiración de su mujer, además de parte de su feligresía no hace sino alimentar esta idea.</p><p style="text-align: justify;">Desde el principio surgen los ataques, les molesta todo lo que hace la joven, ya que no coincide cien por cien con sus costumbres, tan rígidas como arbitrarias. Ni siquiera hablamos de moral, sino de horarios de comida y estupideces por el estilo. Ella no se puede concentrar con el ruido de la casa, por ejemplo, tiene que escribir hasta altas horas y luego se levanta tarde, como es lógico. Bien, pues la bronca ya está liada pues, además, esos <i>engendros </i>que ella escribe no le llegan a la suela del zapato al maravilloso <i>proyecto </i>que el buen rector tiene<i> en mente</i>. Por supuesto, que no se han dignado leer nada, ¿para qué? si ya saben que no merece la pena.</p><p style="text-align: justify;">El conflicto va <i>in crescendo</i> y acaba con una soberana metedura de pata de aquel que gobierna con <i>mano justa</i>, tanto su grey como a toda su parentela. Un auténtico drama que, después de todas las angustias que hemos visto pasar a la pobre chica para sacar su obra adelante, nos deja sobrecogidos y con ganas de que el cura se lleve un buen escarmiento.</p><p style="text-align: justify;">No menciono al resto de personajes para no alargarme demasiado, también porque es mejor que ustedes los descubran. Les aseguro que se van a divertir, incluso tomarán cariño a más de uno. Entre todos ellos forman un buen panorama de la época y del lugar dónde se ubica la acción, aunque es fácil estrapolarlo a cualquier sociedad, incluida la nuestra, sea cual sea el momento y país desde el que me estén leyendo, no solo porque la gente no cambia, también por los temas tratados (diferencias de clase, pretensiones de ascenso social, prejuicios religiosos y de todo tipo, amistad versus homosexualidad femenina etc.) están plenamente vigentes.</p><p style="text-align: justify;">La verdad, sorprende un poco que una bofetada así a los convencionalismos del momento pudiera ser publicada en vida de la autora y, para colmo, tener bastante éxito. Pero, como ya he dicho, Cholmondeley tomó sus precauciones, lo que no pudo evitar es ser injustamente olvidada años después. Pero soy optimista y confío en que, más pronto que tarde, se ponga remedio a esta injusticia.</p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b><br /></b></i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: RED POTAGGE</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small;"><b> - PUBLICADA EN 1899 - EN ESPAÑA: 2019 - EDITORIAL ESPAÑOLA: NOCTURNA EDICIONES - TRADUCTOR: RICARDO GARCÍA PÉREZ - PÁGINAS: 488</b></i></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-73063756782846729242023-06-28T10:00:00.003+02:002023-06-28T10:00:00.140+02:00La llave, de Jun'ichirō Tanizaki<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIVhTae22SfjFQ93IISamryLZiglqSJ5HWvt6T04r0wl6eiJqXrTgniBuM35S9-HiZ45jGCZT24epu_I7SjzulNGR_aJk-WChc83WzoagiKLRhBv0T1No0ebRrNgdF1uBxoa838a5WMS5vA98J05G6TP6xMCan71jf4R8JeirutHOGbshbbWAdzoIRJQ/s848/9788415937494.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="848" data-original-width="552" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIVhTae22SfjFQ93IISamryLZiglqSJ5HWvt6T04r0wl6eiJqXrTgniBuM35S9-HiZ45jGCZT24epu_I7SjzulNGR_aJk-WChc83WzoagiKLRhBv0T1No0ebRrNgdF1uBxoa838a5WMS5vA98J05G6TP6xMCan71jf4R8JeirutHOGbshbbWAdzoIRJQ/w416-h640/9788415937494.jpg" width="416" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">He catalogado a esta novela como <i>epistolar</i> aunque no está integrada por cartas, y vale la pena que lo explique desde el principio para no dar lugar a confusión.</div><div style="text-align: justify;">No se trata de cartas propiamente dichas sino de entradas de diarios. De dos, concretamente, y cada uno se concibe para que el autor del otro lo lea. No diré si esto llega a ocurrir, pero convendrán conmigo que un argumento que progresa a base de lo que dos personas se escriben con el propósito de que la otra descubra lo que aparentemente es secreto, es lo más parecido al género epistolar que puede haber. Lo de menos es si ellos creen que han entrado en terreno vedado ya que lo que importa es el propósito. Por su parte, ellos se buscan toda suerte de escondrijos y trampas (como el papel cello sellando las paginas) para que el otro piense que sus palabras son sinceras, y esto, unido a la naturaleza sexual del secreto, es el núcleo de la intriga. Leemos alternativamente lo que piensa y vive cada uno ignorando si el otro tiene acceso o no. La trampa (meta) literaria está bien urdida y se alía con la ideada por los propios personajes en un juego de espejos que no va a gustar a todo el mundo -lo admito- ya que la literatura japonesa y Tanizaki en particular son bastante sutiles, pero cuya trama está perfectamente ensamblada. Solo hace falta que entremos en su juego, aceptemos las reglas y nos dejemos llevar.</div><div style="text-align: justify;">Como es habitual en la literatura nipona, su minuciosidad y aparente candidez reflejan una mentalidad muy diferente de la nuestra, y esto al occidental le produce una extrañeza que no desaparece por mucho que la hayamos frecuentado. En este caso, lo que comienza tachándose de escabroso puede que nos haga sonreír, no encontramos nada que podamos calificar como tal en lo que parece ser el nudo de un conflicto muy simple. Pero a medida que vamos avanzando la cuestión se complica, y lo que ahora se presenta como consecuencia natural de lo anterior comienza a inquietarnos, poco a poco, sin grandes sobresaltos, como el agua que cae gota a gota en un gran embalse y pensamos que no lo va a desbordar nunca. Según el lector avanza, nota como el terreno se mueve bajo sus pies, que cada vez las premisas se vuelven más inestables, sin embargo, ahora la seguridad de los corresponsales es absoluta, no vacilan, no parecen escandalizarse por nada, todo fluye hasta poner a los personajes muy cerca del límite y a nosotros con ellos. Habrá que ver si lo alcanzan, incluso si llegan a traspasarlo. No diré mucho más al respecto, pero les aseguro que, muy sutilmente, el autor les va a llevar de sorpresa en sorpresa y que el desenlace va a ser tan asombroso como depravado, sobre todo si se paran a pensar en cada uno de los acontecimientos y sus consecuencias. Aunque finjan que no ha pasado nada, que nadie es responsable de lo ocurrido y nadie haga ningún reproche a nadie.