Tiempos oscuros, de John Connolly


Leí el otro día que Connolly recomendaba a un autor de culto, no recuerdo a cual, y pensé que tenía muy buen gusto, pero a él particularmente le vendría bien, además de leer a buenos autores, tener en cuenta ciertas reglas de teoría literaria cuya omisión puede ser muy eficaz a la hora de ganar adeptos pero va en detrimento de la calidad de lo narrado. Claro que depende cuales sean tus prioridades. A mí me gusta leer género negro de vez en cuando, casi siempre en verano, pero no soy una fiel seguidora de nadie, desconozco a muchos autores canónicos y, desde luego, nunca había leído a este. Confieso que he disfrutado la novela, también me he enfadado a veces, sobre todo en la primera mitad. Luego se hace con las riendas del argumento, que hasta entonces iba un poco a la deriva, acumulando tramas y personajes sin demasiada consistencia y acaba de forma más o menos digna. Sus seguidores afirman que ya va a cuesta abajo, que anteriores novelas suyas son mucho mejores que esta. No lo sé pero el hecho de pertenecer a una saga, la del detective Charlie Parker, ya lo considero un mal síntoma. No es fácil mantener al personaje con sus rasgos inamovibles, hacerle evolucionar en el tiempo y a la vez crear una intriga policiaca de la que siempre, sin excepción, debe salir airoso. Para lograr esto, el autor ha tenido que recurrir a procedimientos que hagan verosímiles sus éxitos. Todo el mundo (tanto personajes como lectores) sabe que Parker es invencible, que va a resolver el enigma, vencer a los malos y continuar vivito y coleando. El truco, en este caso, consiste en llevar siempre pegados a sus talones (literal) a una pareja de asesinos profesionales, Angel y Louis, que no tienen ningún escrúpulo en cargarse a todo el que se ponga por delante. Y yo me pregunto ¿para dar verosimilitud a los éxitos de Parker te inventas a dos infractores de la ley que no solo están campando a sus anchas sino que pueden infringir todo el código penal sin que nadie les  toque ni un pelo? ¿El fin justifica los medios llevado a sus últimas consecuencias? No sé lo que pensarán sus lectores, supongo que habrá de todo, pero esto, que a mí ya me ha chirriado en esta y mucho, repetido novela tras novela tiene que ser resultar tedioso como mínimo. Claro que los partidos de futbol también son más de lo mismo y… Vale, no sigo por ahí.

Ya que estoy con lo que considero defectos narrativos, comentaré la impresión que me causó nada más abrir el libro encontrar a seres sobrenaturales que, en mi opinión, no pintan nada en una historia de crímenes. Pero también parece que este es uno de los ingredientes que mantiene encandilado al público. Y no es que reniegue de la fantasía en literatura, pero algunas mezclas no resultan verosímiles, tal como se indica en este artículo. La ultratumba y lo policiaco en mi opinión casan fatal, son un matrimonio divorciado antes de la boda. Esa gente venida del más allá, esa hija muerta y la otra que parece un espíritu viviente, a mí, lo siento mucho, no me parecen creíbles. Sí que me lo parece Peter Pan o los personajes de Cien años de soledad por citar dos ejemplos muy distintos, ya que no estoy en contra de lo no realista sino de la incoherencia.

Un poco más de estopa y termino con esto. Estoy convencida de que con menos personajes, menos detalles de cada uno, menos líneas argumentales y un camino bien marcado desde el principio hubiera mejorado mucho la novela. A veces, si Connolly  no está perdido lo disimula muy bien. Sin mencionar al famoso Tajo, un lugar emblemático que me encanta como motivo literario y que, desde que aparece, endereza por fin la línea argumental, -pero no nos perdamos, que ahora estamos hablando de  errores– ese terrorífico valle, un mito en sí mismo y a la vez lleno de mitos y repleto de misterios, tan complejo y peligroso que se ha mantenido incólume sembrando el terror durante siglos en un estado entero de EEUU, resulta que al final de la novela no lo forman más un puñado de familias, en realidad, un pueblecito minúsculo, atrasado, unido por creencias antediluvianas y que se recorre en dos patadas y media. Llega Parker con sus  dos pistoleros y en un pis pas resuelve un problema que se consideraba endémico y que nadie se atrevía a meterle mano por miedo a un ente poco menos que invulnerable. Cuatro casas, unos pocos campesinos (ladrones y homicidas, de acuerdo) y unos cuantos huesos unidos con alambres. Eso era todo. Una pena porque, como digo, a mí el Tajo como núcleo de maldad absoluta me parecía muy atractivo, pero hay que construirlo de forma más meticulosa, darle mayor complejidad. En lugar de gastar energías en tanto personaje secundario con poco o ningún recorrido y en tanta trama que se agota sola, debería haber creado un Tajo como creo que lo imaginamos todos, grande, bien organizado, con varios núcleos de población, gente preparada para algo más que apretar el gatillo, una jerarquía sólida con escalones intermedios, medios de vida solventes aparte del pillaje etc.

