Jakob von Gunten, de Robert Walser
Literatura para escritores, novelización de lo mínimo. A
Robert Walser hay que leerlo entre líneas porque es críptico, sutil e irónico,
porque no cuenta casi nada, y sin embargo, ese segundo nivel de conciencia que
nos propone en sus libros es mucho más interesante.
Walser nos introduce en una galería de personajes a cual
más desequilibrado y excéntrico, una organización demencial, hechos
inexplicables. Pero lo que cuenta no es tan fantástico como pueda parecer. La
sociedad aparentemente organizada, bien asentada y justa en la que se creía
estar viviendo no era más que un mito, un espejismo, como se demostró muy
pronto. Y era más cómodo creer en él que cuestionarlo.
La principal estrategia del protagonista es encerrarse en
sí mismo, pasear, meditar constantemente sin dejar de observar el mundillo peculiar
en que está inmerso. También es esa la irresistible tentación del intelectual o
su único recurso posible, al sentirse impotente ante un mundo que ni comprende
ni acepta. Que tampoco le acepta a él, por otra parte. Tampoco elude los más
elementales dilemas éticos: monarquía-república, pragmatismo-inteligencia,
autonomía y creatividad frente esclavitud y servidumbre, o los efectos de educar
en la escasez y el autoritarismo cuando otros disfrutan de un profesorado
competente y unas condiciones mucho más cómodas. ¿Quizá la fabricación en serie
de esclavos? En el caso concreto de Jakob, las penalidades ¿conseguirán
debilitarlo o, por el contrario, le convertirán en un sujeto más hábil y
avispado, dispuesto a defender con todas sus armas las posesiones de su
familia?
Lo que parece innegable es que un texto tan escaso de
referencias como este, en el que apenas hay datos espaciales ni temporales, donde hasta la
propia familia del chico apenas hace acto de presencia, hay que considerarlo
eminentemente simbólico. El significado resulta muchas veces ambiguo y sujeto a
interpretación, y eso es lo único que lamento: no saber calibrar correctamente
los mensajes desesperados de Walser, pues intuyo que serán más sagaces y certeros
que lo que pretende desvelar cualquier estudio.
PRIMERA EDICIÓN: 1909 – CLÁSICO – VARIAS EDICIONES
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