</div><div style="text-align: justify;">El planteamiento es muy simple. Ikuko y su marido llevan veinticinco años casados, tienen una hija ya adulta llamada Toshiko cuyo pretendiente, el señor Kimura, visita habitualmente a la familia. Desee el principio asistimos a las `peripecias de la vida sexual del matrimonio. Ella aparece como mojigata a los ojos de él, y a la vez como voraz y apasionada (o eso he creído entender) de una forma inusual, lo que dada su trayectoria de hombre experimentado, parece un dato objetivo. Él, por su parte, ha perdido vigor con los años, pero se muestra muy interesado en conocer lo que le ha sido vedado hasta el momento. Tenemos, pues, dos actitudes paradójicas como punto de partida. El profesor ha pasado muchos años anotando en un diario su día a día. Al comienzo de la acción, Ikuko se tropieza con la llave del lugar donde se oculta el cuaderno y decide comenzar el suyo propio. Pero se justifica demasiado para esperar no ser leída y él hace exactamente lo mismo. Con el tiempo, las fantasías masculinas irán arrojando a la mujer a un laberinto peligroso en el que se combinan adicción y enfermedad. Todo forma parte de un plan cuidadosamente elaborado por el marido para llevar a cabo repetidas sesiones eróticas en la intimidad aprovechando que su mujer está inconsciente y con la complicidad, más o menos explícita, del resto de personajes. Incluido el médico, aunque solo como testigo indirecto. Y hasta la propia hija acaba, de algún modo, siendo cómplice.</div><div style="text-align: justify;">Parece un plan maquiavélico para aprovecharse de una mujer inocente, pero de pronto los acontecimientos dan una vuelta de tuerca y entramos en otro escenario todavía más perverso. Si en el anterior nada era lo que parecía, con el transcurso del tiempo todo resulta más confuso. Finalmente, algo parece aclararse, y los sujetos implicados se muestran en toda su perversidad a nuestros ojos. Claro que, por mucho cataclismo que tenga lugar tras las bambalinas, la fachada permanece inmutable.</div><div style="text-align: justify;">No conocemos que ocurre después del gran drama final. Tanizaki se queda ahí informándonos de lo imprescindible, pero les adelanto que al final solo quedan tres y que dos de ellos van a casarse muy pronto. Esto significa que el juego no se queda ahí y que, probablemente, lo más aberrante de todo ocurra en el futuro, cuando nosotros los lectores ya no estemos presentes. </div><div style="text-align: justify;">No puedo resistirme a destacar la fijación que sienten los escritores varones de nacionalidad japonesa por el sexo con mujeres inconscientes. El otro ejemplo que conozco es <i><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2014/03/la-casa-de-las-bellas-durmientes-de.ht">La casa de las bellas durmientes</a></i>, de Yasunari Kawabata. Pero no he estudiado a fondo la literatura de ese país, y si con solo leer algún libro suelto de los escritores más conocidos ya he detectado dos, me da la impresión de que el asunto tiene más calado del que se deriva de esta observación mía. Ojalá me equivoque, pero lo cierto es que el mundo literario no tiene fronteras, y la novela mencionada impresionó tanto a García Márquez que le inspiró un relato, <i><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2014/02/el-avion-de-la-bella-durmiente-de.html">El avión de la bella durmiente</a></i>, y una novela, <i><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2014/04/memoria-de-mis-putas-tristes-de-gabriel.html">Memorias de mis putas tristes</a></i>. El primero es bastante inocente dentro de lo que cabe: vemos al escritor fantaseando al lado de una desconocida joven y bella que duerme a su lado. En cuanto a la segunda... -voy a tomar aire- se trata de un panfleto narcisista y misógino, carente de las virtudes literarias y el misterio del original de Kawabata, que narra una situación similar, cambiando algunos detalles. A saber, una niña de catorce años es sometida a la observación y compañía de un hombre maduro, a solas, durante varias noches, solo para satisfacer sus fantasías perversas, sin que la víctima pueda percatarse de nada, y a cambio de una gratificación. En el caso nipón se trataba de niñas diferentes, aquí es solo una (que no es puta, por supuesto, aunque se vea degradada en el título) en repetidas ocasiones. Pero las circunstancias son prácticamente iguales: familias en situación precaria, niñas narcotizadas con la falta de respeto que conlleva y el riesgo que supone para su salud y hasta su vida, hombres abusadores y psicópatas para quienes las mujeres no son más que un objeto para satisfacer sus fantasías. No hace falta que las toquen. Si cualquiera de nosotros nos imaginamos en esa tesitura (adolescentes o niños/as, incluso adultos, a quienes se ha privado de consciencia para que un varón pase horas a su lado) a poca imaginación que tengamos, sentiremos un escalofrío de terror. No es el único caso, conozco también <i><a href="https://orlandiana.blogspot.com/2014/03/las-reputaciones-de-juan-gabriel-vasquez.html">Las reputaciones</a></i>, de Juan Gabriel Vásquez, en la que un dibujante es acusado de un agravio parecido, cae en desgracia y se le anula socialmente, pero nunca se aclara si lo que se rumorea es cierto o no y, por supuesto, nadie, ni siquiera el autor, se preocupa de las secuelas que tal cosa puede haber dejado en la niña en caso de ser cierto. Ignoro si esta última obra se inspira en alguna de las anteriores, en algún autor japonés o en algún otro caso real o imaginado, lo que es un hecho comprobado es la fascinación que tal escena ejerce sobre los señores literatos.</div><div style="text-align: justify;">Volviendo a la novela que nos ocupa y procurando no desvelar demasiado, finalmente, la malvada resulta ser ella, que asume toda la culpabilidad, tal como le han enseñado, y gracias a un desenlace desgraciado -y bastante traído por los pelos, todo hay que decirlo- se transmite al lector esta culpabilidad. Las artimañas del marido y del supuesto amigo de la familia para envolver en sus redes a una mujer que vivía plácidamente sin plantearse fantasía erótica alguna no parece tener trascendencia. Debo añadir que la acción progresa a base de sugerencias, no encontramos descripciones explícitas y no hay ni una línea que se salga del marco de una irreprochable elegancia.