Otra acierto indiscutible son los personajes. La mayoría desaprovechados, poco o mucho, pero casi todos fascinantes. Ese pederasta del principio, tan retorcidamente malvado que casi dan ganas de abandonar la lectura de pura repugnancia, el comercial que de hombrecillo gris se convierte en héroe y eso le arruina la vida, su mujer, cuyos ingeniosos planes solo lo son en su cabeza, el violador por encargo que lo hacía por afición y que resulta tan calculador como tonto, aquel trío de delincuentes cuyo último y desafortunado golpe acaba con todos ellos mueran o no, sobre todo el personaje de la chica, otro filón desaprovechado, con todo ese potencial de femme fatal, las familias rivales del Tajo, el sheriff y su oponente, ese cura estudioso de temas esotéricos, el niño, que lo ve todo y es incapaz de actuar hasta que llega un fantasma y le ordena seguirle los pasos, las dos mujeres violadas durante años para vender los niños al mejor postor, sus agallas y su resistencia. Me pregunto cómo Connolly es capaz de crear de la nada toda esa genial galería de excéntricos para dejarlos desperdigados por ahí a la mayoría de ellos, casi como muñecos inservibles. También el Rey Muerto me parece un hallazgo, ahí sí creo que la fantasía encajaba bien, tanto la estatua construida con retales como ese otro, más íntimo y espiritual, que Cassander secuestra para salvarlo. El desenlace, o sea lo que va después de esa inverosímil batalla que más parece un paseo triunfal que otra cosa, me ha gustado. Excepto la aparición de las hijas de Parker, que no pintan nada ni hacía ninguna falta colocarlas ahí de pegote. En general, por muchos fallos que haya visto y como digo más arriba, me lo he pasado bien con esta lectura. Su ritmo es trepidante, las cuestiones que plantea (psicopatía, violencia, fundamentalismo, cobardía, traición, poder, machismo, lealtad y muchos otros) están siempre vigentes. En concreto, las esclavas sexuales y reproductivas –que fueron tres, contando a Corrie, sin que sepamos bien qué fue de ella– me han recordado a la lacra de los vientres de alquiler unida a la de la prostitución. Violación o muerte por un lado, reproducción por intereses comerciales o muerte por otro. En la novela la muerte sería de carácter violento, en la realidad actual se produciría lentamente por hambre. Las dos grandes esclavitudes del siglo XXI reunidas en dos personajes femeninos. No sé la intención que tuvo el autor al incluir ese episodio en la novela, quizá solamente la de añadir morbo, ni la opinión que tendrá sobre el particular, pero el resultado es muy significativo y refleja perfectamente lo que está ocurriendo. Es más, en una de las escenas parece insinuar, incluso, la posibilidad de que se formen (o ya existan) redes de pederastas apuntándose al carro de la compraventa de niños.


TÍTULO ORIGINAL: A TIME OF TORMENT - PRIMERA EDICIÓN: 2016 -EN ESPAÑA: 2019 - EDITORIAL: TUSQUETS - TRADUCCIÓN: VICENTE CAMPOS GONZÁLEZ - PAGINAS: 480

Comentarios

  1. Es uno de mis autores favoritos, y esta novela me encantó.

    Un abrazo, y gracias por compartir.

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  2. Parece que coincidimos en lecturas. Me alegra que te haya gustado, tendré que seguir leyéndolo. Saludos.

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