Efecto dominó, de Olivier Norek

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Escuché a este ex policía francés presentar su nueva novela en uno de esos programas radiofónicos nocturnos que abordan temas culturales y que tanto disfruto las pocas veces que me encuentran despierta. Autor y entrevistador hacían hincapié en el premio recibido, así como en la condición de policía de aquel y por tanto testigo de primera mano de gran parte de las situaciones descritas. Eso es, precisamente, lo que ocasionó el flechazo, un flash que aparece en contadas ocasiones y que me obliga a comprar el libro en cuestión antes de las veinticuatro horas siguientes a haber conocido su existencia. Aclaro que el susodicho flechazo no es más que un punto de partida y que, en la mitad de las ocasiones, ha resultado un fracaso. Aún así, y teniendo en cuenta que estas se pueden contar con los dedos, sigo sin tener ninguna intención de resistirme.
La edición española informa en su solapa que Olivier Norek ha sido teniente de policía “en el departamento judicial de Sena-Saint-Denis, al noreste de París”, que su vocación literaria se manifestó a raíz de ganar un concurso de relatos, que ha publicado otras dos novelas, todas con el Capitán Coste como protagonista. Esta familiaridad con los entresijos de una comisaría de verdad, sin las fantasías ni las suposiciones del profano, su conocimiento de los auténticos encargados de las investigaciones es, a mi juicio, lo mejor de la novela.
Esta se abre, muy acertadamente, con un ambiente carcelario tan despiadado, estremecedor e instructivo como podamos imaginarnos. Lo que viene después, en cambio, es más anodino y mucho menos excitante: una galería de casos, cada uno con su correspondiente dosis de intriga, comme il faut, cuya  relación se encuentra un poco traída por los pelos. La consecuencia de esto es que no llega a producirse del todo ese efecto dominó que habíamos esperado desde el principio.
No voy a negar que la trama resulta entretenida, pero en el aspecto literario Norek se muestra más bien flojo. Sus descripciones son forzadas y manidas además de no aportar nada al argumento, ni revelan estados de ánimo, ni recrean ambientes concretos; abundan, en cambio, las explicaciones innecesarias que producen impresión de pesadez. Las personalidades no tienen entidad propia –ni siquiera Coste, al que se le adjudican los poco convincentes atributos heroicos que hemos visto en todos los telefilms–. Es cierto que se comportan entre ellos de forma bastante creíble, demostrando –como señalaba más arriba – la larga experiencia profesional de su autor, pero no son más que meros vehículos de una trama hilada con corrección. Por otra parte, la misma que encontramos en cualquier serie televisiva sin demasiadas pretensiones. Hasta los errores policiales –que podrían considerarse un acierto– se asumen ya con naturalidad en ese tipo de productos.
Concluyendo, maldad en estado puro, personajes sin escrúpulos, unas pinceladas –sin exagerar– de los bajos fondos parisinos, toques de abnegación policial, alguna muerte fortuita para acongojar un poco a los lectores… ¿A alguien le suena algo de esto?

SURTENSIONS – PUBLICACIÓN: 2016 – PREMIO A LA MEJOR NOVELA NEGRA EUROPEA – (EN ESPAÑA: 2017 – EDITORIAL GRIJALBO) – TRADUCCIÓN: SOFÍA TROS DE ILARDUYA – PÁGINAS: 383


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