</div><div style="text-align: justify;">El gusto de Tanizaki por lo misterioso lo sombrío, lo oculto, lo sutil es uno de sus méritos, también la exquisita prosa, el impecable desarrollo de los argumentos y un convincente retrato psicológico con solo unos pocos rasgos. Ejemplo de esto lo tenemos en el conocido <i>Elogio de la sombra</i>, prueba patente de que lo oscuro no siempre ha de tener connotaciones siniestras, a veces puede ser amable.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: KAGI</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small;"><b> - PUBLICADA EN 1956 - EDITORIAL ESPAÑOLA: VARIAS - TRADUCTORES: DISTINTOS, SEGÚN LA EDITORIAL - PÁGINAS: NÚMERO VARIABLE</b></i></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-80005353412513512252023-06-15T10:00:00.000+02:002023-06-15T10:00:00.134+02:00Kruso, de Lutz Seiler<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuaXpmi4dZO80M0Wdx0QxPXDQgGoWiuQqgs6PYkGOQZVA6vrGqkkfVpjqeuvYMhIyIAP6qsAK1MMC2GyI60PvXNfSoO4hRB5GUxkLwJZ_rOepTr_L3TfK239nOEAp8ouRA1HsgcBPCHdnCxfEjIQr48lAi1ZdvcUXZ6vqutFQXmMiLOGAQX4yeLpN2-A/s281/bloguito.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="281" data-original-width="179" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuaXpmi4dZO80M0Wdx0QxPXDQgGoWiuQqgs6PYkGOQZVA6vrGqkkfVpjqeuvYMhIyIAP6qsAK1MMC2GyI60PvXNfSoO4hRB5GUxkLwJZ_rOepTr_L3TfK239nOEAp8ouRA1HsgcBPCHdnCxfEjIQr48lAi1ZdvcUXZ6vqutFQXmMiLOGAQX4yeLpN2-A/w408-h640/bloguito.jpg" width="408" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Resulta raro vivir de cara al mar y añorar la libertad que se disfruta al otro lado de las aguas, pero la historia ha sufrido altibajos más o menos siniestros o explicables y esta novela <span style="font-family: "Times New Roman", serif; text-align: left;">–su primera parte, en realidad, la más extensa y complicada– </span>se sitúa en 1989, poco antes de la caída del Muro hasta el momento en que esta se produce. En ella se retrata, tanto el clima opresivo y expectante de quienes vivían en la RDA, como la convulsión sufrida por ellos cuando por fin desaparecen las barreras. Pero Seiler no se limita a enfocar cualquier espacio convencional del oriente de Alemania, sino que construye un territorio mítico (si puedo utilizar una expresión tan trillada) en Hiddensee, una isla del Báltico, donde la gente se mueve con lentitud, repitiendo determinados rituales, que se han ido consolidando debido tanto al temor como a la esperanza. No vamos a encontrar, pues, una narración al uso, los gestos, casi muecas a veces, las sombras que aparecen y se ocultan dejando inquietos a lector y personajes, ellos mismos que se mueven a trompicones o bien a cámara lenta y una sordidez que se muestra en primer plano son los elementos más habituales. Hasta esa última parte, mucho más explícita, encontraremos pocas explicaciones, diálogos tan escasos como cortos y anodinos y el personaje de Ed, que llega de la civilización huyendo de la tristeza y debe adaptarse al relativo caos de una vida donde la ley existe pero se obvia.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Tras huir de su vida ordenada de estudiante y errar durante algún tiempo buscando acomodo, Ed, nuestro protagonista llega al Klausner, un restaurante para turistas al borde del mar y se une al grupo de desarraigados que integran su plantilla.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Un territorio que, como cualquier reino legendario, posee una fortaleza, que no es precisamente inexpugnable, sino refugio y referente de todos esos seres perdidos en algún punto de su historia. Allí la vida es como una pesadilla en bucle, pero la rutina suele parecer segura cuando se perpetúa en el tiempo. No falta la figura que dará sentido y cohesión tanto al relato como a los personajes, el Kruso del título que, como habrán adivinado, está inspirado en el Crusoe clásico de Daniel Defoe. Aquí también hay náufragos, aunque no en un sentido literal, y está bastante más poblada que el modelo. Entre Kruso y Ed se va afianzando una conexión que se explica tanto por el aura que envuelve a la figura como por la desesperada necesidad de establecer algún vínculo. Tampoco falta el paraíso soñado, esa costa danesa que se vislumbra en la lejanía y que quiere simbolizar la libertad, aunque sea engañosa, mera fantasía, la fábula inventada por unos cuantos ilusos que arriesgan su vida por nada. En comparación con ellos, esa libertad de los márgenes que se practica en aquella especie de comuna es la solución más sensata. No ignoran que e stán constantemente vigilados pero viven de espaldas a esa realidad y con eso tienen suficiente.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Hasta que los rumores se hacen cada vez más insistentes y la precaria sociedad que conocían comienza a desintegrarse. Uno tras otro van abandonando el nido y los que se aferran a él ven como el suelo desaparece bajo sus pies y es sustituido por un nuevo orden político. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Años después, Ed se embarca en una búsqueda tan frenética e inexplicable como la mayoría de las obsesiones, además de abocada al fracaso. Esta vez narrada en primera persona y en una clave completamente realista.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small; text-align: justify;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: KRUSO</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small; text-align: justify;"><b> - PUBLICADA EN 2014 - EN ESPAÑA: 2017 - EDITORIAL ESPAÑOLA: ANAGRAMA - TRADUCCIÓN: CARMEN GAUGER - PÁGINAS: 480</b></i></div></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-87670406842429251092023-06-05T10:00:00.001+02:002023-06-06T19:21:20.231+02:00El desertor, de Siegfried Lenz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOZvEiiCe-v7TTHy4eVLH7vbWLJPBgcNXVmz2gUfbYxBPN-eAl6ACBY5IlL8oXW38C5ZKvIZ3Ju7bkdI-U1mpRTMP9dAT0lpR-nZoU3z5gP89nKqu4sH8FlBpulUF_NyhesN9jsPptWZTo7MNyZpdB4slY6YUh5xR1NK7qtYiAdtn9MmAm29Y6EC6nZw/s2560/portada%20blog%20(3).