TEXTOS: Cómo leer y por qué - Harold Bloom (2000)
Cuando yo era niño y lector feroz –hace unos sesenta años– se aclamaba ampliamente La montaña mágica, de Thomas Mann, como una obra de ficción moderna casi comparable al Ulises y En busca del tiempo perdido. La novela se publicó en 1924. Acabo de releerla por primera vez en quince años, y me alegra descubrir que su fuerza y el placer que proporciona no han disminuido. No tiene nada de pieza de época: leerla es una experiencia tan refrescante e inspiradora como siempre, aunque sutilmente alterada por el tiempo.
Es una pena que en el
último tercio de este siglo Mann se haya visto relegado un poco a la posición
de novelista de la contracultura. Lo cierto es que no se puede leer La montaña mágica emparedada entre En el camino y una novela de ciberpunk.
Es uno de esos productos de la alta cultura que hoy se encuentran en cierto
peligro, porque exigen educación y reflexión considerables. El protagonista
–Hans Castorp, un joven ingeniero alemán– llega a un sanatorio para
tuberculosos en los Alpes suizos con la intención de hacer una breve visita a
un primo suyo allí ingresado. Pero se descubre que también está enfermo y debe
permanecer siete años en la “montaña mágica”, durante los cuales, además de
curarse, desarrolla su Bildung, es
decir, su formación moral e intelectual.
Que al principio Mann
describa a Hans Castorp como un joven “totalmente común” es, a todas luces, una
ironía. Castorp no es el hombre medio, aunque –al menos al comienzo– tampoco es
un buscador espiritual. Pero es muy poco común. Incansablemente deseoso de
aprender, siempre dispuesto a la conversación profunda y el estudio, en la
“montaña mágica” recibe una notable educación superior, sobre todo conversando
con dos maestro antitéticos: Settembrini, un liberal humanista italiano
–discípulo del poeta y librepensador Carducci– que aparece primero y establece
su prioridad y, mediada la novela, Naphta. Reaccionario radical, Naphta es un
jesuita judío y marxista nihilista que denigra la democracia, se inspira en la
síntesis religiosa de la Edad Media y lamenta que los europeos se hayan
apartado de la fe. Los debates entre Settembrini, partidario del Renacimiento y
la Ilustración, y Naphta, apóstol de la Contrarreforma, son siempre
despiadados, y llegan muy pronto a su punto culminante cuando Naphta lanza una
profecía de lo que iba a triunfar en Alemania diez años después de publicarse La montaña mágica:
(…)
Naphta y Settembrini
atraen por igual la atención del lector, pero, pese a las incesantes ironías de
Mann, solo Settembrini despierta nuestro afecto. La ironía es a un tiempo el
recurso más formidable de Mann y quizá su mayor debilidad (como él sabía)…
(…)
Lo que primordialmente
ofrece hoy la maravillosa historia de Mann no es ironía ni parodia, sino la
visión afectuosa de una realidad desaparecida, de una alta cultura europea que
ya no existe, la cultura de Goethe y de Freud. El lector del año 2000 debe
experimentar La montaña mágica como
novela histórica, monumento de un humanismo perdido. Publicado en 1924, el
libro retrata la Europa que comenzaría a romperse en la Primera Guerra Mundial,
esa catástrofe para participar en la cual Hans Castorp desciende al fin de su
montaña. Buena parte de la cultura humanista sobrevivió a la gran guerra, pero,
en vena profética, Mann percibe el horror nazi que tomaría el poder una breve
década después de la aparición de su novela. Si bien puede que Mann haya
intentado una parodia afectuosa de la cultura europea, en el año 2000 las
contraironías del cambio, el tiempo y la destrucción hacen de La montaña mágica un conmovedor estudio
de las nostalgias.
(…)
…Al despedirse de su
protagonista, Mann nos dice que Castorp importa porque “sueña con el amor”. Y
ahora, en el 2000 y más adelante, Castorp importa porque la lectora o el
lector, en la pugna por entenderlo, llegarán a preguntarse a sí mismos cuál es
el amor con el que sueñan, o su ilusión erótica, y cómo afecta ese sueño o esa
ilusión a sus posibilidades de desarrollo o despliegue.
Harold Bloom, Cómo
leer y por qué
Anagrama 2000 (Colección Argumentos)
Traducción Marcelo Cohen – 311 pgs.
Cap. III, Novelas, Primera Parte – Pags. 201-207
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