Carlos Mayor gana el XII Premio Esther Benitez por su traducción de La noche de los niños






El pasado viernes 15 de diciembre tuvo lugar la entrega del XII Premio Esther Benitez , convocado por ACE Traductores. En esta ocasión ha recaído en Carlos Mayor, por su traducción de La noche de los niños, de la novelista estadounidense Toni Morrison.

Carlos Mayor es traductor, periodista y profesor. Ha traducido más de trescientos títulos, en solitario o en colaboración, y está especializado en narrativa, crítica e historia del arte, libros ilustrados y novela gráfica. Ha traducido a autores contemporáneos como Tom Wolfe, Doris Lessing, Andrea Camilleri, Alan Moore, Chuck Palahniuk, Paolo Giordano, Tina Vallès o Toni Morrison, y clásicos de Vita Sackville-West, Saki, Emilio Salgari, Thomas Hardy, Gianni Rodari, John Steinbeck, Carlo Collodi o Rudyard Kipling. Imparte también conferencias y cursos sobre traducción y actualmente es profesor del Máster en Traducción Literaria y Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra. Asimismo, colabora en distintas publicaciones, como la revista de traducción El Trujamán, del Centro Virtual Cervantes; Vasos Comunicantes, de ACE Traductores, y Granta en Español, y es miembro del equipo de traductores de proyectos expositivos y libros de arte Barcelona Kontext. Está muy vinculado al asociacionismo y es vicepresidente de APTIC, la asociación de traductores de Cataluña.

Los candidatos al premio  se eligen a propuesta de los socios entre los trabajos publicados el año anterior. Esta vez, la primera ronda ha incluído obras traducidas del inglés, francés, alemán, italiano, ruso, árabe, neerlandés y sueco.

Debo resaltar, una vez más, la importancia de la autora traducida, nada menos que Toni Morrison, laureada con el Pulitzer en 1988 y con el Nobel en 1993 –entre otros– por haber concebido un mundo propio en el que lo sobrenatural y la realidad más sombría se alternan para reflejar, por lo general desde un punto de vista femenino, la situación de los afroamericanos en su país. Morrison es autora de algunos ensayos y de más de una decena de novelas, entre ellas La canción de Salomón, comentada en este blog hace tiempo. La noche de los niños es su última novela, en ella se analiza la fuerza de la presión social, que en ocasiones, puede conducir, incluso, a renegar de la propia familia. Un peliagudo asunto que también se ha tratado en obras como Boy, Snow, Bird de Helen Oyeyemi y La mancha humana de Philip Roth.

Queríamos saber algo más de Carlos Mayor y conocer sus impresiones. Esto es lo que nos dijo:

1. ¿La excelencia literaria supone mayor responsabilidad o por el contrario facilita el trabajo del traductor?
Depende mucho del libro. Algunas obras bien escritas se traducen con facilidad y en otros casos el buen trabajo del autor complica las cosas, hay que documentarse más, buscar solución a mayor cantidad de problemas... Lo que sí tengo muy claro es que traducir un libro no especialmente bueno o incluso mal escrito es igual de difícil que traducir uno bueno. Quizá incluso más.

2. ¿La traducción es para ti una labor más artesanal que intelectual o al contrario?
Es una combinación de las dos cosas, desde luego. Para mí es claramente un oficio, un trabajo artesanal solo apto para individuos muy meticulosos. El componente intelectual es innegable y en ese sentido el traductor tiene que contar con una gran preparación, cuanto más amplia mejor.

3. ¿Crees que la diversidad cultural, y en concreto el bilingüismo, facilita la tarea a la hora de abordar otros ámbitos lingüísticos?
Sí, sin duda. Abre muchísimas puertas.

4. ¿Piensas en el público concreto al que irá destinada la obra o te abstraes completamente de tus receptores más probables?
Pienso constantemente en los lectores. Todos los días. Mi traducción ideal sería la que duplicara en el lector del nuevo idioma la experiencia del lector del idioma original. Por eso, entre otras cosas, la traducción es una experiencia de lectura tan intensa y tan rica: los traductores llegamos al texto con dos puntos de vista distintos, queremos desmigajarlo en dos dimensiones culturales, en dos mundos a la vez, el de origen y el de nuestro futuro lector.

5. ¿Influyen los gustos personales en la elección de los textos?
Influyen muchas cosas y el mercado es complejo. Como la mayoría de traductores, yo suelo trabajar por encargo, pero con los años he podido ir traduciendo cada vez más obras que coinciden con mis intereses personales, y en ese sentido me siento un privilegiado. ¡Espero que dure!