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2560" data-original-width="1664" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOZvEiiCe-v7TTHy4eVLH7vbWLJPBgcNXVmz2gUfbYxBPN-eAl6ACBY5IlL8oXW38C5ZKvIZ3Ju7bkdI-U1mpRTMP9dAT0lpR-nZoU3z5gP89nKqu4sH8FlBpulUF_NyhesN9jsPptWZTo7MNyZpdB4slY6YUh5xR1NK7qtYiAdtn9MmAm29Y6EC6nZw/w416-h640/portada%20blog%20(3).jpg" width="416" /></a></div><p><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif;">Usted, dirigente de un país, escoja a un muchacho, a muchos de ellos, millones, trasládelos a la guerra, deles un lugar, una misión, y deje que el tiempo y los acontecimientos los conviertan en otras personas. Esta es una novela claramente antibélica; se diferencia de las belicistas, sobre todo, en la ideología que se traslada al lector, pero además he observado un rasgo que las identifica, aunque no sé si se puede aplicar a todos los casos porque parto de mi experiencia, que es limitada, lógicamente.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif;">Las novelas de asunto bélico, las que se entusiasman con batallas y victorias, esas que consideran héroes a los combatientes en lugar de víctimas, las que ensalzan la idea de patria, de honor y de grandes conquistas a expensas de un enemigo, que ni siquiera tiene rostro pero que en realidad no es más que otro grupo de chicos tan ingenuos o fanatizados como los anteriores, chicos inocentes que se ven obligados a luchar o se han creído el cuento de las grandes gestas y tragan polvo, se aburren, son heridos o muertos, pelean sin descanso y, en definitiva, se revuelcan en la miseria para que otros se enriquezcan a su costa ponen el foco en grandes batallas cuyo nombre ha pasado a la historia y en espectaculares derrotas y victorias. Pero lo de sacrificarse por una idea, aunque nos hayan vendido que es así, ocurre en contadas ocasiones y eso es lo que muestra la ficción más crítica. Soldados que muchas veces no saben bien qué es lo que están defendiendo y en qué se distingue de lo que defienden los otros, quiénes son, cómo se relacionan, de qué forma viven, cuál es su entorno, qué piensan, esas pequeñas cosas cotidianas que son en realidad lo importante. En <i>El desertor</i> esta indiferencia por los motivos de un bando y otro se refleja perfectamente. Nuestro <i>héroe</i> -por llamarle algo- no sabe por qué lucha ni le importa, simplemente se deja llevar, ya que es lo único que se espera de él, y para eso no hay que pensar mucho. Entendemos, pues, que la guerra es eso, adaptarse a las circunstancias. En primer lugar intentar sobrevivir, y salir ileso si es posible, después, procurarse lo más elemental, rodearse de gente afín y esperar a que acabe la contienda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif;">Proska, soldado alemán de la II Guerra, viaja en tren rumbo a su destino, en él conoce a una chica, pero se produce una explosión y en vez de llegar al frente acaba en un puesto de vigilancia. Allí encontrará compañerismo y hostilidad a partes iguales, también una existencia algo anodina que no le va a colmar de honores. Pero la guerra es la guerra, y sus consecuencias llegan hasta el último rincón del territorio en conflicto. Hay armas, enemigos merodeando, sentido del deber etc. Todo ello puede formar un coctel explosivo -nunca mejor dicho- y es previsible que así sea. Lenz se las arregla para reflejar toda la complejidad que entraña esa vida en constante peligro. Así que, imperceptiblemente, va complicando la situación hasta que el personaje se ve obligado a huir y se refugia en las filas rusas, es decir deserta, pero ni antes, tal como digo, había elegido el bando que le tocó ni ahora le mueve otro motivo que la mera supervivencia. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif;">No falta algún personaje a quien sí le mueven ideales por los que arriesgar su vida. Dos en concreto, Wolfgang, gran amigo de Proska, que introduce en el relato el marco teórico, y Wanda, la chica del principio que representa la acción pura: como miembro de un comando guerrillero polaco, defiende su territorio de la forma más intrépida. Su personaje completa la serie de tipos que Lenz quería mostrarnos, todos más o menos desquiciados pero con muy diversos grados de ética y compañerismo, una galería sumamente corta pero tan significativa como su argumento. </span><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif;">Finalmente, un Proska mucho más maduro e instalado en una paz que le acoge sin reservas pero cuyos tejemanejes no comparte adquiere la carga ideológica que antes no tenía y no duda en compartirla pese a quien pese. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif;">Antes de entrar en materia, el autor nos presentaba al soldado buscando quien entregase una carta suya al correo, el desenlace completa el círculo y sabemos que la ha escrito movido por la culpa. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif;">A primera vista, la novela parece simple, casi anodina, pero a nada que se profundiza en ella vemos que encierra una crítica furibunda basada en las experiencias del propio Lenz en el frente. Por eso, aunque aceptada en un principio, fue vetada más tarde hasta el fallecimiento de su autor, hace menos de una década. Lenz continuó escribiendo y publicando, llegó a producir obras notables pero, si hacemos caso a los expertos, <i>El desertor</i> las supera a todas.</span></p><p><span style="background-color: #fff8f4; color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; text-align: justify;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, Palatino Linotype, Palatino, serif; font-size: xx-small;"><i><b>TÍTULO ORIGINAL: DER ÜBERLAÚFER</b></i></span><i style="color: #545454; font-family: Georgia, Utopia, "Palatino Linotype", Palatino, serif; font-size: x-small;"><b> - ESCRITA EN 1951, PUBLICADA EN 2014 - EN ESPAÑA: 2017 - EDITORIAL ESPAÑOLA: IMPEDIMENTA - TRADUCCIÓN: CONSUELO RUBIO ALCOVER - PÁGINAS: 352</b></i></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-66601659238598891182023-05-31T10:00:00.074+02:002023-05-31T11:31:24.101+02:00Las fiebres de la memoria, de Gioconda Belli (*)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt2orLAG4PC0y3t10PwGWSSQLWfpc27psU2LqI_w4BMZB-7NXQUBOFhu93xUigLg-Oc-UdybIi1mk50B7e85r4YfBxjLOexRrFgIU92CZsmSzzErDtuvPB4koH3DrebG9R_X9Bu2qVVlDHq5y6ZFkkTtC9T7-NPw3kBXyvMSzJNRTBZGAPlJVFxFBzgQ/s350/portada%20blog-1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="229" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt2orLAG4PC0y3t10PwGWSSQLWfpc27psU2LqI_w4BMZB-7NXQUBOFhu93xUigLg-Oc-UdybIi1mk50B7e85r4YfBxjLOexRrFgIU92CZsmSzzErDtuvPB4koH3DrebG9R_X9Bu2qVVlDHq5y6ZFkkTtC9T7-NPw3kBXyvMSzJNRTBZGAPlJVFxFBzgQ/w418-h640/portada%20blog-1.jpg" width="418" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Cuando historia, leyenda, aventuras sin fin y una visión crítica de la sociedad pasada y presente se combinan con un indiscutible talento literario encontramos obras como esta. La escritora nicaragüense (**) procede del activismo primero y de la política de partidos más tarde. Esta novela es tan ambiciosa como podamos imaginar teniendo en cuenta los múltiples aspectos que plantea, pero que esto no disuada a nadie, ya que partiendo de antecedentes familiares (sean estos reales, hipotéticos o mezcla de ambos) Belli nos embarca en un viaje singular por tiempo y espacio, tan ameno como perspicaz en sus análisis. Una novela no demasiado extensa y al alcance de cualquiera sin merma de su calidad como artefacto literario.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span><blockquote><span style="font-size: x-small;">"¿Qué piensan los enterradores? ¿Qué pensaron quienes cargaron mi féretro en la noche húmeda y calurosa de agosto en París? Irían a paso lento para no tropezar ni deslizarse sobre el musgo húmedo de otras lápidas. Sus hombros creerían soportar el peso del duque Charles Laure Hugues Théobald Choiseul de Praslin, que tras asesinar a su esposa se envenenó. Sospecho que les complacería secretamente llevar a un noble a la esquina apartada del camposanto, dejarlo caer sin miramientos dentro de la fosa recién cavada, darle el entierro propio de un criminal solo, sin familia doliente, o hijos que se preguntaran s esa maldad habitaba en su linaje"</span></blockquote></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Tranquilos todos. Este es el párrafo con que se inicia el capítulo primero, así que no estoy adelantando nada. Simplemente les hago una pregunta. ¿No les parece atractivo ese principio? ¿No creen que augura grandes sorpresas protagonizadas por tan desvergonzado personaje? ¿No han creído por un momento entrever al tal Charles guiñándoles un ojo con cara de chiste, o más bien y hablando en plata, quedándose con los lectores, vacilándoles con toda su cara dura? ¿A quién no le apetece seguir leyendo? El noble francés, cronista de sus propias peripecias vitales, que a veces rozan lo rocambolesco y siempre nos hacen pensar, debe abandonar su vida de lujo y molicie para escapar a la acción de la justicia. Ese es el motor de toda la trama, pero la huida será constante y mantendrá en vilo a un lector que ya ha olvidado sus particulares código éticos en pro de la simpatía que le inspira el personaje. Ni que decir tiene que, debido a su altísimo rango, la salvación de su pellejo no se debe únicamente a una astucia, que no se le puede negar, ni a la suerte, que suele acompañarle, y es que cuenta con el favor real, nada menos, pues ya quisieran muchos fugitivos esconder un as como ese en la manga. Por otra parte, y tal como era de esperar, todo ese cúmulo de experiencias modifica su personalidad del principio, pero su afición a la buena vida se mantiene intacta hasta el final, como corresponde a un individuo de alta alcurnia que se precie de serlo.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">En consecuencia, el viaje que realiza nuestro héroe es tanto interno como externo. Vagabundea, pues, de un lado a otro y, al no conformarse con observar lo que ocurre, se ve necesariamente involucrado en sucesos por los que debe tomar partido. Una dimensión ética muy propia de una escritora cuya ideología ha marcado su actividad desde siempre, tanto literaria como vital.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Y enlazando autora y narrador, observamos un paralelismo clarísimo. Ambos tienen en cuenta el pasado, sobre todo el familiar por parte de él y también, muy especialmente, en el caso de Belli, que ha tejido este relato con los mimbres de una estirpe que ella ha colmado de rasgos novelescos de cosecha propia y <i>sospechosamente</i> filtrados por la óptica de este siglo.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span><blockquote><span style="font-size: x-small;">"No hay más páginas en el manuscrito que se encontró enrollado en una lata metálica tubular de galletas danesas. El ingeniero encargado de demoler la casa de mi abuela Graciela en Matagalpa fue quien me llamó con el hallazgo. Dijo que por ser escritora yo sabría qué hacer. Pensé en Borges y en su amigo, Macedonio Fernández. (...) Según la enciclopedia de Tomlinson <i>Cyclopaedia of Useful Arts</i>, que consulté, el tamaño de 40 x 27 centímetros correspondía al papel Elefante Doble, que se fabricaba tanto en Inglaterra como en Francia en el siglo XXIX".</span></blockquote></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Me encantan los escritores a quienes puedo imaginar con un rictus de guasa mientras escriben, también a los que utilizan viejos tópicos novelísticos y los saben adaptar a sus propósitos. Por estas y otras razones, que expongo más arriba, Gioconda Belli ha conseguido enamorarme y espero no tardar mucho en disfrutar otra vez de su fina ironía.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: x-small;"><b>PUBLICACIÓN: 2018 - EDITORIAL ESPAÑOLA: SEIX BARRAL - PÁGINAS: 368</b></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><i style="font-family: Georgia, serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><b>(*) A principios de esta misma semana </b></span><span style="text-align: left;"><span style="font-size: x-small;"><b> se le ha concedido el XXXII premio Reina Sofía de poesía iberoamericana. </b></span></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-size: x-small;"><b>(**) El Tribunal de Apelaciones de se le ha concedido el XXXII premio Reina Sofía de poesía iberoamericana retiró dicha nacionalidad en febrero del año en curso a la autora de esta novela, junto a otras personalidades relevantes del país, por sus discrepancias políticas. Posteriormente, ella aceptaría la nacionalidad chilena ofrecida por el presidente Gabriel Boric.</b></span></span></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-79153958741065942492023-05-22T10:00:00.001+02:002023-05-22T10:00:00.133+02:00El tren de la última noche, de Dacia Maraini<div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMrXO61Fg87AyJWQ0S2guyXQ3-GMOykzmy6M-iSwPRhYCxZUhQOZaneikqoVkut-O9ZlqJuS16EgasF18Ci2hfYhjc5QFRjCaJcbQuctj1Wa575qe_xSl05v87ra_mGxhSJn8qoPCly_5ycgP5ErxXr5ZTRQuSyPpKqlaIPrgeiO-sVBvJaZqxA_k6ag/s287/portada%20blog.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="287" data-original-width="175" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMrXO61Fg87AyJWQ0S2guyXQ3-GMOykzmy6M-iSwPRhYCxZUhQOZaneikqoVkut-O9ZlqJuS16EgasF18Ci2hfYhjc5QFRjCaJcbQuctj1Wa575qe_xSl05v87ra_mGxhSJn8qoPCly_5ycgP5ErxXr5ZTRQuSyPpKqlaIPrgeiO-sVBvJaZqxA_k6ag/w390-h640/portada%20blog.jpg" width="390" /></a></div><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;">Sí, esta novela trata también sobre el
