Tratado de ateología, de Michel Onfray





El monoteísmo surge de la arena o, lo que es lo mismo, del agotamiento, la desesperación y la ignorancia surgidas en los agotadores desiertos de una época oscura y primitiva.

Se necesitan mentes lúcidas, decididas y generosas que nos abran camino en  este lodazal sin horizonte compuesto de cuentos tártaros y verdades a medias. Michel Onfray se encarga de poner un poco de luz y orden en medio de tanta confusión. Porque no presenta una teoría, ni un mensaje revelado, no es un iluminado como los que se afanaron en colocar obstáculos a lo largo y ancho de la historia. Al contrario, recoge una por una las afirmaciones repetidas tantas veces y las coloca bajo el potente foco del razonamiento, el sentido común y la evidencia científica. Su premisa fundamental no puede ser más lógica: desmontar en lo posible las fuentes de tanta confusión –es decir, la doctrina de las tres religiones monoteístas– eludiendo toda noción de trascendencia para que otros puedan aprovechar los beneficios de habitar este magnífico mundo.

 

TRAITÉ D’ATHÉOLOGIE – PRIMERA EDICIÓN: 2005 (EN ESPAÑA: 2006) – EDITORIAL ANAGRAMA (COLECCIONES: ARGUMENTOS y COMPACTOS) – TRADUCCIÓN: LUZ FREIRE – PÁGINAS: 256

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