6. ¿Cuál de tus trabajos te ha supuesto más esfuerzo?
Aunque pasen los años, este oficio me sigue pareciendo muy difícil y el esfuerzo intelectual es considerable en la inmensa mayoría de los casos. Sin embargo, si tengo que pensar en un libro que me exigiera un esfuerzo especial te diría que quizá Kim de Rudyard Kipling, que también me encargué de anotar. Por suerte, y no es lo más habitual, tuve mucho tiempo para dedicarme a fondo a ese proyecto, un año entero, y pude documentarme todo lo necesario y más, revisar y revisar y disfrutar con calma del trabajo.

7. Independientemente de este premio, ¿qué autor te ha proporcionado más satisfacciones?
Sin duda alguna, Andrea Camilleri. Soy un gran admirador suyo y desde el día en que me enteré de que iba a traducir sus novelas no he tenido más que satisfacciones. Pocas veces he disfrutado tanto trabajando. ¡Y el próximo libro será ya el séptimo!
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8. Todavía no conozco La noche de los niños, pero como lectora de Toni Morrison me pregunto cómo se aborda un mundo tan complejo, protagonizado por el pensamiento mágico y repleto de escenas oníricas.
Esta novela te sorprenderá, porque es una historia contemporánea, y ya en eso se aleja de la mayor parte de la obra de la autora, y está contada a base de relatos muy concisos en primera persona, que es la fórmula que mejor le sirve para dejar fuera muchos detalles, mucha información a veces significativa, y centrarse en los episodios que más le interesan de la historia. Pero, desde luego, hay ecos de otras obras de Morrison y temas que vuelven: la raza, lo sobrenatural, el dolor, el estigma social.

9. Pensando en los futuros lectores, ¿qué rasgos o contenidos destacarías de esta novela?
La noche de los niños es una novela austera y hasta cierto punto feroz, ya desde las primeras páginas, donde la madre de la protagonista confiesa sin tapujos que nunca la ha querido porque nació demasiado negra. Uno de los temas principales es el de los abusos a menores, pero también se centra en la rabia y en el recuerdo del sufrimiento y de los secretos. Y en la experiencia negra, por supuesto. Sin embargo, es un libro claramente optimista, a mi entender, una historia que acaba hablando de la recuperación y de la esperanza.

10. ¿Y de Toni Morrison como escritora vista desde la óptica del traductor?
Destacaría la precisión de su lenguaje, una fuerza que exige al lector prestar atención en todo momento, o al menos es lo que yo percibo como lector. Y más en este libro, tan parco, tan condensado. Aparte de eso, en muchos de sus libros el registro y las hablas dialectales son determinantes, y por supuesto una dificultad clara es el reflejo de la experiencia negra en Estados Unidos, algo que en España no tiene un equivalente directo y que, por lo tanto, hay que decidir cómo explicar.

11. Ciñéndonos a esta obra y desde un punto de vista personal, ¿cuáles crees que son los méritos de tu labor traductora?
Esta traducción ha sido muy especial para mí desde el principio. El colofón ha sido ganar el Esther Benítez, y compartir el momento con Rita, María, Julia y Eugenia, pero desde el primer día el libro me trajo alegrías y buenos presagios. Y es que para este proyecto me dieron una beca del Banff Centre, en la provincia canadiense de Alberta, y allí participé en el Centro Internacional de Traducción Literaria de Banff. Es un programa que congrega cada año a quince traductores de todo el mundo, más tres estudiantes de traducción de Canadá, Estados Unidos y México. Pasamos tres semanas allí, en las montañas Rocosas, trabajando cada uno en su libro y poniendo el resultado en común, comentándolo, debatiéndolo y abriéndolo a nuevas perspectivas. Aquello fue una experiencia única en la vida. ¡Y si alguien sabe de algo parecido que me lo diga y me apunto! Sin duda alguna, mi traducción se benefició de todo ese proceso, salió más visceral, más desgarrada, más imaginativa, que era lo que pedían la autora, la protagonista y el texto.

12. ¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
A principios del 2018 publico varias traducciones: la última novela de Camilleri protagonizada por el comisario Montalbano, la nueva recopilación de viñetas de Tom Gauld, otro libro de Gianni Rodari y una obra de Tina Vallès, la tercera en un año, que estoy acabando en este momento.

13. Aparte de la traducción, ¿te planteas nuevos retos creativos?
Siempre me gusta tener nuevos retos y cruzo los dedos para que en su mayoría sigan estando ligados a la traducción, porque no se me ocurre un oficio creativo que pueda darme más satisfacciones. Aparte de traducir, escribo artículos y doy clases, y voy a empezar el año en la Fundación Bogliasco, en Italia, porque me han concedido una beca para pasar el mes de enero allí, con un proyecto sobre escritura, traducción y viajes que me hace muchísima ilusión.

Pues ¡enhorabuena! y muchas gracias.

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