período nazi. Y no hay que rasgarse las vestiduras porque haya mucho escrito
sobre el tema ya que las perspectivas son distintas y vienen a completarse
entre sí. No sé si debido al trauma generalizado que aún arrastramos desde
entonces o a que muchos de los autores que han abordado esta tarea son
excepcionalmente talentosos –lo más probable es que se entrecrucen ambos
factores– la calidad media de estos textos es inusualmente alta. Así que vale
la pena traer aquí esta obra que, si bien trata de aquella época, da
preferencia a sus secuelas, al trauma que produjo en los supervivientes y sus
sucesores y a los graves daños –tanto físicos como mentales, incluida la mala
conciencia– que sufrieron quienes se libraron entonces de la muerte, que les han
acompañado toda la vida y que siguen afectando a sus descendientes. De esto
trata la novela y en ello consiste la diferencia con otros testimonios que he
leído anteriormente, sean estos ficciones o no. Finalmente, la autora viene a
decirnos que lo que ocurrió después es tan fundamental como lo que se padeció
entonces, y que nadie puede saber si, en esas circunstancias, es preferible padecer
de inmediato una muerte humillante o arrastrar la enfermedad y la desdicha hasta
el último momento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;">La cita que encabeza estas páginas,
significativamente, procede de El corazón de las tinieblas. <i>“¡El horror! ¡El horror!”</i> decía entonces
Conrad, y no hay mejor expresión para definirlo. La propia autora vivió dos
años de su infancia la experiencia en un campo de concentración (que no de
exterminio) japonés, y aunque intenta marcar
distancias las huellas de lo vivido son inconfundibles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;">Con esto no quiero decir que los
personajes que van a conocer sufran directamente las penurias que podemos
imaginar ni que se describa con detalle esa situación de miseria. Aunque,
inevitablemente, a veces ocurre. Pero, en realidad, <i>El tren de la última noche</i> es, como su título indica, la crónica de
una búsqueda, la del amigo, compañero de juegos e incipiente amor que al inicio
de la adolescencia se trasladó de Italia a Austria con su familia huyendo de la
furia nazi para encontrarse frente a frente con ella tal como nos recuerda la
historia. Desde el punto de vista actual, este movimiento inverso al de la
mayoría de exilados judíos resulta incomprensible, pero cuando sucede cualquier
hecho trascendental todo es confusión, las noticias se contradicen y,
probablemente, desde la lejanía de una vida confortable era difícil imaginar lo
que estaba sucediendo en el centro de Europa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;">Así que Amara, años después de aquello, se
embarca en otro viaje, este casi interminable, por la entonces dividida Europa,
a pesar de la escasez y restricciones de la posguerra, aprovechando su
condición de reportera y con el apoyo de algún cómplice. Al hilo de ese viaje
nos topamos con algunos acontecimientos convulsos que tuvieron lugar en la Europa
de mediados de siglo. Como digo, y para nuestra sorpresa, no está sola del todo.
Es cierto que un relato así conmueve y fascina a quien lo escucha pero hay que
emplearse muy a fondo para convencer al lector de que la complicidad
incondicional de unos desconocidos pueda mantenerse en el tiempo. Maraini lo
consigue, más o menos, y nos mantiene atentos a las peripecias del viaje, que
se acaba haciendo un poco largo pero no tanto como para que decaiga el interés<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;">El futuro lector se preguntará si Emanuele
acaba apareciendo o se lo ha tragado la tierra. Hay sorpresa final,
naturalmente, ya que estamos hablando de un largo rastreo y las probabilidades
de éxito y de fracaso son bastante parecidas. Sin desvelar nada, adelanto que
no sucede ni una cosa ni otra. Hay más desenlaces posibles y este es tan
brillante como verosímil, incluso predecible si nos paramos a pensarlo. Un gran mérito que apuntar en el haber de la
autora, pero no el único pues el trazado de los personajes y el desarrollo de la
peripecia no se quedan atrás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 16.6pt; margin-bottom: 0cm; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"> </span></p></div><div><span style="font-family: "Times New Roman", serif; text-align: justify;"><span style="font-size: xx-small;"><b><span><i>TÍTULO ORIGINAL: IL TRENO DELLÙLTIMA NOTTE - P</i></span><span><i>RIMERA EDICIÓN: 2008 - EN ESPAÑA: 2012 -EDITORIAL ESPAÑOLA: GALAXIA GUTENBERG - TRADUCCIÓN: DAVID PARADELA LÓPEZ - </i></span><span><i>PÁGINAS: 464</i></span></b></span></span></div>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-26131585851600961972023-05-12T10:00:00.055+02:002023-05-12T10:00:00.138+02:00Seis formas de morir en Texas, de Marina Perezagua <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwFLB7PrZDZu2zmuAunVhtyEMwYntwJf5atQY1Vp0x0h4W-XUcNJErioTNdRUEiRYWgjtz8vINBkyOKdmA1ubqr94t9zhWnBPB9H9V2ZwrU7sT1aF9WRoqbGGnRi6Y6Z2gftBd_nYZ0TPwo7F4-5w2KrT5Vbhkvfq6mXhbpcMHVfhhL6uscqvCEcS8qA/s2598/portada%20orlandiana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2598" data-original-width="1665" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwFLB7PrZDZu2zmuAunVhtyEMwYntwJf5atQY1Vp0x0h4W-XUcNJErioTNdRUEiRYWgjtz8vINBkyOKdmA1ubqr94t9zhWnBPB9H9V2ZwrU7sT1aF9WRoqbGGnRi6Y6Z2gftBd_nYZ0TPwo7F4-5w2KrT5Vbhkvfq6mXhbpcMHVfhhL6uscqvCEcS8qA/w410-h640/portada%20orlandiana.jpg" width="410" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">A