La ternera, de Aurora Freijo Corbeira


"¿Por qué nadie interrumpe en esa sala de baño cuando están. Si lo hicieran encontrarían la sala de daño. Ni rastro de peces, ni flores, ni nubes. Él nunca la tumba. Le basta tenerla quieta y a mano. Mansa, como es, puede acercársela al inodoro, donde siempre se sienta para tocarla."
A.F.C.





La ternera tiene cinco años, es una niña, una niña abusada.

Ella vive en el 4º A con su familia, el vecino vive en el 4º C, es el que la cuida cuando sus padres trabajan.

En el piso del vecino hay muchas cosas fuera de su sitio -el frigorífico en el salón, por ejemplo- la más importante de ellas es el propio vecino sentado en la taza del w.c. con la niña delante de él inmóvil.

Nadie sabe nada, la única que sabe es la niña pero ella no lo entiende, el único que sabe y entiende es el vecino pero él no lo cuenta.

"Papá no sabe nada de su cazador porque tiene que ausentarse para trabajar. No está en casa para vigilar a sus cachorros (...) No puede oler el asqueroso rastro que dejan las manos del raptor."

Madre poeta operada del corazón, padre amoroso, un hogar dulce y tranquilo. Demasiado tranquilo en su ignorancia.

"... su madre le encarga a su hermana que la cuide. Pobre madre insensata. Sus ojos verdes no ven nada más que versos. No acierta a saber que está ya descuidada del todo."

El victimario también tiene una madre, sorda y ciega a todo lo que no le conviene. Pero eso sí, muy limpia.

Él es carnicero, la niña ve carne en su plato y le repugna.

Es difícil no dejarse contaminar -en el mejor sentido- por esos párrafos, poéticos, parcos, simbólicos, repletos de resonancias. La novela avanza poco, es más bien un cuadro casi estático aunque no completamente. Y se desarrolla mediante párrafos cortos, como relatos interdependientes, cada uno con su título, a modo de pequeños flashes poéticos. Ya en la segunda mitad, se intuye borrosamente el futuro, la niña atisba a la mujer que será más allá del presente. Supondrá el fin de la pesadilla y quizá llegue a ocurrir.

La niña es quien habla, pero toma prestadas las palabras pues aún carece de elocuencia. Palabras, frases, significados que la escritora transmite como si fuera el ventrílocuo a través del cual la protagonista vierte su dolor. El resultado es una prosa introspectiva que alude a una realidad en lugar de describirla, que para expresarse toma impresiones y asociaciones tan personales que a veces no las entendemos en su sentido literal pero sí en su sentido sintiente, si se me permite la expresión.

La ternera es un libro corto, con muchos espacios en blanco, que hay que leer despacio para captar la profundidad de lo que narra (y lo que omite), así como todo el universo social y sentimental que rodea las escenas, además del contenido tono de denuncia y la complicidad, casi de siamesa, de la escritora hacia su personaje. A veces se cae de las manos pues, a pesar de su belleza es durísimo, desasosegante;  tanto nos molesta que preferiríamos cerrarlo para siempre, y quizá lo hubiéramos hecho de haber sido más extenso pero no hubiera sido justo porque su sensibilidad es hermosa y porque dice la verdad.
 

PUBLICACIÓN: 2021 - EDITORIAL: ANAGRAMA, COLECCIÓN NARRATIVAS HISPÁNICAS - PÁGINAS: 128

Comentarios

  1. Parece muy interesante. Hay muchas niñas que siguen sufriendo por parte de teóricos cuidadores en ausencia de los padres. Una lacra que nunca llegué a entender en el ser humano.

    Un abrazo, y gracias por compartir.

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  2. Las mujeres y la infancia perdemos siempre, pero es una realidad que se oculta todo lo posible porque no le importamos a nadie.
    Este libro saltó a mis manos, casi literalmente, dos o tres días antes del 8M, y como tenía tan poco texto aproveché la ocasión. Luego hubo otra casualidad, pero ya lo contaré cuando toque 🙂

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