riesgo de simplificar demasiado, establezco dos clases de lectores: los que buscan evadirse con textos complacientes, que bien pintan una realidad idílica, bien muestran un sinfín de atrocidades sin empatizar en absoluto con sus consecuencias convirtiéndolas en un mero recuento de pistas para resolver la intriga planteada o cualquier otro tipo de trama superficial que nos entretenga sin revolvernos por dentro. En el otro extremo encontramos novelas como esta: inquietante, demoledora, que nos enfrenta con la abyección del ser humano impidéndonos saltar por encima de los hechos, es decir, nos obliga a sentir, a reflexionar y, en consecuencia, a posicionarnos. Novelas no aptas para estómagos sensibles, novelas essencialmente valientes, realmente interesantes, difíciles de escribir y de leer; aunque resulte extraño, es de suponer que más lo primero que lo segundo.</div><div style="text-align: justify;">Decía que estaba simplificando y es cierto, porque algunos incursionamos de vez en cuando en las otras, las más frívolas, y también lo contrario, aunque supongo que esto es mucho menos corriente. Lo cierto es que, en general, vivimos adormecidos, y no solo deseamos seguir así <i>ad aeternum</i>, pretendemos además que nos canten una nana para simular que el mundo está en calma y se adapta a nuestros gustos. No hay mayor ciego que el que no quiere ver, pero en todos los tiempos ha habido plumas –también pinceles e instrumentos– que levantan con su filo la cara amable de la sociedad y nos muestran lo que se esconde tras la superficie. Solo hay que hojear los libros de texto para conocer a esos autores, ya que muchos de ellos han pasado a la historia, pero si en sus respectivas épocas fueron minoría, me parece que ahora prácticamente no existen. Afortunadamente, este magnífico texto constituye una de las escasas excepciones. Y yendo más allá del contenido, cuando los recursos son igual de arriesgados que este, nos encontramos ante un producto excelente. Ignoro si <i>Seis formas de morir en Texas </i>ha encontrado el eco que se merece, supongo –y ojalá me equivoque– que, como suele suceder a la auténtica literatura, la que araña nuestra sensibilidad, aquella cuya lectura exige un pequeño esfuerzo por parte del lector, en este caso, no debido a su prosa que es diáfana, sino por las variaciones de tiempo, lugar, protagonistas y hasta argumento, aunque esto, naturalmente, solo en apariencia. Tampoco suelen tener una publicidad masiva, de ahí que su disfrute quede reducido, por desgracia, a una (gran) minoría de lectores que aman lo auténticamente literario y no se conforman con medias tintas. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No olvido destacar la excelente labor de documentación realizada por la autora, lo que demuestra que el horror no es producto de su fantasía sino el resultado de investigaciones serias y rigurosas. Para los escépticos aclaro que las notas a pié de página, a las que se añaden las incluidas en el apéndice, atestiguan lo que digo. (Exacto, se van a enterar de muchas cosas que, probablemente, nadie les haya contado). Por si fuera poco, háganse a la idea de que si el relato comienza trazando un cuadro terrible, la tensión crece por momentos y no nos da tregua nunca. ¿Por qué? ¿Qué ocurre? Sepan que me niego a explicar un argumento que el lector debe descubrir paso a paso, sepan también que les estoy haciendo un favor, ya que casi cualquier dato que desvele supone destriparlo y no estoy dispuesta a hacerles esa faena.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Sí voy a enumerar los asuntos que se tratan. El tráfico de órganos de personas vivas aprovechando que van a ser ejecutadas. La vida y los pensamientos de una menor de edad acusada de asesinato, y para colmo ciega, en el terrible corredor de la muerte. Supersticiones atávicas. Paternidades ocultas debido a donaciones de esperma. Obsesión por maternidades imposibles. Drogas, asesinatos, represión, estado constante de terror, ambición sin límites etc. Ya ven que ninguno de estos asuntos tiene nada de amable, como contrapeso, hallaremos valores humanos de toda clase, introspección, un análisis de personajes muy convincente y atractivo, así como una información tan bien dosificada que, si soportamos la dureza de los hechos, nos mantendrá en estado de intriga hasta el último momento.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><br /></div><div><span style="font-size: xx-small;"><b><i>PUBLICACIÓN: 2019 - EDITORIAL: ANAGRAMA - PÁGINAS 288</i></b></span></div><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6349750970774013319.post-86771659471094874582023-05-08T10:00:00.059+02:002023-05-08T10:00:00.135+02:00El ojo castaño de nuestro amor, de Mircea Cartarescu<p style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9nuO5Q8gzftIzRg5soQhmFPI_klTYCXnv0luvIPqd8gG5_sKw9BL-eB1QcqVhpP-3snx4-sH0WIwUFrB-LfQkK0braVvzgoTDFEhdTuabz3uhWSJ-DZ0e2PyC_B-ngdw5n7z3A6cNY-uA3umD8JRVCNm6crqnzK1Oi9HjGleInnC_RiGijiE0BD4t8g/s1516/pro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1516" data-original-width="1000" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9nuO5Q8gzftIzRg5soQhmFPI_klTYCXnv0luvIPqd8gG5_sKw9BL-eB1QcqVhpP-3snx4-sH0WIwUFrB-LfQkK0braVvzgoTDFEhdTuabz3uhWSJ-DZ0e2PyC_B-ngdw5n7z3A6cNY-uA3umD8JRVCNm6crqnzK1Oi9HjGleInnC_RiGijiE0BD4t8g/w422-h640/pro.jpg" width="422" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;">Un título extraño, ambiguo, con ecos surrealistas
que quizá sean el resultado de una traducción casi imposible. Les adelanto que tiene
explicación.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;">Leyendo a Cartarescu, lo imaginamos como un ser
contemplativo que anda por el mundo absorto en la poesía que encuentra en él,
con su colaboración, claro, porque su espíritu de poeta recibe impresiones que
al común de los mortales, y salvo momentos excepcionales, nos están
prácticamente vedadas. <o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;">El volumen no es significativo del
conjunto de su obra aunque contiene ecos de ella en todas partes. Este es uno de sus valores, aunque quizá suponga una
decepción para quien pretenda hacerse una idea de quién es el novelista
(o poeta) rumano más relevante en el mundo occidental. Recoge veinte textos
diferentes en contenido e intención pero unidos por esa esencia poética, esa
forma particular de ver la realidad velando su aspecto más prosaico y pasándola
por el filtro de su mirada, impregnada de sueños, recuerdos, sentimientos, una
mirada casi onírica. Por eso, todo el que espere un contenido objetivo se verá
decepcionado. Hay que sumergirse en el <i>espíritu Cartarescu</i> y
dejarse llevar por la corriente. Puede que nos arroje a otras costas, o que nos
ayude a encontrar algo de nosotros que no conocíamos. De una forma casual, eso
sí, sin buscar respuestas concretas porque lo que hay es lirismo puro, nada que
ver con asuntos prácticos ni tópicos de andar por casa. Al contrario, lo que
muestra es una visión tan personal de él mismo y lo que le rodea que puede
costar seguirle a veces.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;">Los asuntos son variados, y como pueden
imaginarse, la escritura no podía faltar. Así comienza <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ada-Kaleh, Ada-Kaleh</i>, el primero de esos artículos, repleto de
referencias sensoriales y nostalgia:<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;"></p><blockquote>“Como si, al escribir, cada línea que trazo en la
página con bolígrafo se cubriera de moho, y cada página que dejo atrás,
cubierta con mi escritura, se abarquillara, amarilleara y se retorciera como
una hoja seca. Pero yo seguiría escribiendo, igualmente, cada vez más rápido,
para que no me alcancen el desastre y la desgracia.”</blockquote><o:p></o:p><p></p>
<p style="text-align: justify;">Los recuerdos, y la infancia en particular, están
muy presentes en esta obra. También encontramos en ella un panteísmo difuso,
una confusión de mundos, lo sólido y líquido, lo mineral y lo humano, todo ello
formando parte de la misma sustancia y recreado por su imaginación sin límites.
Se nos muestra un mundo complejo y repleto de matices que no comprendemos del
todo porque ni estamos en la mente del autor ni todo lo que cuenta se puede
explicar desde un punto de vista racional. Generalizando, un pesimismo
existencial lo recubre todo, Sin ir más lejos, en ese primer artículo, ve el
mundo como una ruina compuesta de ruinas, tanto lugares como personas, incluso
él mismo confiesa serlo. La realidad es polvorienta, es más, a sus ojos, todo
parece irse hundiendo con mayor o menor lentitud.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;">En ese <i>totum revolutum</i>, ciudades, lecturas, sus escritos anteriores, experiencias, gente que conoció, ideas o gustos que
abandonó en algún momento, todo desfila de una pieza a otra, unidades
heterogéneas en sí mismas que forman un conjunto bastante coherente. Su
recorrido es un caminar melancólico, y tan descriptivo que nos obliga a mirar
lo que va viendo: ciudades, estancias, edificios, pero también sueños, recuerdos,
mitos, personajes universales (literarios o no), acontecimientos históricos y fantasías de toda índole.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;"></p><blockquote>“Los imperios se han hundido y los todopoderosos
reyes han sido olvidados, pero Ovidiu, metamorfoseado en hombre de bronce sobre
el pedestal vive todavía desde hace dos milenios.”</blockquote><o:p></o:p><p></p>
<p style="text-align: justify;">En ese peregrinar, el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">yo </i>actual no suele relacionarse, tan solo observa o se recuerda
interactuando. Pero no todo es etéreo, lo material
asoma a veces en forma de carencia y el antojo consiguiente por lo que le está vedado, como
en la anécdota del Nescafé o los vaqueros. Todo ello pasado por su particular
filtro, que confiere una importancia desmesurada a cada vivencia personal.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;">Ese deambular contemplativo se vuelve
exigente cuando reclama no atribuir a Rumanía un exotismo que no posee Su país
es tan europeo como el que más, él mismo se ha impregnado de su cultura, sus
referentes son los de cualquier habitante culto del continente. Una idea que se
atisba aquí y allá y se hace explícita en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Europa
tiene la forma de mi cerebro, <o:p></o:p></i></p>
<p style="text-align: justify;"></p><blockquote>“Ser europeo no significa para mí ser bueno (mejor
que otros) sino ser complejo, ser un personaje complicado, lleno de contradicciones,
pero capaz de reconocerlas y de conciliarlas. La gran tradición europea ha
guiado toda mi vida, al igual que mi rebelión contra ella. (…) Existen muchas
Europas diseminadas en el tiempo y el espacio, una confederación multidimensional
de Europas.”</blockquote><o:p></o:p><p></p>
<p style="text-align: justify;">Las reflexiones toman forma de relato
autobiográfico a veces. El más conmovedor es el que da título al libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El ojo castaño de nuestro amor</i>, donde se
narra la extraña pérdida del hermano gemelo. Una herida que, es de suponer, no
puede cicatrizar nunca del todo.<o:p></o:p></p>
<p style="text-align: justify;"></p><blockquote>“Por las mañanas, cuando me miro al espejo, no
veo a nadie. Pero siempre que paso a visitar a mi madre, que ya tiene ochenta
años, la estrecho entre mis brazos, acerco mi sien a la suya y siento entonces
que, al igual que el viento paracleto, que no sabes de dónde viene ni adónde
va, Víctor está también ahí, en el abrazo.”</blockquote><p><b><span style="font-size: xx-small;"><i>ÍTULO ORIGINAL: </i></span><i style="background: none rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #202122; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">OCHIUL CÂPRUI AL DRAGOSTEI NOASTRE </span><span style="font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, Segoe UI, Roboto, Lato, Helvetica, Arial, sans-serif;">- </span></i></b><b><span style="font-size: xx-small;"><i>PRIMERA EDICIÓN: 2012 - EN ESPAÑA: 2016 - EDITORIAL E</i></span></b><b><span style="font-size: xx-small;"><i>SP</i></span><span style="font-size: xx-small;"><i>AÑOLA: IMPEDIMENTA - TRADUCCIÓN: MARIAN OCHOA DE ERIBE - PÁGINAS: 208</i></span></b></p><p></p><p></p>Kina Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/10758711719231746378noreply@blogger.com0